Reseña | Cantadas. José de Nebra. Francisco Corselli

Nueva recuperación discográfica en el ámbito de la cantada española del siglo XVIII la que ofrecen en el sello Pan Classics el contratenor Alberto Miguélez Rouco y el conjunto con instrumentos de época Los Elementos, fundado por él, en la que reúnen varias de estas obras pertenecientes a José de Nebra y Francisco Corselli, dos compositores estrechamente vinculados a la Real Capilla de Madrid. Cuatro ejemplos del refinado arte conseguido en este género de música sacra herencia de la cantata italiana cultivado por ambos autores y que, al margen del terreno operístico, llegan a lo más alto de la expresión de los afectos de todo el Setecento español desde un ámbito más camerístico.

El joven cantante coruñés exhibe unas apreciables facultades para el ornamento y la coloratura a lo largo de estas muestras dieciochescas, destacando la calidez del timbre de contralto y el acusado registro grave, así como su capacidad para el canto legato y la media voz, que se hacen especialmente visibles en la cantada a la Asunción Suavidad el aire inspire de Nebra. Los únicos seis instrumentistas que le secundan, provenientes de la Schola Cantorum Basiliensis, proporcionan un luminoso discurso cantabile desde los dos violines de Claudio Rado y Lathika Vithanage. En el bajo continuo, al violonchelo de Thomas Chigioni y el contrabajo de Teodoro Baù se une el arpa barroca de Chiara Granata y el órgano positivo de Daniel Perer, lo que proporciona un rico aporte de color al acompañamiento, tanto de recitativos como de arias. El órgano resalta las disonancias resultando determinante en el primer recitado de Rompa, Señor, mi acento de Corselli, y acapara atención describiendo la furia de la tormenta en el aria final ‘De alterados elementos’ de la misma cantada, vibrante página digna de un Vivaldi. Los Elementos sirven a solo cualidades como el virtuosismo en una Sinfonia da camera en estilo napolitano (y por ende, español) de Nicola Porpora en la que suenan castañuelas que ignoramos quién empuña. Es una lástima que al tratarse de un repertorio netamente hispano las notas no se ofrezcan en castellano.

Por Germán García Tomás