Entre el 26 de septiembre y el 3 de octubre, la Fundación Juan March y el Teatro de la Zarzuela presentarán el estreno absoluto en España de ‘I tre gobbi’, de Manuel García
La Fundación Juan March presenta, en coproducción con el Teatro de la Zarzuela, I Tre Gobbi, una de las óperas de salón del maestro Manuel García. De todas ellas, es el único título del sevillano que aún no había sido interpretado en España. Está basada en La favola d’tre gobbi de Carlo Goldoni, padre de la comedia italiana y renovador de los usos de la ‘commedia dell’arte’.
Todo sobre I Tre Gobbi
I Tre Gobbi es una ópera bufa sencilla, de salón y con tintes populares. En ella, tres jorobados adinerados compiten por el interés de la bella e inteligente Mme. Vezzosa. Con no muy buenas intenciones, finalmente terminará logrando encontrar una solución beneficiosa para todos.
El título se representará en la sede madrileña de la Fundación Juan March entre el 26 de septiembre y el 3 de octubre, con acceso gratuito. A estas se le sumarán tres funciones dedicadas al público escolar. Todas ellas estarán dirigidas por José Luis Arellano y Rubén Fernández Aguirre, en lo escénico y lo musical, respectivamente.
La función del 29 de septiembre se retransmitirá en directo por Radio Clásica, el Canal March y el canal de YouTube de la Fundación. Como antesala, se realizará una entrevista a ambos directores, Arellano y Fernández Aguirre. Su interesante propuesta reflexiona sobre los tópicos presentes en esta comedia: lo masculino y lo femenino, el dinero y más.
La producción contará, en primer lugar, con la voz de Cristina Toledo, que con este papel abordará la tercera ópera de García. Le acompañarán David Alegret, especialista en repertorio rosiniano, David Oller, Javier Povedano y el actor y bailarín Andoni Larrabeiti.
Las óperas de salón de Manuel García
El tenor sevillano Manuel García (1775-1832) fue un reconocido tenor y maestro de canto. De hecho, su método pedagógico contribuyó a preservar las técnicas del bel canto hasta el día de hoy. Pasó los últimos años de su vida en París, en la que llegó a ser considerado como uno de los tenores más prestigiosos de su generación. Fue, además, un compositor prolífico, llegando a componer un total de cinco óperas de salón.
Estas obras estaban destinadas para la educación vocal, musical y dramática de sus alumnos de canto. Escritas en uno o dos actos, están pensadas para ser interpretadas por un reducido número de cantantes con acompañamiento de piano. Se caracterizan principalmente por mezclar ideas italianizantes con una escritura florida, concebidas como vehículo para la improvisación, una destreza que García consideraba indispensable.
Para José Luis Arellano, el interés de la pieza radica ‘no solo en la comicidad y la audacia de la situación, sino en las relaciones entre lo masculino y lo femenino’. Por su parte, el maestro y pianista Rubén Fernández Aguirre, considera que ‘rescatar la partitura es una responsabilidad que tenemos hacia la música que se ha quedado un poco dormida, olvidada en algún cajón’.
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