Debussy: Complete Preludes
Claudio Constantini, piano
IbsClassicalIBS 22018
Melómano de Oro
En una época en la que el panorama musical europeo estaba radicalmente revolucionado, buscando alternativas definidas a una tradición milenaria, Claude A. Debussy (1862-1918) se convierte en el protagonista de la evolución creadora que el siglo XX necesitaba para no romper sus lazos con la historia, logrando un lenguaje renovado y novedoso.
El pianista peruano Claudio Constantini recoge magistralmente una extensa parte de la obra para piano del compositor, entendiendo y transmitiendo de una manera admirable el espíritu de cada una de las piezas. El doble compacto está estructurado de manera ordenada y cronológica, conteniendo el primero el libro de preludios compuestos entre 1909-1910, y el segundo los preludios recogidos en otro libro entre 1911-1913, además de otras piezas célebres.
Estampes marca el inicio de la grabación, una obra en tres movimientos de 1903. Esta obra es la bisagra que confirma un estilo maduro, ya gestado en obras anteriores como Prèlude à l’Aprés-midid’unfaune. Se trata de una obra ensoñadora que apela a la imaginación y a la sugestión.
El compacto continúa con la obra más temprana de cuantas aquí se presentan, la Balladeslave, de un marcado carácter romántico, pero desvelando los esquemas modales y estilísticos que permanecerán de manera desarrollada en su obra ulterior.
El corpus central está marcado por los preludios antes mencionados, doce de ellos para cada uno de los dos libros. Si bien hay una alusión a grandes figuras como Bach o Chopin, la forma de estos preludios adquiere una dimensión bien distinta puesto que Debussy, los concibe como un logos, algo que se va creando así mismo sin recurrir a recursos cíclicos o sistemáticos. Así pues, estos preludios son reclamos para la imaginación. Algunos de los más conocidos son La filleauxcheveux de lino Feuillesmortes.
Para terminar las Imagesoubliées, llamadas así porque fueron publicadas de manera tardía en 1977, son un reflejo de la Belle Époque que marcó el fin de siglo, amable y melancólico, pero adelantando los nuevos tiempos a los que haría frente Debussy.
Por: Enrique Pastor Morales
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