Brahms: Cello Sonatas
Asier Polo, violonchelo
Eldar Nebolsin, piano
Ibs Classical IBS 582019
Melómano de Oro
La grabación que Asier Polo y Eldar Nebolsin presentan de las sonatas para violonchelo de Brahms transmite la vitalidad y la madurez necesarias a la hora de afrontar un repertorio que muestra una evolución en el devenir creativo del de Hamburgo. A la capacidad técnica indudable de ambos deben sumarse el entusiasmo y la frescura que se palpan ya en la foto de portada del disco, así como en cada compás, tema o dinámica. Polo y Nebolsin transitan en paralelo por los planos sonoros brahmsianos con un sonido claro, pleno y respetuoso, y con la complicidad necesaria para llevar en volandas al dúo a un triunfo colectivo. El pathos que consigue crear el chelo es envolvente e intimista, pero sobre todo claro y equilibrado en su relato, mientras que el piano rebosa control y expresividad para transmitirnos sin titubeos el misterio y la pasión del Brahms pianista.
En su lectura logran conformar un álbum de recuerdos hilando esos «fotogramas musicales» que conforman la Sonata núm. 1 opus 38 más dos lieder opus 43 —obras de juventud— y la Sonata núm. 2 opus 99 y los lieder opus 105 y opus 106 —obras de madurez—. Desde su creación, la primera sonata tuvo sus detractores que consideraban poco equilibrado el tratamiento en la partitura de uno y otro instrumento. En esta ocasión, la lectura de los tres movimientos es rigurosa y emotiva, explicando al Brahms de amargura oculta y bellas melodías en sus guiños al Romanticismo (Beethoven o Schubert), Rococó (minué-vals) y Barroco (fuga de Bach). La segunda sonata refleja un trabajo de campo más profundo, casi «orquestal» —la sonata del Allegro vivace— y más centrado en el dramatismo del chelo —Adagio—, escalando hacia la cima por un sendero repleto de frescura, intensidad, intimismo y explosividad. Completan el disco los cuatro lieder que rezuman gusto y lirismo a raudales. Polo logra acercarse con su chelo a la belleza vocal de la canción alemana, demostrando el poder de mimetización del instrumento, complementado por el pianismo hipnótico de Nebolsin: melodías, rubatos, pianísimos… que nos hablan de soledad, de emociones, del corazón… y al corazón. ¡El álbum de recuerdos musicales está listo para ser mostrado y disfrutado!
Por Alessandro Pierozzi
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