Antón García Abril. Obras para canto y cuarteto de cuerdas
Lucía Castelló, soprano
Cuarteto Bretón
Alejandro Zabala, piano
ClasicaEs
Melómano de Oro
Antón García Abril (Teruel, mayo de 1933), en su ingente obra, ha mostrado una especial interés por la composición de diversos ciclos canciones. Esta grabación fue realizada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, en diciembre de 2017, donde puede escucharse el ciclo de Canciones del jardín secreto: «Ausente de mis ojos», «Los dos amores», «Elegía a la pérdida de la Alhambra», «Te seguiré llorando» y «El jardín de Al-Andalus», para voz y piano sobre poemas de autores arábico-andaluces, escritos entre los siglos VII y XV, y que fueron estrenadas en 2001 y revisadas en 2017, adaptándolas para voz y cuarteto de cuerda.
El Tríptico sobre poemas de Antonio Gala: «Agua me daban a mí», «A pie van mis suspiros» y «No por amor, no por tristeza», está extraído del Ciclo de Canciones de Valldemosa, estrenado en 1974 para voz y piano, al que se suma un cuarteto de cuerda en su versión revisada de 2017.
Rubaiyat es una obra con texto del poeta persa Omar ibnàl-Jayyam (1048-1113), fue estrenada en 2010, para voz y cuarteto de cuerda.
Esta grabación también incluye las Canciones de noche y Estrellas, compuestas originalmente para voz y piano, sobre tres poemas escritos por la soprano valenciana Isabel Rey: «Soñé con un amor como el tuyo», «A lo lejos susurraban las olas» y «Cuando miro a las estrellas», estrenadas en 2010 por la propia Isabel Rey y el pianista Alejandro Zabala, quien, en esta grabación tiene una brillante intervención en las tres canciones de Antonio Gala, junto a la excelente prestación del Cuarteto Bretón (añadido en la versión revisada de 2017) y de la soprano Lucía Castelló, quien luceun bello timbre, excelente línea de canto, y gran expresividad. Muestra un marcado tono de lamento, junto a momentos de gran intensidad dramática en las Canciones del jardín secreto.
En Rubaiyyat brilla sobremanera el Cuarteto Bretón, verdadero protagonista, donde la voz de la soprano se inserta en el tejido orquestal, con unos bellos efectos sonoros. En las Canciones de noche y estrellas, escritas en una elevada tesitura, la soprano muestra su magnífico registro agudo, bien acompañada por el Cuarteto Bretón.
Por: Diego Manuel García
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