Balagan
Noa Wildschut, violín
Pablo Barragán, clarinete
Frank Dupree, piano
Accentus Music ACC30643
Melómano de Oro
Pocas producciones discográficas llaman mi atención a partir de su título. Sin embargo, cuando vi Balagan de Noa Wildschut (violín), Pablo Barragán (clarinete) y Frank Dupree (piano), inmediatamente quise saber de qué se trataba. Balagan, que significa caos, lío o desorden, es una palabra de uso común en hebreo moderno, que a su vez proviene del ruso y tiene su origen en el persa. Al contrario de lo que se podría esperar debido a su título, este disco puede entenderse como un bellísimo caos, lleno de vibrantes colores, relieves y mucha vitalidad. Conformado por seis obras de compositores del siglo XX con raíces judías quizá poco conocidos para muchos, a excepción de Béla Bartók, esta grabación brilla por su simplicidad, capaz de cautivar a cualquier oyente.
En este disco de música de cámara se destacan elementos técnicos y de interpretación que están extremadamente bien logrados. Los músicos interactúan de manera elegante y delicada, respetando las acentuaciones, las dinámicas, los finales de frases y hasta respirando juntos, demostrando así un dominio excepcional de sus respectivos instrumentos. Un ejemplo de esto es la pieza para clarinete y violín del canadiense Claude Vivier, Pièce for Clarinet & Violin. Las sonoridades, llenas de diversos matices, envuelven al oyente en el maravilloso, enérgico y a la vez frágil mundo del Klezmer y el folclore. Para mí, el tercer movimiento, Ningu, del Trio de Paul Schoenfield es realmente una belleza acústica. Otros momentos destacables son Contrasts de Bartók, en especial el tercer movimiento (Sebes), cuya interpretación es realmente sublime y From Jewish Life, B. 54: I. Prayer de Ernest Bloch, donde se puede apreciar la madurez interpretativa de los músicos.
En resumen, este álbum es una adición imprescindible para cualquier amante de la música de cámara innovadora y vibrante; un espectacular ‘caos’ altamente recomendable cuya simpleza e inusual constelación no solo lo hacen interesante y vigorizante, sino que también invitan al oyente a descubrir nuevas profundidades musicales.
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