Reseña | Deep light: Clarinet masterpieces

Un auténtico disfrute para los oídos es la propuesta que nos hace la casa discográfica Ibs Classical con grandes obras del repertorio para clarinete interpretadas por Cristo Barrios y el pianista Andrew West. El disco se inicia con el Grand Duo Concertant opus 48 de Carl Maria von Weber. La partitura es muy exigente para los dos instrumentos. Precisamente, debido a la dificultad técnica que entraña la obra, el crítico musical John Warrack la definía como un doble concierto sin orquesta. Tanto Barrios como West tienen una compenetración absoluta y muestran no solo un gran alarde técnico, sino también expresivo con un buen equilibrio sonoro y de planos.

En segundo lugar escuchamos Five Bagatelles opus 23 de Gerald Finzi, quizá el trabajo más popular del compositor. En las cinco piezas se explota al máximo el sonido profundo del clarinete. La primera bagatela «Prelude» y la última «Fughetta» nos dejan entrever la influencia de J. S. Bach, compositor al que Finzi tenía gran devoción. Tanto en la segunda como en las dos bagatelas siguientes, el clarinetista resalta el carácter tierno de la melodía.

Continuando con la tradición inglesa, le toca el turno a los Six Studies on English Folk Song de Ralph Vaughan Williams. Compuestos en 1926, fueron inicialmente concebidos para violonchelo y piano. Esta versión de Barrios y West es realmente exquisita.

No podía faltar en este recorrido Phantasiestücke opus 73 de Robert Schumann. Compuestas en 1849, estas tres piezas tienen un carácter idílico e íntimo. En el tercer movimiento se observa una precipitación rítmica y se percibe la energía y pasión con la que los intérpretes conciben esta partitura.

El disco se cierra con el Tema con Variazioni de Jean Françaix. La obra fue compuesta en 1974 como pieza de concurso por encargo del conservatorio de París. Tal y como señalan los músicos en el folleto que acompaña al disco, la aparente sencillez esconde dificultades técnicas y rítmicas complejas.

La interacción entre los dos músicos es perfecta. Se trata de un disco imprescindible para cualquier melómano.

Por Francisco J. Balsera