Álvaro Pintado Hernández fue el ganador de la XVI edición en la modalidad de viento madera de Entre Cuerdas y Metales y en la actualidad es el director de la Joven Orquesta Sinfónica de Cartagena
Han pasado diez años desde que obtuvo el Primer Premio en la modalidad de viento madera del concurso Entre Cuerdas y Metales, ¿qué ha supuesto este galardón en su carrera?
Como ocurre a muchos de los estudiantes de Grado Profesional en la Región de Murcia, Entre Cuerdas y Metales fue mi primer acercamiento a los concursos de música clásica. Cada una de las ediciones en las que participé me generó unos hábitos de estudio y una exigencia personal que difícilmente se logran con la actividad académica habitual. Además, conseguir un premio supone una motivación que hace consciente al concursante de que el trabajo tiene sus recompensas, lo que también es una gran ayuda en esta fase de los estudios.
¿Cómo valora el trabajo de apoyo a los jóvenes músicos que se realiza desde la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Cartagena con esta iniciativa?
El concurso es siempre un estímulo muy positivo, no solo por la exigencia y los premios sino porque también hace que los jóvenes trabajen la gestión de la frustración cuando no consiguen sus metas o no están de acuerdo con los resultados. Además, la Concejalía genera una gran actividad en torno al concurso, con multitud de conciertos y proyectos que influyen tanto en los músicos como en la ciudadanía en general.
La Región de Murcia es conocida por la enorme cantidad de músicos que exporta al resto de España y también a nivel internacional, ¿qué cree que ha aportado y aporta a la juventud musical de la región participar en este certamen?
Estoy convencido de que el concurso es una parte fundamental de este éxito. Conozco casos de gente que estuvo cerca de dejar los estudios musicales, acabó por reengancharse gracias al certamen y ha tenido después una carrera musical notable. El ambiente que se genera especialmente en el Conservatorio de Música de Cartagena los días de concurso, o en el Auditorio El Batel el día de la entrega de premios, es un estímulo muy fuerte para la vida académica.
El concurso celebra este año sus primeros veinticinco años de andadura. ¿Cómo cree que ha cambiado el panorama cultural y musical de la ciudad la celebración del certamen?
Entre Cuerdas y Metales ha sido estos años uno de los grandes dinamizadores de la oferta cultural de la ciudad. Ha influido directamente en la creación de la Orquesta Sinfónica de Cartagena, que tiene su germen en la Orquesta de Cámara y que ofreció su primer concierto como Sinfónica para celebrar el XV Aniversario del certamen, y sigue contribuyendo a su estabilización produciendo un concierto anual junto a un solista premiado de ediciones anteriores. También ha sido una parte muy importante de la creación y estabilización de la Joven Orquesta Sinfónica de Cartagena, colaborando con nosotros desde la fundación de la orquesta. Además, el concurso está presente habitualmente en ciclos de conciertos y otras actividades de todo tipo.
Son varias las formaciones sinfónicas que encontramos en la ciudad. La Orquesta Sinfónica de Cartagena (que cumple veinte años), la Joven Orquesta Sinfónica de Cartagena o la Joven Orquesta de Talentos que se está poniendo en marcha en este momento. ¿Qué impacto tienen estas agrupaciones en el tejido musical de la zona?
Las orquestas, da igual el tamaño y nivel, son el principal foco cultural de una ciudad en lo referente a la música académica. Aquí tenemos la suerte de contar con tres orquestas de alto nivel, cada una en su ámbito. La Orquesta Sinfónica de Cartagena ofrece una programación anual de calidad y nivel profesionales, aunque necesita más apoyo por parte de las instituciones para que su trabajo pueda ser más continuado. La Joven Orquesta Sinfónica de Cartagena realiza una labor formativa de introducción al mundo profesional con estudiantes de Grado Superior y la Orquesta de Jóvenes Talentos viene a llenar un hueco muy importante: que los estudiantes de 12 a 18 tengan un lugar donde aprender música orquestal fuera del conservatorio. Ojalá se consolide y las tres orquestas tengan un gran recorrido.
Usted dirige la Joven Orquesta Sinfónica de Cartagena. ¿Cuándo se fundó esta formación?
La orquesta se fundó en abril de 2016 y ofreció su primer concierto en junio de ese mismo año, en el Paraninfo de la Universidad Politécnica de Cartagena.
¿Qué ciclos de conciertos se programan cada año?
Tenemos una actividad concertística muy variada: como trabajamos por encuentros y con muchos músicos de fuera, nuestras dos principales producciones las hacemos en periodos vacacionales (Navidad y verano), que es cuando realizamos los conciertos con la plantilla orquestal completa. Paralelamente, durante el curso realizamos conciertos con otras formaciones como grupo de vientos, orquesta de cuerda o incluso Big Band.
¿Cuáles son los hitos más importantes que han conseguido hasta ahora? ¿Qué objetivos se han fijado en el futuro?
Hemos conseguido montar repertorio muy exigente, con obras como Scheherazade o la Quinta Sinfonía de Chaikovski, con un nivel musical que no habríamos podido soñar hace siete años. Nuestro objetivo más inmediato es que la orquesta siga creciendo, tanto en nivel como en plantilla. A largo plazo, el objetivo que nos marcamos es trabajar con el resto de los agentes culturales de la ciudad para que Cartagena pueda tener una orquesta profesional estable. Es muy importante que desde las instituciones se apueste por un modelo de ciudad cultural. Las ciudades del futuro serán las que pongan el foco en la cultura, y no podemos hablar al 100 % de una ciudad cultural si no contamos con una orquesta sinfónica profesional a pleno rendimiento.
¿Cuáles son sus compromisos más inmediatos?
El próximo 8 de julio celebramos nuestro concierto de verano en el Auditorio El Batel, con orquesta completa. Aún estamos definiendo el programa, pero la obra central será una de las grandes sinfonías de la historia, probablemente de Brahms o Sibelius. Antes de eso, estamos pendientes de que nos confirmen una producción teatralizada para orquesta de cámara y grupo de teatro que haríamos en Cartagena en mayo.
¿Cómo le gustaría conducir su carrera en el futuro?
Me gustaría seguir trabajando para poder acceder cada vez con más frecuencia al mundo orquestal profesional. La profesión de dirección de orquesta requiere mucho trabajo, tanto de estudio y ensayo como de gestión de la propia carrera y este acceso es complicado, sobre todo en las etapas iniciales. Es una profesión que ocupa las veinticuatro horas del día. Ser director es un compromiso vital. Pero todo este trabajo previo merece la pena cuando realmente sientes el contacto con la música y la orquesta, y cuando eres consciente de la capacidad de moldear el sonido con tus manos.
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