El 9 de junio de 1895, bajo la dirección de José Sainz Basabe, la Banda Municipal de Música de Bilbao ofrecía su primer concierto, ¿cómo describiría esta larga trayectoria?
La Banda Municipal de Bilbao ha ejercido una tarea sociocultural en la ciudad de gran envergadura, generando y potenciando el nivel musical de sus conciudadanos. A lo largo de su historia, ha acogido a una gran cantidad de músicos profesionales que han trabajado por la difusión musical en la ciudad y han generado una gran afición por la formación. Los ciudadanos de Bilbao gustan y presumen de su Banda Municipal y eso es muy importante para nuestro trabajo diario.
¿Cuáles considera que han sido los logros más importantes que ha conseguido la Banda en estos más de 100 años de historia?
Sobrevivir a una cultura musical general en la cual, la historia, el repertorio y la idiosincrasia artística de las bandas no aparecen reflejadas ni en libros de historia de la música, ni en currículos de enseñanza musical, ya es todo un logro. La ciudad de Bilbao ha sabido valorar siempre el esfuerzo de este grupo que mantiene un prestigio sociocultural muy importante en la ciudad. Su versatilidad y su compromiso han hecho de la Banda Municipal todo un referente cultural de la villa.
¿Cuál cree que es el sello de identidad de la Banda de Bilbao?
Siempre comento con mis compañeros y compañeras de la banda que cuando viene algún director o directora invitada siempre me hablan de lo mismo: la profesionalidad de sus miembros. Una profesionalidad marcada, fundamentalmente, por vencer los problemas que puedan surgir en un programa e intentar, siempre, actuar al máximo nivel, con respeto y con una gran implicación en el trabajo. Como director titular de la Banda no puedo más que corroborar este hecho que, tras mis años de trabajo con el grupo, he experimentado en infinidad de ocasiones.
Además, añadiría un aspecto muy concreto que hemos trabajado y hemos ido diseñando con esfuerzo y con mimo: la sonoridad. El sonido de la Banda Municipal de Bilbao sabe adaptarse al gran abanico estilístico que marca su repertorio. No existe un sonido banda, sino varios sonidos que saben entresacar de las partituras, el concepto colorista de una orquesta de vientos y percusión a través de la historia de su repertorio de una gran riqueza estilística y estética.
Usted dirige a la agrupación desde 2015, cuando se convirtió en el undécimo director titular, ¿qué destacaría de estos años al frente de la Banda?
Mi trabajo se ha fundamentado en aprovechar la herencia recibida para llevarla a un concepto actual acorde con la función contemporánea de una banda profesional. El hecho de que una ciudad cuente con una banda profesional de tal calidad merece que esta sea aprovechada en su máximo exponente y pueda demostrar la gran versatilidad cultural y artística que puede ofrecer a la ciudad y/o visitantes, además con la peculiaridad de ofrecer un producto idiomático e idiosincrático que viene a enriquecer más, si cabe, la oferta cultual de la villa del Nervión.
Junto a las diversificadas propuestas de repertorio, en nuestras temporadas hemos iniciado diferentes proyectos pedagógicos firmando acuerdos de colaboración con Musikene (Centro Superior de Música del País Vasco) y con el Conservatorio Profesional de Música ‘Juan Crisóstomo de Arriaga’ de Bilbao, mediante los cuales el alumnado puedan experimentar con la Banda tanto a nivel interpretativo como en el campo de la composición y la dirección.
Entre las actividades que desarrollamos más allá de los conciertos, destacaría la creación del Curso-Concurso de Dirección que ya ha celebrado seis ediciones y que ha atraído la atención de jóvenes directores de más de quince países y sigue despertando interés en cada convocatoria al invitar a destacados maestros de ámbito internacional como docentes del mismo.
En estas temporadas de concierto, además, hemos contado con solistas de prestigio como Asier Polo, Pacho Flores, Manuel Blanco, Rubén Simeó, Juana Guillem, Claudi Arimany, Albert Guinovart, Marta Ubieta, Marifé Nogales, Olatz Saitua, Fernando Latorre, Mikeldi Atxalandabaso, Juan Manuel Gómez o Ximo Vicedo, entre otros muchos. Hemos colaborado con instituciones como la Sociedad Coral de Bilbao o la Banda Municipal de Txistularis.
