Casiopea. Works for Cello solo from XXI Century
Juan Aguilera Cerezo, violonchelo
Nîbius NIBI141
Melómano de Oro
La interpretación de la música de nueva creación refleja un compromiso total con el presente y la esperanza de que la memoria futura aparezca poblada de lo que llamamos ahora. La grabación como documento es especialmente emocionante en estos casos; se trata de una primera lectura, una personal incisión en el recuerdo colectivo.
Juan Aguilera Cerezo conoce bien los entresijos teóricos del tiempo y así lo muestra en las notas a Casiopea, un álbum compuesto por obras para chelo solo de ocho compositores del XXI: Prados, Ruiz Molina, Otero Moreira, Vinogradova, Martín Quintero, Uzunselvi, Blardony y Dündar. En ellas, el intérprete pone su pulida técnica y capacidad expresiva al servicio de una ‘belleza nueva’, en algunos casos llevada al papel específicamente para el chelista andaluz. Una belleza que se presenta a través de los lenguajes actuales a la espera de una existencia en el tiempo, posible solo a partir de la maravillosa coincidencia de dos cuerpos que ofrecen sus sentidos a la música. Uno para convertir el mensaje, otro para recibirlo y ambos para dejarse transformar por él.
Las obras que conforman el proyecto pertenecen a un mismo momento, pero no por ello renuncian a su singularidad. Entre ellas, encontramos las que subvierten las normas tradicionales de los instrumentos de cuerda, permitiéndole al gesto sonar. Es el caso de Sürük Tung, obra de Uzunselvi en la que, un poco a la manera de Lachenmann, escuchamos lo que siempre estuvo prohibido en el chelo. El cuerpo y el instrumento se alzan como generadores de sonido y no únicamente como medios para la producción del mensaje sagrado.
Otras obras de la selección siguen explotando las posibilidades expresivas del instrumento sin renunciar a las formas actuales. En el Aria de la Sonata para violonchelo opus 29 de Vinogradova somos partícipes de un momento de introspección tan puro que podría decirse que presenta el chelo como la mano tendida hacia la reconciliación de todos los estilos posibles. Por medio de la escucha profunda, todos los lenguajes adquieren sentido.
La escucha de Casiopea es una experiencia que requiere de atención porque no se sustenta en lo conocido. Precisamente por eso es también una invitación a un lugar —el tiempo de la conciencia, aquel que conlleva un fin y se expone al dolor— apasionante.
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