El grupo Capella de Ministrers fue fundado en 1987 por usted, ¿qué objetivos había detrás de la creación de una formación de estas características?
Cuando se planteó, hace 35 años, la posibilidad de crear una formación musical dedicada a la música antigua no había unos objetivos claros. La intención era ‘imitar’ lo que se hacía en otros países de Europa, ya que en España había pocas formaciones dedicadas a estos repertorios. Pero sí que había un objetivo en concreto, que era el de resaltar y, sobre todo, reincidir sobre nuestro patrimonio musical. Me hacía preguntas sobre las grandes edades de oro que habían tenido tanto la Corona de Castilla como la Corona de Aragón, hablando del periodo renacentista, incluso tardomedieval, e inicios del Barroco, e intentaba descubrir cuáles eran nuestras músicas en comparación con otros siglos de oro de otros países; y desde luego sobre la importante influencia que estaba teniendo en esos momentos la propagación y la difusión de todo el repertorio francés de la mano de los grandes intérpretes que nos dieron la oportunidad de conocer autores desconocidos hasta ese momento.
35 años después, ¿diría que ese objetivo se ha cumplido en su totalidad?
Nunca se cumplen los objetivos en la totalidad que uno desea. Está claro que sí, que con los 65 discos que ha grabado Capella de Ministrers se ha recuperado muchísimo del patrimonio que tenía en mente cuando empecé con el proyecto, pero aún nos queda mucho por descubrir. El siglo XVII español es un gran desconocido, creo que la grabación integral del repertorio de las Cantigas de Santa María o la integral del repertorio de Tomás Luis de Victoria o el desconocimiento que existe por parte de público de Cristóbal de Morales, al igual que otros tantos compositores, nos obligan a seguir con esta ardua labor de recuperación del patrimonio y, sobre todo, de la muestra de este patrimonio a un público que está deseoso de conocerlo. Seguiremos con este trabajo, intentando mostrar la diversidad y la riqueza de tantos años de historia musical española.
Entre sus intereses fundamentales se encuentra el ‘deseo’ de comunicar y hacer partícipe al público de las experiencias musicales que plantean, ¿cómo describiría las impresiones de los asistentes a sus conciertos y actividades a lo largo de estos años?
El impacto que tiene el repertorio que se reinterpreta sobre el público es diverso, pero sigue siendo el objetivo fundamental de Capella de Ministrers, y el mío personal, impactar sobre el oyente. Es importantísimo que no hagamos arqueología, porque para eso tendríamos que disponer de un gran laboratorio musical, de un gran espacio donde poder investigar sin considerar el público y el mercado, que sería lo conveniente para estos repertorios. Estamos sometidos al público, y para estar sometidos a él hay que impactar como se impactaba en la época sobre aquellos que iban a escuchar, considerando la funcionalidad de la música que, evidentemente, en nuestros tiempos es totalmente distinta.
Las impresiones de los asistentes son diversas, pero son todas favorables, deseosas de repetir las experiencias en torno a la recuperación del patrimonio y a los conciertos que conjugan espacio arquitectónico, música antigua e interpretación con instrumentos de época, que hacen que sean experiencias únicas para todos los asistentes a los conciertos.
En estos años han realizado más de 1500 conciertos y se han presentado en todos los grandes auditorios y teatros españoles y en muchos de los más importantes del resto del mundo. Después de tantísimas experiencias, ¿cómo describiría su concierto ideal?
El concierto tiene la magia de no poder controlar todo lo que va a suceder. La sucesión de una serie de ideas y de elementos en torno al concierto hacen que algunos que esperas como ideales dejen de serlo, y al revés. Hay una conjunción de factores que permiten una actuación. Y entre ellas está no solamente el trabajo profesional de los músicos, que debe ser en todos los conciertos el máximo, así como la preparación para los mismos, sino que existe la comunión con el público, algo que sucede a veces. Ya sea por el espacio, por el tiempo, por el estado de ánimo…
Recuerdo alguno de los conciertos ideales que han conjugado el espacio arquitectónico con un repertorio magnífico: el Réquiem de Victoria en Nueva York, en la Quinta Avenida, en la Catedral de San Patricio; o la interpretación del Llibre Vermell en el Monasterio de Montserrat.
Hasta la fecha, han grabado 65 discos, que han sido editados a nivel internacional y han gozado de enorme repercusión. Si les pidiésemos que eligiesen los tres que más les han marcado en su trayectoria, ¿cuáles escogerían?
Escoger tres es imposible, porque cada disco tuvo su momento. Uno se queda con los primeros, con la inocencia de estas grabaciones que todavía no eran en formato digital, incluso con la inocencia de las interpretaciones y la ilusión con la que se hacían. Cada disco es un proyecto nuevo, uno se quedaría con el último que ha grabado, porque es el más reciente, y tal vez con los que llevo en mente. Cada momento tiene su música y cada música tiene su momento. Dejaría que eligiesen los lectores de Melómano y que supiesen adaptar a cada momento de su vida el repertorio que más felices les pueda hacer.
Su último proyecto ha sido ‘El collar de la paloma’, un trabajo en el que recuperan la obra en prosa del mismo nombre escrita por Ibn Hazm hace ahora 1000 años, ¿qué se siente al dar vida a proyectos con tantísima historia y recorrido?
Adentrarse en el mundo imaginario de la música de hace 1000 años es un trabajo apasionante. No tenemos música escrita que nos haya llegado de esta tradición, por eso ‘El collar de la paloma’ requiere, además, un trabajo de imaginación con el respeto grandísimo hacia la poesía que Ibn Hazm refleja en su libro.
