Arda mi afecto.
Joaquín García, Cantadas de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria
Manuel Gómez Ruiz, tenor
Flamma Ensemble
★★★★
El archivo de la Catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria guarda 569 obras de Joaquín García (1710-1779). Compositor desconocido, fue maestro de capilla a partir de 1735 y compuso la música catedralicia. Muchas de las piezas llevan textos en castellano, como villancicos, tonadas y cantadas. El álbum selecciona seis de las cantadas, cuatro de ellas dedicadas al Santísimo Sacramento y dos a Santa Ana.
El estilo de las composiciones tiene influencia italiana, aunque no con las novedades de sus contemporáneos. Tiene toques propios del oratorio o incluso de la ópera. Eso se advierte por ejemplo en las cantadas A nadie pues asombre (1769) o Víctima del amor (1775). Las respuestas instrumentales y la presencia de las trompas dan sensación de pompa y teatralidad.
Llama la atención lo apasionado de la letra, que no narra ninguna escena teatral, sino que representa una genuina expresión de la fe: el Santísimo Sacramento está ‘lleno de amor ardiente’ e ‘inflama’ el corazón del fiel, que está ‘anhelando a expirar’. Las referencias al fuego del amor devoto justifican tanto el título del álbum como la interpretación del tenor, Manuel Gómez Ruiz. Él lleva este ardor al fraseo y al juego de dinámicas, dibujando el sonido.
Con este álbum, Manuel Gómez Ruiz culmina un proyecto intrépido, apoyado por la Beca Leonardo de la Fundación BBVA. Rescata así a otro de los muchos compositores españoles olvidados, esta vez quizá por su localización (Canarias) o por su estilo conservador (tardobarroco). Ninguna de estas circunstancias es una razón de peso para privar a nuestros oídos de estas piezas.
Flamma Ensemble se encarga de la realización instrumental, con dos violines, violonchelo y contrabajo barrocos, clave, órgano positivo, archilaúd, tiorba, guitarra barroca, oboe barroco y dos trompas naturales. El resultado es un sonido sólido y compacto, muy propio del lenguaje barroco. Eso ayuda a percibir el contrapunto como algo que suma, y se resalta el componente rítmico del conjunto.
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