‘La historia de la música no ha sido muy agradecida con las compositoras, tampoco lo ha sido la historia del cine y lo que las compositoras no han tenido han sido oportunidad; esta oportunidad que he tenido se la dedico a todas las mujeres que cada día no se acuestan por las noches a componiendo música’.
Por Fabiana Sans Arcílagos & Lucía Martín-Maestro Verbo
Durante el mes de febrero, el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia se engalanaba con la alfombra roja para servir de sede de una nueva edición de los reconocidos Premios Goya. La emoción del regreso a los premios en vivo y la inclusión de un premio internacional prometían un festejo no solo para el cine español, sino para los artistas, en el que se siguió reivindicando que la cultura es un lugar seguro.
En esta ocasión, ocurrió algo que quizá para el público general sea uno de los aspectos menos llamativos de la gala, y es que dos mujeres se encontraban nominadas en una de las categorías más duras históricamente para las ellas: Mejor Música Original. No decimos en vano que esta categoría ha sido de las más restringidas para las compositoras pues, si nos remitimos a los datos, desde la primera edición, en 1987, hasta la más reciente, en 2022, únicamente siete nombres de compositoras aparecen nominadas. Ellas son: Eva Gancedo por La buena estrella (1998) y La noche del hermano (2006); Najwa Nimri como miembro de Najwa Jean, compartiendo nominación con Nacho Mastretta, por Asfalto (2001); Magda Rosa Galbán como parte del grupo de músicos cubanos de la película Habana Blues (2006); Aránzazu Calleja y Maite Arroitajauregi por Akelarre (2021); Zeltia Montes por El buen patrón (2022); y Fatima Al Qadiri por La abuela (2022).
Salvo en tres ocasiones, la segunda nominación de Gancedo (el mismo año del triunfo de Galbán), la de Najwa Nimri y la presente edición, en la que Al Qadiri competía con Montes, en el resto de las ocasiones en que han sido nominadas compositoras, estas se han alzado con el galardón. Desgraciadamente estos porcentajes son muy similares en otros premios que pertenecen a la misma industria y, aunque en esta ocasión el galardón se ha otorgado a una solo persona, todas estas compositoras forman parte de un grupo de mujeres que han sido ganadoras de una batalla que paso a paso empieza a tener resultado: la visibilidad y el reconocimiento del trabajo de las mujeres en la composición musical para audiovisuales. Como un reconocimiento personal, os traemos a estas mujeres que forman parte de nuestra historia musical contemporánea.
Comenzaremos por la compositora y docente Eva Gancedo, primera mujer en alzarse con el galardón en 1998 en la 12.ª edición de este certamen cinematográfico, sentando así un precedente y, sobre todo, un referente para futuras creadoras.
La irrupción oficial de Eva en el mundo audiovisual se debe a su trabajo en el documental Después de tantos años, estrenado en 1994. Por entonces, Gancedo formaba parte del grupo femenino de pop-rock Las Lunares, en el que era teclista y arreglista. Tras una actuación con esta agrupación, conoció al director Ricardo Franco, tal y como nos relata Lamberto del Álamo en un artículo dedicado a esta compositora. Con este cineasta sería precisamente con quien debutaría en un largometraje, con La buena estrella, que sería, de hecho, con el que lograría el premio por el que aquí la nombramos.
Eva creó la banda sonora de once películas, proyectando y dejando ver una habilidad para el lenguaje audiovisual especialmente potente. Sus partituras fueron aclamadas por la crítica, alabando el buen gusto y el refinamiento con el que se acercaba y trataba la narración. Su talento fue reconocido con una nominación a los Premios de la Academia de la Televisión por su música para La rosa de piedra. También recibiría el Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos a la Mejor Banda Sonora Original por La reina Isabel en persona y La buena estrella. Sin embargo, Gancedo abandonó la composición para centrarse en la docencia tras este último reconocimiento, privándonos de seguir deleitándonos de una de las mejores mentes del sector.
