Reseña | Canciones de la Vieja Europa

“Puede que la música haya unido a Europa más y más temprano que la política. Siglos antes de la construcción europea mediante acuerdos y tratados, las artes, y muy especialmente la música, habían logrado un sofisticado lenguaje común.” En los albores de la Edad Moderna, la generación que presenció el descubrimiento del Nuevo Mundo marcó, a su vez, la música de todo el siglo venidero. Las innovaciones flamencas y el nacimiento bajo la protección de los Reyes Católicos de la primera escuela polifónica castellana dio lugar a una concepción musical cada vez más acórdica, conviviendo con el contrapunto vocal que aún daría lo mejor de sí en las catedrales españolas.

De la misma manera, conviven en este programa músicas arcaicas e innovadoras, danzas instrumentales y piezas cantadas, polifonía y melodía acompañada, y sobre todo, compositores de muy distintas procedencias, abarcando desde Portugal hasta Polonia, pasando por Inglaterra, Francia o Hungría. Con un abanico desde finales del siglo XV hasta principios del XVII, obtenemos una panorámica del Renacimiento musical europeo con el prisma de esta atípica pero histórica formación instrumental, con la versátil voz de Delia Agúndez para los tiples.

Es digna de reseñar la deliciosa interpretación de MilleRegretz, canción favorita del emperador Carlos, tanto en su primera versión de Des Pres como en la pavana que hizo Susato a partir de aquella. Un desconocido en los círculos actuales es el polifonista del XVI Venceslao de Szamotuly, de origen polaco, puesto en su momento a la altura de grandes como Vedana o Lappi. Danzas como el Tourdion, la Spagnolettade Caroso o una Gallardade Gibbons se entrelazan con canciones como A Robyn, gentil Robyn o Pámpano verde, hasta sumar un total de veintiuna piezas de una calidad sin fronteras, acompañadas de textos individuales sobre cada una.

Por: Pablo F. Cantalapiedra