Reseña | Alexandre Tansman: Complete Works for Solo Guitar 1

La obra para guitarra del compositor franco-polaco Alexandre Tansman fue concebida (a excepción de dos únicas piezas) para ser interpretada por Andrés Segovia. El guitarrista andaluz correspondió la admiración del compositor estrenando, grabando e incluyendo en su repertorio muchas de las piezas dedicadas.
Se habían conocido en 1925, en París, en una cena a la que también asistieron Albert Roussel y Maurice Ravel. Cuando al término de la cena se pidió a Segovia que tocara la guitarra, Tansman supuso que tocaría flamenco. La sorpresa fue enorme al escuchar la chacona de la Partita para violín en Re menor de Bach, en arreglo del propio Segovia. Entusiasmado, Tansman manifestó el deseo de escribirle una pieza. De aquel encuentro nacería la deslumbrante Mazurka y una relación de amistad y colaboración que se prolongaría hasta la muerte de Tansman, en 1986.

Para la grabación de la obra completa para guitarra de Tansman, de la que este disco es la primera entrega, el guitarrista italiano Andrea de Vitis ha consultado los manuscritos originales del compositor, enmendado faltas y adiciones comunes en las ediciones impresas; recupera además, provenientes de los archivos de Segovia, las piezas que este rehusara interpretar y que cayeron en el olvido. De la conocida hoy como Suite in modo polonico, por ejemplo, el guitarrista excluyó tres piezas que, reunidas como Tre danze da ‘In modo polonico’ se dan a conocer por primera vez en disco. Son las animadas ‘Gaillarde’ y ‘Danse des haydouks’ (‘de los bandoleros’; danza de origen balcánico) y una melodía de aire eslavo, introspectiva y melancólica como es la ‘Dumka’, de cuya exposición motívica en piano con reiteraciones (eco) en pianissimi, De Vitis extrae con tersa pulsión pausada toda la esencia evocadora.

El disco incluye la suite Cavatine, sin duda la obra para guitarra más célebre del compositor y paradigma del personal y elegante neoclasicismo en que supo conjugar con destreza diversidad folclórica y refinamiento expresivo; el crepuscular Hommage à Lech Walesa; y los Quatro tempi di Mazurka, obra enigmática, de ímpetu sombrío, que Segovia ignoraría por completo.

Por Alejandro Santini Dupeyrón