Bachanal
Sin duda alguna. Esta es la erótica sensación que produce escuchar las Suites a Violoncello Solo senza Basso de Johann Sebastian Bach en las hábiles y ‘polifónicas’ manos de la chelista pamplonesa, afincada en Francia, Maitane Sebastián. Quizá, junto al Clave Bien Temperado del genio alemán, sean las obras más complicadas y cromáticas de su impresionante repertorio para instrumento solista. En este sentido, no hay que olvidar sus imponentes y solemnes sonatas y preludios para órgano, cumbre musical del Barroco alemán. Huelga decir que Maitane sale airosa de esta ardua contienda ejecutando de forma cuasi litúrgica las seis suites para chelo. Esta Bachanal de sonidos, tonos y texturas profundiza como ninguna otra en la contrapuntística idea de la libertad interpretativa —también compositiva— que a través de las extremidades de la chelista define el ideario de un músico que buscó de una forma casi lúdica la libertad que este instrumento le proporcionaba. El violonchelo, ‘el más humano de todos los instrumentos’. Bachanal donde las emociones, divinas y humanas, se mezclan alborotadas con los preludios, las zarabandas o los minuetos que Maitane interpreta de un modo natural acomodando los acentos allí donde Bach colocaba sus plegarias. Bachanal porque la instrumentista ofrece con sus beodos movimientos tantas libaciones que estas seis saturnales a Violoncello Solo senza Basso acabarían embriagando al mismísimo dios Baco. Bachanal de un solo comensal que invoca con sus armónicos ademanes al espíritu libre que Bach insufló en cada uno de sus pentagramas. Bachanal…
Esta nueva grabación de las Suites a cargo de Maitane Sebastián constituye un soplo de aire fresco que transforma el grisáceo panorama musical de nuestra mercantilista época cultural. Por tanto, degustar esta ‘polifónica’ bacanal de sonidos, tonos y texturas nos hace, sin duda alguna, un poquito más libres.
Por Antonio Pardo Larrosa
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