Chopin dixit
Los profesores de piano están disgustados porque yo haga trabajar Scarlatti a mis alumnos, pero me causa sorpresa que tengan tan poca vista. En su música hay muchos ejercicios para los dedos, así como una buena dosis de espiritualidad de la más elevada. A veces, alcanza incluso a Mozart. Si yo no temiese incurrir en la desaprobación de numerosos bobos, tocaría Scarlatti en mis recitales. Afirmo que vendrá un día en el que Scarlatti será frecuentemente interpretado en los conciertos, que el público le apreciará y se alegrará con él…
Un país de bobos, ilustres cráneos previlegiados en el que la valentía del clavecinista Andrés Alberto Gómez ha dejado clara una vez más (la otra fue con sus Variaciones Goldberg) que la música de Domingo Scarlatti, músico medio “gitano”, medio italiano, sigue de rigurosa actualidad. Su últimaaventura discográfica reúne una cuidada selección de sus sonatas para clave, cúspide de la música para teclado del XVIII; pequeñas piezas donde las habilidosas manos delintérprete juegan entre sí (acciaccatura) con el duende flamenco, el fado lisboeta o el rapé de la corte madrileña.
Las sonatas para clavicémbalo de Scarlatti suponen un desafío para el instrumentista que de un modo natural entrelaza las partes armónicas con las rítmicas en un alarde de virtuosismo sin parangón.LaSonata K. 437 en Fa mayor olaK. 286 en La mayor son solo dos ejemplos del buen hacer que el cembalista español ha conseguido en la grabación de estassonatas. Imaginación e inspiración para interpretar parte de este espectacularcorpus musicaeque se cimenta sobre la efectista pulsación de la que Andréses un maestro.
Talento y trabajo de un artesano del oficio que con arrojo y descaro ha desempolvado de la memoria la que para muchos es la colección de piezas para teclado más importante del Barroco ítalo-español.
Puede que Chopin no se atreviera a tocar a Scarlatti en sus recitales, pero gracias a dios que nosotros tenemos a nuestro Andrés Alberto Gómez para hacerlo.
Por: Antonio Pardo Larrosa
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