Reseña | Bach. A Cembalo concertato e Violino solo

Las sonatas para violín y clave obligado de Johann Sebastian Bach han sido grabadas en numerosas ocasiones y existen muy buenas versiones en el mercado. En este triple álbum del sello Audax Records no solo se han grabado estas obras, sino que también se completan con piezas de compositores coetáneos bajo el hilo conductor de violín y clave obligado. Recordar que el término clave obligado se refiere al hecho de que el clave no ejerce la función de bajo continuo sino que también tiene un papel solista, como el violín. Algunas piezas no se habían grabado nunca, con lo cual son primeras grabaciones mundiales.

Johannes Pramsohler al violín barroco y Philippe Grisvard al clave forman un dúo muy bien cohesionado. Eso se nota en la buena sincronía rítmica entre ellos y también en la buena musicalidad que nos ofrecen. En ningún caso se oye un clave de sonido duro o un violín de sonido ácido, cosa más común de lo que nos pensamos en algunas grabaciones. Los tempi están bien elegidos, con vivacidad en los movimientos rápidos y delicadeza en los movimientos lentos. Las sonatas de Bach están en general bien interpretadas, con numerosos matices, aunque se echa de menos aquella vivacidad italiana de violinistas como Fabio Biondi y Giuliano Carmignola, sus grabaciones siguen siendo todavía un hito en el mercado.

Las sonatas de Scheibe, Schaffrath y Graun son una delicia no solo por la interpretación, sino por la calidad de la música que, a pesar de todo, nunca habían sido interpretadas hasta el momento. La inclusión de obras de Carl Philipp Emanuel Bach y Georg Philipp Telemann completan este recorrido por el Barroco alemán, cosa que le da a la colección un hilo conductor también en cuanto a la procedencia geográfica de los compositores.

El libreto está escrito por el Dr. Peter Wollny, de forma muy detallada, cosa que nos hace confiar en la calidad musicológica de las explicaciones. Últimamente algunos discos se convierten en verdaderas bibliotecas de conocimiento en sus librillos. No tenemos información sobre el diapasón y temperamento que usan los intérpretes, algo cada vez más buscado por los eruditos.

Por Àngel Villagrasa Pérez