El compositor finlandés de música contemporánea Einojuhani Rautavaara falleció el pasado 27 de julio de 2016, debido a problemas surgidos en una operación. El gran compositor disputaba con la autora Kaija Saariaho el trono de la música contemporánea finlandesa. Un trono, que quedó vacio después de la muerte de su maestro, Jean Sibelius, y que hoy pertenece, no por defecto, a Saariaho. Rautavaara estudió con Aare Merikanto en la Academia Sibelius de Helsinki. Fue el propio Sibelius quien lo recomendó para obtener una beca con la que estudiar en la Escuela Juilliard de Nueva York., donde recibió clases de Vicent Persichetti, Roger Sessions y Aaron Copland. Poco tiempo después Einojuhani ganaba el Thor Jhonson Contest por su obra Un réquiem en nuestro tiempo, una obra para metales dedicada a su madre.
El autor, que ya había sufrido la ruptura de la vena aorta en 2004, es conocido principalmente por su obra Cantus Arcticus, opus 61, un encargo de la Universidad de Oulu que el autor aceptó sin demasiado ilusión, pero que desarrollo con gran maestría e interés tras observar la belleza de la naturaleza de esta región cercana al Círculo Polar Ártico. La obra popularmente conocida por el nombre de Concierto para pájaros, por ser la primera obra que incluía en su ejecución la reprodución de sonidos naturales de pájaros. Sin embargo, el Cantus Arcticus no es la única obra del autor, que compusó hasta morir a los 87 años. Rautavaara es compositor de seis óperas, destacando Vincent, Aleksisi Kivi y Rasputín, ocho sinfonías y doce conciertos, así como de otras obras orquestales, obras de música de cámara y obras corales.
Einojuhani Rautavaara, no sólo Cantus Articus
Entre estas obras destacan sus primeras composiciones seriales que compusó mientras desarrolló su labor como profesor no numerario en la Academia Sibelius y archivero de música de la Orquesta Filarmónica de Helsinki. En los años 60, Rautavaara abandonaba la música serial, siendo su Sinfonia número 3, la última de sus obras seriales y abrazaba el diationismo y el cromatismo, logrando un lenguaje muy personal y neorromántco. Sus últimos trabajos, principalmente orquestales, tienen motivos místicos y espirituales. La mayoría de sus trabajos han sido grabados por el sello Ondine, destancando su Sinfonía número 7, Ángel de la Luz, un éxito de público y crítica que fue nominado a los Premios Grammy. Nos queda su legado en los compositores Paavo Heininen y Kalevi Aho, sus alumnos y su canción desde nuestro corazon.
Borja Quintana Fernández