Karla Martínez Rabanal, pianista cubana, nos presenta Cuba: Piano Contemporáneo, una recopilación de obras de algunos de los más importantes compositores contemporáneos de la isla.
Reencuentro abre el disco de la mejor manera posible. López-Nussa nos lleva al disfrute de una música para piano muy bien escrita, con un alto grado de jazzismo, una rítmica disfrutona y una melodía en su punto de melosidad. Completa, redonda… Una auténtica preciosidad.
Con la Suite para Piano de Aldo López-Gavilán Karla explora el virtuosismo pianístico, pero siempre mirando desde la contemporaneidad de la música cubana, muy influenciada por la música popular, armonías apetecibles y, de nuevo, una rítmica potente. Asimismo, Karla se aventura con una pieza para mano derecha de Piñera, con la que nos demuestra, una vez más, su gran técnica pianística.
Brouwer aparece, indiscutiblemente, en este disco de música contemporánea cubana con dos piezas, pertenecientes a un grupo de diez inspiradas en algunos de los grandes pintores cubanos vanguardistas. Una música, la de Leo, eminentemente tradicional, refiriéndome con esto a su situación dentro de la música de concierto; una música que sigue el rumbo de la música proveniente de principios del siglo XX, que recoge el testigo y que continúa trazando el recorrido de la música que mal llamamos clásica. Mano, mucha mano es lo que tiene el compositor.
Danza fuera de baile para juntarse alrededor del piano y bailar, disfrutar… Una música clásica de salón doméstico a altas horas y con la copa medio vacía. Una música refinada que se desprende de cualquier complejo señorial para enseñarnos que esto no va de chaqué y auditorio para disfrutar de un piano de cola.
Karla nos propone tres preludios de Alén, que muestra un lenguaje algo más europeo y menos popular, quien aún con esas desarrolla el número seis bajo la influencia rítmica de la música latina expresada a través de armonías complejas muy modulantes.
Por último, no podía faltar, de alguna forma, el son cubano, y Karla lo introduce con El Manisero, de Moisés Simons, que cierra un disco brillante, fruto del trabajo de una pianista que descubre la riqueza de su música tradicional con la distancia. Una música tradicional que, a la luz de la tradición clásica, responde a lo que algunos denominamos como la verdadera música contemporánea.
Por Pablo de Diego
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