Reseña | Conrado del Campo. Obras orquestales

Conrado del Campo Zabaleta (1878-1953) es más conocido entre los aficionados por haber formado a muchos de nuestros compositores actuales que por la numerosa y variada obra que escribió. Pueden encontrarse en internet alguna de sus obras orquestales, sus cuartetos de cuerda se están ofreciendo y grabando en los ciclos de la Fundación March, y de su catálogo lírico solo conocemos la recuperación de su ópera de cámara Fantochines, realizada en marzo de 2015.

La primera obra grabada en este álbum, En la pradera (1943), es una suite en cinco movimientos extraída del ballet que se dio a conocer con coreografía de Pilar Monterde. Es música densa, en la que se advierten giros y secuencias españolas, y el retrato sonoro de la alegría y el vigor de los festejos populares. Cinco son también los Bocetos castellanos (1929),retrato sonoro del carácter profundo de sus gentes: los andares de un borriquillo saltarín (en el Scherzo) o la alegre procesión de una fiesta popular. La Fantasía sobre temas de Chapí (1913), homenaje de Del Campo a quien fue su profesor y mentor, contiene referencias a grandes zarzuelas del músico de Villena. Por último, Moras, moritas, moras (1930),un pasodoble sinfónico, ligero y saleroso firmado por el serio don Conrado.

La versión se debe a José Luis Temes, al que hay que agradecer su interés, su esfuerzo y su trabajo no solo artístico, sino también como promotor de estas grabaciones de músicas desconocidas. Desde el punto de vista artístico, Temes extrae de la orquesta cordobesa un sonido excelente, muestra el adecuado equilibrio entre los grupos orquestales, destaca los contrastes dinámicos y pone de relieve el colorido orquestal de la escritura de don Conrado, potente y brillante.

De la grabación es destacable el trabajo ejemplar de Javier Monteverde como ingeniero de sonido. El disco contiene información complementaria sobre el autor escrita por el propio Temes.

Por José Prieto Marugán