Amicitia, Luis de Pablo
Iñaki Alberdi e Iñigo Aizpiolea, acordeones
Bilbao Orkestra Sinfonikoa
Ernest Martínez Izquierdo, dirección
Ibs Classical IBS102021
‘Consenso sumo de voluntades, aficiones y criterios’. Cicerón define así, por boca de Lelio en el diálogo homónimo, la amicitia que ligara a este con aquel Escipión, agnomen Africanus, triunfador de Aníbal en las llanuras de Zama. Amicitia es también este Breve tratado de amistad y acordeón, fruto de la relación entre el acordeonista Iñaki Alberdi y el compositor Luis de Pablo. Relación de casi tres décadas en la que, a través del trabajo transcriptor de Alberdi y su experta voz instrumental, ha cristalizado en complejidades nuevas el pensamiento musical del maestro De Pablo. Así las Tres piezas para dos acordeones de 2005 (interpretadas aquí junto a Iñigo Aizpiolea), originariamente movimientos 2º, 3º y 4º del Concierto para piano núm. 2, ‘Homenaje a Mompou’, de 1979; Capricho, de 1984, para clarinete y violonchelo y transcrito para acordeón en 2019; y los Tre riflessi para órgano, de 2017, transcritos en 2021. Solo Amicitia para acordeón y orquesta, fechada en 2014, estrenada en 2018 y registrada ahora con el conjunto y dirección inaugurales, surgirá ex novo para Alberdi.
Articulada en tres movimientos, Amicitia comienza con un Molto perpetuo en donde brumosas figuraciones de maderas en pp alternan sobre un sombrío fluido continuo (murmullo ascendente-descendente) encomendado a violonchelos en divisi, asordinados. Dilatados ecos de trompa se alzan sin despuntar en la confusa y apremiante oscuridad de voces que comienzan a desbocarse hasta arrollar las fugaces, soterradas violencias rítmicas de los contrabajos. Hay cierto desafío innegablemente retórico, de exhortación a la masa, en la solitaria entrada del acordeón. Con la réplica de maderas comienza un diálogo intenso, complejo en texturas y sutilezas tímbricas realzadas por la calidad de los solistas de la BOS y la dirección precisa de Martínez Izquierdo; un diálogo que sumergirá a Alberdi en las resonancias cavernosas de su instrumento. A tramos, alentado por unos y otros, ese murmullo de fusas continuo, perpetuo.
Imago surge desde la calma. Contemplación lírica y misteriosa, tan bella como inquietante. Velox es su antítesis. Tumulto rítmico, expansión.
Por Alejandro Santini Dupeyrón
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