El significado del apellido de este creador o Dios de la música que es Bach (arroyo) no hace justicia al caudal inmenso de arte y belleza que sale de su pluma. Podemos comenzar a escuchar este dispendio bachiano mirando con ojos afines al recreador, francés nacido en 1968, proyectando la vista sobre el célebre cuadro del prerrafaelista John William Waterhouse (Roma, 1849-Londres, 1917) titulado Eco y Narciso, donde el pintor nos alerta muy estéticamente sobre amarnos demasiado a nosotros mismos. Diluir nuestro amor por la gran música en las notas del gran Bach no es difícil, ¿hasta el punto de caer en el narcisismo? En el cuadro se capta con preciosismo el intenso instante en que el más guapo de los guapos se enamora de sí mismo, de su reflejo en el agua, hasta el punto de, arrebatado por su pasión, ahogarse en su propia imagen, ante los ojos de otra enamorada y condenada, Eco, limitada a tener que repetir lo último que escucha. Para no encasillarnos en la enfermiza mirada de la belleza engreída ni atascarnos en la grandiosidad del genio que se diluye en este arroyo de gran música, un remedio es renunciar al juicio y dejarse llevar por el buen hacer del intérprete, sin duda encantado de haberse conocido, brindándonos una paleta bien variada de sonidos que se mueven en el amplio espectro de la articulación más fluida y brillante hasta el melodismo que, sobre la genial armonización que Bach sabe conciliar con su ingenioso contrapunto, es capaz de provocar una ilusión quasi impresionista y de saciar cualquier hambre de obra maestra.
Leo que Alexander Tharaud comenzó sus estudios de piano en París con Carmen Taccon-Devenat, discípula de Marguerite Long (dedicataria del Concierto en Sol de Ravel) y, a los 14 años, como Michel Dalberto lo fuera de Vlado Perlemuter, Tharaud con Germaine Mounier, cuyos consejos y enseñanzas a cerca de la obra también de Ravel, tuve ocasión de conocer y disfrutar. Hablamos de palabras mayores de conocimiento y buen gusto, con lo que solo puedo aplaudir y dar la bienvenida a este disco, dicho lo dicho.
Deja una respuesta