Eugenia Boix, soprano
Karim Farhan, tenor
Guillermo Turina, violonchelo
La Tempestad
Silvia Márquez, dirección y fortepiano
Ibs Classical IBS202019
Melómano de Oro
Las obras elegidas en esta ocasión, recitados y arias de la cantata Il triunfo de José Lidón, Lamentaciones de Miércoles Santo de Gaetano Brunetti y el Concierto para violonchelo y orquesta en Re mayor del hijo de este, Francisco Brunetti, pertenecen a un proyecto de investigación del ICCMU, cuyo equipo de musicólogos ha elaborado las ediciones a partir de las cuales, en conciertos previos a la presente grabación, Márquez y La Tempestad fueron reestrenando (arrancado del largo olvido, más de dos siglos) para el público actual estas muestras de la suprema capacidad creativa de los directores de la Capilla Real escritas, para el restringido ámbito palaciego, durante los reinados de Carlos IV y Fernando VII. Este álbum recoge, en consecuencia, la primera grabación mundial de dichas obras.
El enojo del Señor hace en Il triunfo estremecer la tierra; cuando alcanza Su ira arde, brasa viva, en un recitado dramático pleno en contrastes y efectos orquestales compactados por el registro grave del fortepiano desde el que Márquez dirige a una exuberante Tempestad, en tanto que el aria ‘Che sarà? Qual cupo suono’, pese a continuar la justa venganza sobre los enemigos del rey David, se abre a pasajes de coloratura y embriagadoras cadencias que permiten apreciar la hermosa amplitud vocal de la soprano Eugenia Boix.
El tenor Karim Farhan, de cálido timbre, entona en latín doliente las calamidades descritas en la segunda Lamentación de Brunetti padre, compuesta en el refinado estilo que le era propio, para escucharse en el recogimiento del Miércoles Santo, entonces 18 de abril de 1794. A su virtuoso hijo Francisco, alumbrado en la Villa de Madrid, y que aprendió de Duport en París la técnica del violonchelo moderno, debemos el único concierto para el instrumento de finales del XVIII español que ha llegado íntegro a nuestros días. Obra patrimonialmente valiosa, desde luego, y además de inspiración sublime, que Guillermo Turina interpreta con magistral elegancia.
Por Alejandro Santini Dupeyrón
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