Another Light (Álex Garrobé plays Marco Smaili)
Álex Garrobé, guitarra clásica
Knobloch Strings CS 254-2021
Melómano de Oro
‘Otra luz’ es la que nos desvela la guitarra de Álex Garrobé en su paseo a través de la música de Marco Smaili. Compositor y guitarrista, su estilo y su técnica compositiva han sido elogiados por grandes personalidades de la música tales como Cristóbal Halffter o Antón García Abril a través de diferentes galardones en el ámbito de la composición para guitarra como el Premio Internacional Manuel deFalla. Su música es interpretada por grandes guitarristas como David Russell, Roberto Aussell, Carles Trepat y el traductor musical del universo sonoro creado por Smaili en este álbum: Álex Garrobé. El guitarrista catalán nos ofrece una interpretación que, como profundizaremos unas líneas más adelante, desde palabras del propio compositor: ‘me ha adivinado a partir de unas intenciones metamusicales que difícilmente puedo plasmar en el papel’.
El disco se detiene en ocho composiciones smailianas, diversas formas musicales que son homenajes —directos o indirectos— a distintas estéticas y compositores como Poulenc, Takemitsu, Joaquín Rodrigo, Scriabin, Mompou… Asimismo, la música de Smaili es también un homenaje continuo al vasto universo de los sentidos, la imaginación y la sensibilidad artística. El disco revela el desarrollo del autor a través de su carrera. Comenzando con …Y el canto se hizo vuelo —una de sus obras de madurez— pasando por alguna de sus obras paradigmáticas como La Misma Luz de Entonces. Inmiscuyéndose en una recreación del amor bellamente mutilado a través de la liberación rítmica en su obra Obscura, íntima… Tras esta inquietante liberación, el álbum nos brinda una muestra de su profunda búsqueda de la forma y el trazo con un cambio de escritura tan preciso que pone al guitarrista contra las cuerdas —más que nunca— en Morton Feldman Sings Love Songs. El Smaili más cómico se desenmascara en la Sonatina (Sur l’espirit de Francis Poulenc). Y como una caricia inocente, el álbum finaliza con su composición más antigua Quatre Bagatelles en Forme de Suite Cosmique.
Conociendo de cerca algunas de las ideas interpretativas de Smaili sobre la creación del sonido, podemos acercarnos un poco más a la logística de su composición. Su reflexión constante sobre la jerarquía interna de los sonidos —su ‘sonido estructural’ en el que cada sonido tiene su función y sentido— se refleja en el resultado sonoro final de su obra que busca una guitarra polidireccional desde los diversos pilares de la música; es decir, el sonido del ritmo, el sonido del timbre, el sonido de los colores… Desde esta visión tan sutil y uniéndome a la opinión del propio compositor: Garrobé logra mimetizarse y desvelar todas las caras del poliedro que es Smaili desde un diálogo que oscila entre el método y la intuición.
Ya que esta reseña reside en un marco dirigido a un público más amplio que la pequeña comunidad guitarrística, considero que la grabación adquiere un sentido más cercano al lenguaje artístico habitual a través de las magistrales notas del guitarrista e investigador Javier Riba que se incluyen en el libreto de la grabación. Por esta razón, considero fundamental tenerlas en cuenta para completar en profundidad y guiar, si se desea, la experiencia de escucha.
Les sugiero que disfruten el álbum varias veces y desde diversas perspectivas: déjense sorprender en una primera instancia por la vitalidad sonora que Álex Garrobé insufla a las ideas y trazos del maestro Smaili sin la guía cartográfica de las notas de Javier Riba y hagan al menos una segunda escucha de la mano de su caligrafía.
Les invito a detenerse en cada una de las paradas que propone este álbum como viaje por el repertorio smailiano. Que la realidad que sacude nuestros días desde tantos frentes se detenga ante el sentido último de la música de Marco Smaili: ‘Dotar de un halo de bella, lejana y dulcísima nostalgia a la juventud perdida que amó todo lo que supuso siempre un sudor nuevo’. Sin duda este disco es un soplo de aire nuevo para la música clásica de nuestros días.
Por Sara Guerrero Aguado
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