Hernández-Silva recuerda con extraordinario detalle sus comienzos en la música popular venezolana, y en el ambiente familiar. Después, su período formativo en Viena, y una difícil vida estudiantil, que termina poniéndole al frente de la Wiener Mozart Orchester. No falta el relato de sus primeras dificultades, lo que nos proporciona un volumen muy personal, lleno de anécdotas y recuerdos.
El libro está redactado con un lenguaje que, en algunos momentos, nos sorprende con giros y vocablos propios de su país de origen, pero dan al relato un sabor especial. A veces son difíciles de entender para los españoles, pero mantienen el carácter íntimo que subyace siempre detrás de los relatos de este tipo.
Por José Prieto Marugán
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