Últimamente nos hemos acostumbrado a escuchar música del Renacimiento usando grandes recursos: multitud de instrumentos y voces que, en ocasiones, parece tratarse de un oratorio barroco. Esta afirmación no significa que este tipo de interpretaciones no fueran posibles en la época, pero esos grandes recursos no siempre eran posibles básicamente por el mismo motivo que en el siglo XXI: poder pagar a todos los músicos participantes o simplemente querer hacer una audición más íntima o práctica (por el transporte de los diferentes instrumentos). El conjunto Aquel Trovar, en este interesante disco titulado Dancerías, nos ofrece esa visión más popular de esas danzas del Renacimiento que no siempre tenían lugar en ambientes cortesanos sino también en ambientes populares y, por tanto, con recursos más limitados, pero no menos efectivos. Así, con un total de tres intérpretes se combinan flautas renacentistas con percusión, cítara, guitarra renacentista, vihuela de arco rabel bajo y colascione. Esta variedad de instrumentos nos permite observar una paleta de colores variada y distinta a lo largo de las piezas grabadas que hace imposible que el oyente caiga en la monotonía. Los tres intérpretes están espléndidos en sus respectivos instrumentos, ofreciéndonos una interpretación exquisita de principio a fin, de gran vivacidad y sentido rítmico, que transporta al oyente al pleno siglo XVI. Destaca la presencia del colascione en algunas de las obras —¡el equivalente al bajo ‘eléctrico’ de la época!—. La presentación del disco es también espléndida: más que un disco parece un pequeño libro en el que uno aprende mucho, pues se ofrecen explicaciones muy detalladas de cada una de las danzas que aparecen, pequeñas miniaturas que ilustran esos comentarios e incluso la mención de cada una de las fuentes de donde se extrae la partitura, por si a alguien le apeteciera organizarse un viaje por toda Europa en busca de manuscritos bellos y valiosos. Trabajo completo en el que se fusionan excelentes músicas, intérpretes y textos de gran rigor musicológico.
Por Àngel Villagrasa Pérez
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