Cello & Piano Works
Gabriel Ureña, violonchelo
Patxi Aizpiri, piano
Aria Classics Deposito Legal: M-7294-2020
El presente registro discográfico comprende el primer trabajo colectivo del violonchelista Gabriel Ureña con el pianista Patxi Aizpiri, reconocidos intérpretes que presentan, en esta propuesta, un repertorio representativo para esta formación, perteneciente a la producción de diferentes compositores rusos del pasado siglo XX, como el que configuran las sonatas de Prokófiev y de Shostakóvich, creaciones contrastantes complementadas con la canción Vocalise de Rajmáninov. El planteamiento posee su origen en la identificación de los músicos con este programa, después de haberlo ofrecido en diversas salas de conciertos.
En la interpretación de las sucesivas composiciones destaca fundamentalmente la calidad del sonido, tanto individual como colectivo, como consecuencia de la combinación de un talento artístico exquisito, un maravilloso dominio técnico y una formidable musicalidad en los cambiantes registros. La Sonata de Prokófiev propone una perfecta alternancia entre lo romántico y lo neoclásico, característico de este autor, con momentos de un auténtico sentimentalismo en alternancia con secciones dramáticas o paródicas, predominando una absoluta precisión en la ejecución de una partitura de exigentes demandas idiomáticas. La Sonata de Shostakóvich, por su parte, comienza con una atmósfera de esperanza y de melancolía por los hermosos recuerdos de un pasado inexistente en un presente en el que los vestigios románticos únicamente se perciben como claroscuros y lo satírico encuentra, del mismo modo, un trasfondo sombrío de absoluta desolación y opresión. Este entorno contrastante en ambos casos de una misma realidad se concibe magistralmente descrito mediante un discurso de brillantes articulaciones, contrastes dinámicos, planos sonoros y colores en la expresión, principalmente en los episodios con predominancia de un íntimo lirismo, como el que se halla determinado en la obra conclusiva de Rajmáninov, en la que el violonchelo, con su canto, incrementa progresivamente su intensidad mediante una amplia gama de afectos encaminados desde la emotividad hasta la nostalgia.
Por Abelardo Martín Ruiz
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