Bajo el título de Akoé, Nuevas Músicas Antiguas se presenta el grupo Taracea en esta grabación del sello Alpha. En primer lugar cabe hacer una advertencia a navegantes: no se trata de un disco de música antigua tocado con instrumentos de época y criterios históricos interpretativos, pero tampoco se trata de un disco de jazz.Estamos ante una fusión de los dos géneros, en la que se toca música antigua con instrumentos antiguos en clave de jazz, con arreglos muy libres y en los que los instrumentos antiguos que se emplean no necesariamente tienen que coincidir tampoco con los del compositor original. En un mundo en el que están de moda las fusiones de todo tipo, trabajos como este son muy interesantes porque, si bien asustan a los puristas, permite acercar públicos de los dos géneros. Eso sí, no lo podemos escuchar en clave histórica sino más bien en clave de música moderna. Incluso la duración del disco (no llega a los 52 minutos) también se aproxima más a la duración de los discos de música actual y no a los de música clásica que, cada vez más, intentan superar los 70 minutos de duración. Encuentro muy original y acertada la inclusión de un serpentón (una rareza de instrumento, de la familia de los fagotes, de sonoridad muy peculiar y que se usó en música barroca, especialmente en Francia) en tres de las pistas del disco. Isabel Martín, de bella voz, interviene solo en la pieza ‘Ay triste que vengo’, haciendo doblete en la percusión. Su intervención en alguna pieza más le hubiera dado mayor coherencia al conjunto del disco, ya que en caso contrario el oyente se queda con ganas de un poco más. Es el mismo caso que un disco reciente de Agrippina de Haendel en el que el director decide incluir un órgano en lugar de clavicémbalo en una sola de las arias de una ópera de más de tres horas de duración; se hace un poco extraño. Pese a este detalle, sin importancia, el conjunto suena perfectamente cohesionado, con un buenísimo contrabajista, una interesante percusión, conjunción de flautas y una vihuela que se adapta perfectamente al lenguaje moderno. Todo un atrevimiento.
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