Antonio Literes: Sacred Cantatas for Alto
Carlos Mena, contratenor
Concerto 1700
Daniel Pinteño, violín y dirección
1700 170003
La música del maestro Literes se va rescatando poco a poco, desde que a finales del siglo XIX Felipe Pedrell editase la zarzuela Acis y Galatea. La producción músico-teatral del compositor mallorquín ha sido la más sonada desde entonces. Sin embargo, la música sacra, menos conocida, goza de igual calidad. La mayor parte de estas obras se encuentran en algunas de las catedrales españolas y en Guatemala. Las cantadas sacras que aquí escuchamos han sido halladas en el Archivo Histórico Archidiocesano de este último lugar mencionado.
La primera de estas cuatro cantatas, Ya por el horizonte, pone en evidencia la vinculación del compositor con el mundo escénico, con abundancia de diálogos, claroscuros y el ambiente marcial del clarín. La profusión de notas a gran velocidad hacen de ella una obra de enorme virtuosismo bien resuelto tanto por la parte vocal, a cargo de Carlos Mena, como por la instrumental.
En todas las cantadas podemos apreciar la influencia del estilo italiano, tan presente en la corte de principios del XVIII con la llegada de compositores como Francisco Corselli o la presencia de la compañía teatral de los Trufaldines. También notamos la influencia de la música francesa con el abundante compás ternario. propio del tan apreciado minué.
Si el viento es el título de la siguiente cantada. La música de Literes se empapa de un cierto misticismo y continúa la tradición lírica hispana mediante una profusión de alegorías, bien tejidas entre el texto, la retórica musical y los instrumentos.
Concerto 1700 sabe encontrar los puntos de enorme profundidad expresiva, así como los de mayor energía y vitalidad, en un equilibrio de tempi bien logrados y una abundante paleta de recursos dinámicos.
Poniendo en relieve que Literes fue nombrado músico de violón, la cuerda frotada se convierte en una gran protagonista. Así, en la cantada Cuando a pique, Señor, el grupo de cámara se reduce a cuerdas. La última obra es De aquel fatal bocado, en la que vuelve la presencia del oboe, interpretado por Jacobo Díaz.
Por Enrique Pastor Morales
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