Este disco recoge la grabación del concierto de David Fray en la Eglise Notre Dame du Liban de Paris, en el que interpreta, tras haberlo tenido durante sus más de quince años de carrera fuera de su repertorio, un programa compuesto íntegramente por obras de Chopin.
Destacan entre las trece obras que componen el disco una selección de siete de los veintiún Nocturnos de Chopin. Sin dejarse llevar en exceso, siempre manteniendo una postura controlada ante la interpretación, pero no por ello sin dejar espacio para la música, aborda los Nocturnos de manera tierna y seductora. La mano derecha canta las melodías, acariciando su contorno con delicadeza, dejándose empujar por la fuerza de la composición, pero sin permitir que la pieza le arrebate el control de la interpretación. La mano izquierda, por su parte, en perfecto equilibrio, se deja llevar por los rubatos, volviendo en sí suavemente y destacando solo cuando la obra lo requiere.
Junto a los Nocturnos, interpreta con suave melancolía tres Mazurcas, un Impromptu, una Polonesa y un Vals, sin perder la perspectiva suave y equilibrada desde la que aborda los Nocturnos, dando así unidad al repertorio seleccionado. Es destacable la conmovedora ternura desde la que aborda el Vals y es necesario señalar que hay a quien el rubato de la interpretación de la Polonesa le puede parecer un poco amplio, si lo confrontamos con cómo se abordan el resto de las obras.
Estamos ante una revisión de archiconocidas obras de Chopin, para algunos tal vez comedida, pero de una innegable calidad interpretativa, que se acerca al compositor desde la seriedad, la delicadeza y el respeto que transmite la belleza de estas obras.
Por: Pedro Téllez
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