Sobre Eneko Vadillo podríamos hablar de una herencia espectral, pero sería un ejercicio bastante limitado. Su música puede partir de esos presupuestos compositivos, pero transciende con mucho a una estética o procedimiento para imponer una poética muy personal. Pero, ¿cómo definirla? Hay dos aspectos que nos abordan en la escucha de este CD de IBS Classical —magníficamente editado, como es habitual en este sello— y que podemos hacer extensivos a gran parte de la obra de Vadillo. Por un lado, un evidente juego de contrastes con el que el compositor logra un tipo de expresión que no se detiene en el color o en la textura, sino que indaga en la pregunta sobre el propio material, sus diferentes estados y los procesos por los que va pasando. Así, a través de esa búsqueda, la escucha obtiene diferentes lecturas, capas sensibles que pueden ir desde lo más sutil y delicado a la articulación más brutal. Esta forma de viajar de un lugar a otro no es solo una manera de organizar en variedad, sino que dota de profundidad a la obra y nos recuerda continuamente que todo lo que aparece tiene un sentido, una intención precisa. El otro aspecto que podría caracterizar a este autor es la labor de orfebrería que incluso en una primera escucha se puede detectar en su música. Una cuidada instrumentación, que apoya de manera exquisita una articulación formal muy meditada, define una poética que no se conforma con el sonido equilibrado o bárbaro sino que quiere ser equilibrado o bárbaro de una manera concreta y personal.
Son siete las piezas contenidas en el disco, varias vinculadas con la poesía de diferentes épocas, todas ellas magníficamente expuestas por Zahir Ensemble, bajo la dirección de Juan García Rodríguez. El trabajo interpretativo evidencia un cuidado exquisito por el detalle aunque también el equilibrio en lo macroformal. Esto es importante. A veces una interpretación bienintencionada puede descuidar la presencia formal de la obra, el discurso a gran escala en favor de una definición muy cuidada del detalle. No es el caso. La traducción de Zahir Ensemble es realmente de primer nivel.
Por Sergio Blardony
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