Reseña | Bach: The Art of the Fugue BWV 1080

El arte de la fuga BWV 1080 está formado por veinte piezas (fugas y cánones) que fueron escritas en los últimos años de vida de J. S. Bach. En el texto no aparece ningún tipo de indicación sobre la plantilla instrumental que debe interpretar la partitura. Tradicionalmente, hemos escuchamos versiones para instrumentos de tecla, como es el caso de la maravillosa versión pianística de Angela Hewitt o la del maestro Gustav Leonhardt al clavecín. En esta ocasión Ottavio Dantone nos hace una propuesta diferente (aunque no es la primera vez que la encontramos en la discografía de esta obra), con un cuarteto de cuerda que surge del conjunto instrumental que dirige, la Accademia Bizantina, especializada en el repertorio musical de los siglo XVII y XVIII.

Además, Stefano Demicheli interpreta varios contrapunctus en un órgano positivo y el propio Dantone hace lo mismo con el clavecín, ya sea en solitario o junto a los demás músicos. Estas combinaciones de instrumentos aportan una gran variedad de sonoridades para deleite de nuestros oídos.

Como es costumbre de Accademia Bizantina, la grabación se ha realizado con instrumentos originales y se ha puesto un enorme cuidado en el estudio musicológico de la partitura, de manera que nos encontramos con una versión respetuosa con el manuscrito y a la vez llena de sensibilidad y emoción.

Me gustaría destacar el Contrapunctus 9 «alla Duodecima», una fuga doble que es interpretada de forma exquisita, o el Canon per augmentationem in contrario motu que escuchamos al clave con un fraseo muy expresivo. Por supuesto, no debemos olvidarnos de la bella Fuga a 3 Soggetti que cierra la obra y que quedó incompleta en el manuscrito. La música fluye de forma natural desde que se presenta el primer tema gracias al uso de un tempo moderado que no decae en ningún momento. Aunque C. P. E. Bach introdujo un coral para cerrar la obra, Accademia Bizantina, fiel al manuscrito, nos muestra la fuga incompleta, por lo que escuchamos un abrupto final que es realmente conmovedor. Sin duda nos encontramos ante una espléndida interpretación.

Por: Francisco J. Balsera