Una de las formas musicales más emblemáticas del Barroco es sin duda el bajo ostinato, género en el que una secuencia armónica se repite y sobre la cual se ejecutan variaciones, diferencias y glosas. Con origen en el Renacimiento, es en el primer tercio del Seiscientos cuando estos bajos se ponen de moda, siendo la folía y la chacona ejemplos paradigmáticos del baile popular en este siglo, hasta el punto de ser citadas en El Quijote.
Protagonistas en el repertorio de instrumentos de cuerda pulsada y tecla, los bassiostinatison un pequeño mundo dentro del repertorio barroco que en numerosas ocasiones nos recuerda a formas actuales como el jazz, el blues o incluso el flamenco. El bajo de Guárdame las vacas, una canción española muy popular en los siglos XV y XVI, sería uno de los primeros ejemplos de bajo ostinato en contagiar Europa, adoptando el nombre de romanesca. Silvia nos ofrece dos ejemplos: la Partitesopra La Romanesca de MichelangeloRossi (1602-1656) y las Diferencias sobre las Vacas de Antonio de Cabezón (1510-1566).
Entre los bajos más concurridos tenemos la folía o folías de España, danza emblemática del siglo XVI y principios del XVII y a la cual prácticamente todos los compositores relevantes del Barroco rindieron tributo. Las veintinueve Variazioni sulla Follia di Spagna de Alessandro Scarlatti (1660-1725), de una increíble variedad rítmica y textural, dan buena cuenta de hasta qué punto se desarrolló este lenguaje y son terreno abonado para la capacidad técnica y expresiva de nuestra clavecinista. Muchos años después, Carl Philipp Emanuel Bach (1714-1788) haría doce variaciones muy diferentes, de las que cabe reseñar la vorágine de arpegios de la número cuatro y el enfoque tan personal de todas ellas, ya cargadas de flema romántica y con un formato cercano a las variaciones del mismo Beethoven.
La Ciaccona de Bernardo Storace (ca. 1637-1707) es desenfadada, vital y de herencia criolla. Según cuentan los contemporáneos, es la chacona la danza más “inmoral y lasciva”, popular en las bodegas del XVII español e italiano. Nada que ver con la Chacona de la partita 2 BWV 1004 de J. S. Bach (1685-1750), de carácter grave y melancólico, aunque solo en un principio; su natural lirismo viaja entre los afectos durante los casi doce minutos de pieza repletos de musicalidad.
Funcionando como un tema con variaciones, la Chacona en Sol menor HWV 486 de Georg Friedrich Haendel (1685-1759) es de un increíble dinamismo, saltando de una a otra textura y cautivando nuestra atención y aprovechando toda la sonoridad del clave. La Chacona “La Complaignante” de Luis Couperin (1626-1661) es fiel reflejo del prisma francés, en forma de canción y finalmente pensado para el baile además de para el deleite sonoro.
Este género ha interesado a compositores contemporáneos, como Ligeti (1923-2006), que ofrece su particular homenaje a la chacona en su Hungarian Rock de 1978, aprovechando la variedad de registros del clave en un lenguaje atonal. También Roberto Sierra (1953) explora esta forma en su Montuno en forma de chacona, encargo para el Festival de Música Española de Cádiz 2017, con referencias a la importancia del ritmo en las chaconas del Nuevo Mundo.
Con el vehículo de una deliciosa y madura interpretación, esta selección de piezas es muy representativa de este género que, como en los estándares de jazz actuales, pasó de ciudad en ciudad y caló en todos los ambientes musicales. En efecto, esta “chaconería” es, por definición, obstinada, insistente, enérgica y muestra de una vibrante creatividad en un periodo musical más cercano al nuestro de lo que pudiéramos pensar.
Por: Pablo F. Cantalapiedra
Gloria Dávalos Sházár dice
He buscado incansablemente el orígen del nombre de ¨Guárdame las vacas ¨ No lo encuentro en ningún lugar ¿ pueden ayudarme _ Les agradezco de antemano
Melómano Digital dice
Estimada lectora:
Esta canción de autor anónimo toma el título de su primer verso:
Guárdame las vacas, carillejo
y besarte he;
si no, bésame tú a mí
que yo te las guardaré.
Su letra proviene de un poema del autor Cristóbal de Castillejo (Ciudad Rodrigo, 1490 – Viena, 12 de junio de 1550).
Su melodía ha sido utilizada por gran cantidad de compositores como tema de sus obras.
Un saludo,
Melómano