Ha sido un trabajo de investigación y de aproximación a un estilo y a una forma de entender la música, que es la forma oriental, la música arábigo-andalusí, con sus modos e improvisaciones, que permite que nuestros coetáneos se acerquen a esta literatura y a este imaginario del mundo que se pudo vivir en Medina Azahara hace 1000 años o en los castillos de Xàtiva mientras Ibn Hazm escribía estas poesías tan bellas y de tantísima actualidad.
¿Están trabajando en algún proyecto nuevo?
Siempre se está trabajando en algún nuevo proyecto. A finales de año tendremos un nuevo disco que grabamos hace dos años, y estamos inmersos en grabaciones de otros discos que se presentarán durante 2023. No quiero dejar de pasar la ocasión de hablar de la colaboración con Pepe Rey, a quien conozco desde hace muchísimo tiempo, que circula en torno a las músicas grotescas. Me parece una temática divertida y apasionante y espero que nos de alegría y nos descubra estos repertorios absurdos y grotescos que se escribieron durante la Edad Media y el Renacimiento para que nos demos cuenta de que no todo era música elevada y de un tratamiento cortesano o intelectual excelso. También existía la música de diversión, donde la sonrisa aparecía y la ironía dejaba paso a nuevas maneras de entender el arte de la música.
Cuentan con la Fundación Cultural CdM que sostiene el Centro Internacional para la Música, la Tradición y el Patrimonio de la Corona de Aragón. ¿Cuáles son sus actividades principales?
Hace cinco años se creó la Fundación Cultural CdM, una plataforma necesaria para la consecución de otros objetivos de Capella de Minitrers que no sean los propios de la agrupación. La Fundación lleva diversos proyectos y actividades didácticas y gestiona algunos de los festivales. También realiza proyectos musicológicos: ha colaborado con el Congreso Internacional MedyRen de la Sociedad Española de Musicología (SEDeM), realiza un congreso bienal en torno a la música de la Corona de Aragón, lleva el proyecto Academia CdM, que es un proyecto integrador de los jóvenes intérpretes que han acabado sus estudios en el mundo profesional, y lleva proyectos de acción social con actuaciones para centros que no tengan acceso a la música, así como actividades académicas como el Early Music Morella y diversos festivales, entre los que se encuentra el Festival Música, Història i Art, que se realiza en Valencia, y el Festival Renaixement de San Miguel de los Reyes.
Este verano se ha celebrado la XI edición de Early Music Morella, un curso y festival de música antigua celebrado en la localidad castellonense que le da nombre, ¿cuáles son los hitos más importantes que han conseguido con la celebración de este evento?
El festival Early Music Morella puede ser la plataforma en la que personalmente me he involucrado más aparte de Capella de Ministrers o la Fundación Cultural CdM. Son once años de un festival único en nuestro país en el que se combina la música medieval, renacentista y tradicional. Un curso que agrupa a los más grandes profesores que puede haber en el momento en torno a estas músicas y en el que se realizan conciertos, además de actividades paralelas como conferencias, encuentros con profesionales, tanto de periodistas como de programadores. En 2022, más de cien alumnos y más de veinte profesores han pasado por este curso, y se han organizado once conciertos, que han hecho que Morella se convierta cada vez más en el epicentro de la música antigua de este país y con una proyección internacional más que evidente observando toda su trayectoria.
Desde su punto de vista, ¿cómo cree que ha evolucionado la música antigua a lo largo de estos años en los que ustedes han desarrollado su carrera profesional?
En cuanto a lo que se refiere a agrupaciones y festivales, la música antigua ha evolucionado de una manera exponencial. Cuando empezamos había pocos grupos que se dedicasen a estos repertorios y ahora los hay, y muchos. También había pocos festivales y ahora hay muchos. Sí que desearía la consolidación de todos estos proyectos, y la diversidad, porque sí hay cierta tendencia a centrarse más en el repertorio barroco.
Creo que se tendrían que abordar repertorios renacentistas, pensando en nuestro gran Siglo de Oro. Como ya he comentado, existe una carencia de grabaciones integrales y de la interpretación habitual del repertorio de Tomás Luis de Victoria o de los grandes compositores como Guerrero o Morales y otros como Vivancos u otros muchos que hicieron honor a lo que fue la España del siglo XVI, y generan mucho deseo en otros países. Faltaría un paso para la consolidación y la implementación de ayudas a la estabilidad, no tanto para las agrupaciones como para los propios festivales, que tantas carencias tienen aún para llevar sus actividades adelante.
¿Cuáles son los retos que se han planteado para el futuro de Capella de Ministrers?
Después de 35 años, el mayor reto es seguir pudiendo hacer los setenta u ochenta conciertos que Capella de Ministrers genera, seguir exportando nuestra música al extranjero, continuar con la Fundación Cultural CdM ofreciendo actividades sociales y didácticas y también con el festival Early Music Morella. Desde luego, poder consolidar el proyecto, ya que España sigue siendo un país complicado para la consolidación de proyectos culturales y estamos luchando por que el afianzamiento de que diversas plataformas europeas puedan ser una realidad.
Estamos trabajando con dos proyectos europeos para la consolidación no solo de lo que fueron nuestras músicas históricas, sino también de nuestras relaciones culturales tanto en Oriente como en Occidente, pasando de Iberoamérica al norte de África y a la expansión de la Corona de Aragón por todo el Mediterráneo.
Queda mucho trabajo por hacer y en eso seguiremos siempre que contemos con las ayudas necesarias y con la difusión que, desde revistas como la suya, hacen para que estos proyectos sean una realidad.
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