Habría que esperar veintitrés años hasta que otro Goya a la Mejor Música Original fuera entregado en exclusiva a una mujer, aunque en esta ocasión fue por partida doble. El binomio conformado por Aránzazu Calleja y Maite Arroitajauregi se alzó en 2021 con el galardón por su trabajo conjunto en la película Akelarre, dirigida por Pablo Agüero.
Calleja cuenta con un nutrido currículum en el mundo de la composición para medios audiovisuales, habiendo participado en numerosas producciones cinematográficas, así como para televisión, publicidad y teatro, llegando incluso a encargarse de la música de un corto que llegó a estar nominado a los Premios Oscar como Mejor Cortometraje, y por el que ella ganó un premio a la Mejor Banda Sonora en el 7.º Certamen de Cortos Ciudad de Soria en el año 2005. Además, su palmarés incluye otros premios como el del Festival International du Film de Court Métrage Fenêtre Sur Courts à Avignon, por la Mejor Banda Sonora con She lost control, o el Premio a la Mejor Banda Sonora en la 25.ª Semana de Cine de Medina del Campo por el corto La media pena.
Por su parte, Arroitajauregi, chelista de formación, ha centrado su carrera en dos vertientes muy concretas: una con su propio proyecto personal, Mursego, fundado en 2009, con el que ha publicado cuatro discos; y otra en el campo audiovisual. En este ámbito ha participado en la realización de algunos cortos como El rito de Isaki Lacuesta o Cólera de Aritz Moreno, y de largometrajes como Invisible de Víctor Iriarte o Amama, del director Asier Altuna, premiado en el Festival de Montpellier de 2015. Maite unifica ambos entornos musicales uniéndolos a través de un lenguaje muy característico en el que la compositora hibrida las vanguardias, el folclore y la música clásica.
Por supuesto, no podemos concluir este recuento sin nombrar a la gran Zeltia Montes, última ganadora del Goya, quien, además, lanzó un mensaje de lo más reivindicativo en la recogida de su estatuilla, dejando ver, una vez más, las grandes dificultades con las que se encuentran las mujeres en el mundo de la música, algo que no es en absoluto una novedad pero que, lamentablemente, sigue siendo la constante. Montes dedicó su premio ‘a todas las mujeres que no se acuestan por las noches componiendo música’ y, por supuesto, también se lo dedicó a su madre ‘por trabajar mañana, tarde y noche para darme una educación carísima y hacer lo que me gustaba’.
Este prestigioso reconocimiento llega gracias a su trabajo en la película El buen patrón de Fernando León de Aranoa, una de las más premiadas de la 36.ª edición de los Premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
Zeltia debe su formación al Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, pero muy especialmente al Berklee College of Music de Boston, uno de los buques insignia para los que buscan especializarse en música de cine. Ha participado en más de una decena de producciones cinematográficas, realizando su incursión en el séptimo arte en el año 2008 con la película Pradolongo, de Enrique Vilar, con quien trabajaría en otros proyectos como Vilamor o A esmorga.También ha escrito para televisión, destacando la música de la cabecera de Tijuana (Netflix), la serie documental El camino del Cid y Atlánticas, así como para cortometrajes, documentales y publicidad.
Montes cuenta con dos premios Jerry Goldsmith por Pradolongo y por La tropa de trapo en el país donde siempre brilla el sol. También con dos Premios Mestre Mateo por Pradolongo y A Esmorga, y dos Medallas de Oro a la excelencia en el Park Film Music Festival, de nuevo por Pradolongo y por La tropa de trapo en el país donde siempre brilla el sol. Asimismo, ha sido nominada al Goya en 2017 en la categoría de Mejor Canción Original por Frágil equilibro, y candidata a los Premios Goya de 2019 a la Mejor Música Original por Desenterrando Sad Hill.
Queremos acotar que, a lo largo de la historia de estos premios otras muchas mujeres han sido nominadas en la categoría de Mejor Canción Original. Sin embargo, en esta ocasión nos hemos querido centrar específicamente en las creadoras, aunque no queremos dejar de reconocer el mérito y el valor de quienes han obtenido este reconocimiento en las categorías vinculadas al arte musical.
Deja una respuesta