También hemos invitado a directores de prestigio internacional como Timothy Reynish, Isabelle Ruf-Weber, Douglas Bostock, Martín Baeza-Rubio, Laszlo Marosi, Jan Cober, Norbert Nozy, Johan de Meij, Philip Sparke, Jan van der Roost, Franco Cesarini, Maurice Hamers, Ives Segers…
Además, la Banda Municipal de Bilbao ha participado en importantes festivales como el de Música Española de León, la Conferencia Internacional de Bandas de la WASBE en Utrech (Holanda) en 2017, el Encuentro de Bandas de Teatros del Canal de Madrid o el intercambio con la Banda Municipal de Barcelona en L’Auditori de la capital catalana en 2019, entre otros. Han sido también muy destacables los estrenos de obras de autores como Franco Cesarini, José Miguel Fayos, Pablo Persico, Rafael Mullor o Santiago Quinto.
¿Qué líneas artísticas de programación mantiene actualmente la formación?
La planificación de las temporadas de conciertos ha sido siempre motivada por equilibrar el repertorio tradicional, el contemporáneo (estrenos de obras con diferentes estéticas y lenguajes), el autóctono (con la recuperación de repertorio patrimonial), el histórico (que ayude a entender la evolución de la orquesta de vientos y percusión a través de diferentes países, tradiciones, organologías…) y todo aquel que artísticamente pueda enriquecer a nuestros músicos y, por ende, a nuestro público. Hemos de mantener el compromiso de educar al público ofreciéndole conciertos en los que puedan crecer como consumidores artísticos y que les ayuden a ver a la banda como una entidad musical contemporánea con identidad propia. Asimismo, en esta idea de programación siempre se incluye el compromiso de invitar artistas de gran nivel, tanto en la dirección, en la composición o en la interpretación, que aporten calidad artística al proyecto.
La Banda tiene en su haber veinte grabaciones discográficas, ¿tienen previsto algún nuevo lanzamiento próximamente?
Tenemos idea de seguir potenciando la edición de grabaciones que se interrumpió por la pandemia. Esperamos poder sacar a la luz nuevas producciones en breve, tanto a nivel de registros en directo como grabaciones en estudio.
¿Podría adelantarnos algunas de las claves de la programación del próximo ciclo 2022-23?
En la próxima temporada seguiremos reforzando las líneas de programación tanto en la recuperación de repertorio bandístico como en el estreno de nuevas obras además de la colaboración con artistas de prestigio internacional. Contaremos con mujeres compositoras y directoras contribuyendo a la visibilidad del colectivo musical femenino. Bajo el título ‘Espacios Sonoros’, la temporada 2022-23 ofrecerá diversos y heterogéneos programas que ofrecerán ámbitos multidisciplinares. El objetivo principal sigue siendo mostrar la versatilidad de la potencialidad actual de las bandas de música para normalizar su presencia en la vida cultural contemporánea.
Una de las preocupaciones del sector es la generación de nuevos públicos, que puedan llenar en un futuro las salas de conciertos. En este sentido, ¿qué actividades está realizando y tiene previsto realizar la Banda de Bilbao?
La visibilidad de las bandas en al ámbito educativo es de vital importancia. Los convenios con centros educativos, el Curso-Concurso de Dirección, así como la diversificación de los programas quieren ser un resorte para captar los nuevos públicos. Los estudiantes de música de la actualidad deben ver a la banda como una posibilidad laboral de futuro. Y las nuevas generaciones de público han de pensar en la banda más allá del estereotipo que la sitúa solo en el ámbito popular. Para todo ello, además, se hace necesaria una mayor implicación en la publicidad y difusión de nuestras actividades tanto en medios convencionales como en los más actuales.
Mirando hacia el futuro, ¿cuáles son los objetivos que se ha marcado la Banda Municipal de Música de Bilbao para los próximos años?
Los objetivos de la Banda Municipal de Bilbao para los próximos años no se alejan de esa idea básica de normalizar su presencia en la cultura actual de la ciudad. La sociedad en general sabe de la existencia de las bandas por lo que de ellas ha visto en la calle, pero seguimos sin tener presencia en los planes de estudio, ya no solo de centros educativos musicales, sino en los de ámbito general. En las clases de música de colegios, institutos y/o universidades se debería abordar el estudio de la historia de las bandas como se hace con cualquier otra especialidad: la música denominada ‘clásica’, la música de cámara, el rock, el jazz, el folklore…
Nuestro trabajo sigue teniendo una parte muy importante de reivindicación, pero ésta ha de hacerse mediante una planificación depurada hecha con estrategias que desarrollen tres ejes fundamentales: el social, el artístico y el educativo. Queda mucho por hacer, pero no hemos de desfallecer en el intento. Vencer estereotipos es vencer ignorancias y no hay mejor vía que el estudio y el esfuerzo. El camino se demuestra andando.
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