Reseña | Bernhard Ycart: musica sacra

‘En nuestra lectura de la música de Ycart hemos querido ver un repertorio que, aunque escrito, está muy ligado a tradiciones orales y prácticas improvisativas, y en el que la idea de la composición forma parte inseparable del oficio práctico del cantor eclesiástico’. Con esta declaración de intenciones, La Academia de los Nocturnos resume todo un ideario que ha alimentado el debate durante décadas sobre cómo interpretar la polifonía renacentista.

¿Cómo se cantaba la polifonía? Nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero sí sabemos cómo se interpreta hoy. Una serie de grupos ingleses (respaldados por la academia) instauraron en nuestro criterio una sonoridad redonda, pura y sin añadidos, con la que hemos descubierto la inmensa mayoría de la polifonía renacentista. Pero si bien el debate sobre esta forma de entender la polifonía no es nuevo (el ensemble Organum debutó en 1983), son muy pocos los conjuntos que se alejan de la corriente principal.

Bernhard Ycart (fl. 1470 – 1480) fue un cantor al servicio de la corte napolitana de Aragón. Sabemos muy poco de él: gozó de cierta fama por su dominio técnico como compositor, aunque en su música prima la homofonía. Destaca, por su rareza, el motete O princeps Pilate, que en menos de tres minutos se revela único en sus planteamientos contrapuntísticos y en el uso de las falsas relaciones. La Primera lamentación para el Jueves Santo, por su parte, conjuga variedad de texturas y sonoridades: múltiples bicinios, pasajes imitativos y otros contrastantes como ‘Jerusalén’, que realizado en solemne homofonía tras una sección de gran actividad en todas las voces.

La interpretación es plástica, sin durezas y a un tiempo de gran intensidad. La emisión es abierta y muy nasal en ocasiones, con un sonido lleno y directo; hay luces y sombras pero también muy buenas líneas y dirección, aún con tempi muy sosegados. La gran protagonista es la improvisación: con un repertorio tan homofónico, los cantores han cumplido su palabra y han hecho una estupenda labor, aun con los riesgos que conlleva para la afinación y la emisión. El resultado es muy estimulante y revela no solo un compositor muy interesante de un periodo muy poco estudiado de la música hispánica, sino también una capilla sólida, con un amplio recorrido en este repertorio y con una interpretación madurada en la documentación y experimentación.

Por Pablo F. Cantalapiedra