Reseña | Còdols. Juli i Pau Sandaran

Un ambiente familiar es fuente de inspiración que depara obras maestras, como la música recogida en este disco. Juli y Pau Sandaran, abuelo y nieto, son los autores de piezas camerísticas surgidas al calor de fiestas y reuniones entrañables donde se dan la mano la canción popular, la música clásica y el jazz. Pau Sandaran toma el vocablo catalán «còdols», que significa «guijarros»; el propio título del disco, que alude a la acción de la naturaleza sobre la piedra en similitud a la paciente labor de un artista.

Aparecen aquí partituras que tienen su historia: el Choro per a Frida, un tributo a la música brasileña, El pájaro azul, fábula en torno a un cuervo que emigra del Cáucaso a Viena para encontrarse con el Ave Fénix, o La torre de Babel, cuya sencilla fórmula permite atraer a más público. Muy interesante el arreglo del Cant dels ocells, con ribetes pianísticos que juegan gustosamente con los silencios del original.

Precisamente, el éxito de este disco radica en ofrecer música cálida y breve que retrata la esencia de la mejor música de cámara engarzada con otros géneros muy agradables al oído. Sobresalientes las Cinco piezas para chelo y piano, un resumen ingenioso de varias corrientes donde también se crea una atmósfera enigmática; Romanza sinmelodía hipnótica y un evocador Camino hacia el cielo, cuyas tres secciones bien estructuradas tienen el sello de los compositores que aglutinan brillantemente sus ideas. Se vive una pasión recóndita en Oda al Sol, ofrecida en dos versiones; la segunda, cierre del disco, incorpora el canto con singular refinamiento.

La última pista deja con la miel en los labios después de abrir horizontes con una paleta de sonoridades y estilos que puede congregar en un auditorio a todos los públicos. ¡Enhorabuena y adelante con estas iniciativas!

Por Marco Antonio Molín Ruiz