Care pupille
Samuel Mariño, contratenor
Händelfestspielorchester Halle
Michael Hofstetter, dirección
Orfeo C998201
Melómano de Oro
COMPRAR
Según la conocida anécdota referida por Charles Burney casi cuarenta años después del hecho, estando él presente, Mrs. Cibber, hermana de Thomas Arne, preguntó a Haendel qué clase de compositor era Gluck. El viejo maestro, después jurar, respondió a la cantante: ‘Sabe tanto contrapunto como mein cocinero Waltz’. Con este juicio Haendel no pretendía dar a entender que Gluck supiera de contrapunto lo mismo que un cocinero, sino que sabía ‘tanto’ como Waltz, quien además era cantante, y aceptable cuando menos, pues Haendel contó con su voz de bajo para Athalia, Ariannaen Creta, Ariodante, Alcina y Atalanta. De modo que Haendel, lejos de denigrar a un compatriota recién llegado y sin demasiada fortuna (acababa dar un traspiés con el estreno de su primera ópera londinense), en realidad le estaba concediendo valía.
‘Care pupille‘ es una deslumbrante selección de arias que ambos músicos escribieron para el castrato soprano Gioacchino Conti, llamado ‘Gizziello’. En el caso de Haendel, arias pertenecientes a las tres óperas estrenadas durante la temporada 1736-37, la última del compositor como empresario independiente antes de quebrar su compañía; las arias de Gluck, posteriores, pertenecen a un período creativo más amplio. Sin embargo, no es la selección musical, donde hay tres primeras grabaciones mundiales, lo que hace de ‘Care pupille‘ un disco extraordinario. Lo es por ser el disco con que debuta el contratenor venezolano Samuel Mariño, cuya voz merece considerarse, sin temor a la hipérbole, como prodigiosa. Mariño canta resuelto
—bellísimo timbre— en el registro de soprano: emisión limpia y potente; delicado, brillante en los pasajes de coloratura, meticuloso en el ornamento; con un ascenso súbito, fino al agudo extremo que corta el aliento. Adentrarse en la foresta etolia tras el corazón en fuga de Atalanta resulta una experiencia mágica. Como abstraerse en el lirismo agonal –voz vs oboe– de ‘Quella fiamma’, en su florida sección da capo con cadencia imitativa. Magia también, quizá hasta el delirio, hay en cada larga nota ingrávida sostenida por Berenice en el Antigono, y en cada aria por descubrir del joven Gluck.
Por Alejandro Santini Dupeyrón
Deja una respuesta