La historia de José Luis Romanillos, junto con su mujer Marian Harris, nos deja un legado desconocido gracias al cual hoy podemos entender la historia y construcción de la guitarra española, instrumento que en palabras de Romanillos ‘hemos diseñado y regalado al mundo sin saber apenas nada de su procedencia ni de su construcción’
Por Bárbara Bussons Urzaiz
Introducción
El pasado 12 de febrero falleció José Luis Romanillos y hoy me veo en la obligación de traer un pedacito de su legado a la revista Melómano. Para ello, he recurrido a un proyecto de patrimonio musical en España que elaboré sobre el Centro de la Vihuela de Mano y la Guitarra Española ‘José Luis Romanillos’ en 2019, como parte de mis estudios del Grado en Historia y Ciencias de la Música y Tecnología Musical de la Universidad Autónoma de Madrid bajo la coordinación de Sandra Sáenz-López Pérez, cuya labor en este proyecto considero de gran importancia.
Para realizar esta investigación viajé a Guijosa (Guadalajara), residencia de José Luis Romanillos y su mujer, Marian Harris, para tener con ellos una conmovedora entrevista. En ella Romanillos nos contó cómo la historia de su vida y obra comenzó cuando emprendió un viaje a Inglaterra en 1956 y se topó con el deseo de tocar una guitarra que no podía pagar. Así, impulsado por la curiosidad de saber cómo podía salir un sonido tan característico de un objeto tan peculiar, aprendió por sí mismo la organología de la guitarra para después dedicarse a construir unas de las guitarras más especiales y únicas en la historia del instrumento. En la entrevista reivindicaba para su profesión el vocablo violero —no lutier ni solo guitarrero, ya que ha hecho laúdes, mandolinas y cémbalos—, pues ‘esa es la definición correcta de alguien que construye instrumentos musicales de cuerda punteada’. Romanillos ha dedicado su vida no solo a la construcción de instrumentos, sino a la organología instrumental, es decir, a la historia, desarrollo, divulgación y construcción de estos órganos físicos que producen música, porque ‘la música y su historia ya están escritas, pero no ocurre así con la de la construcción de los instrumentos que la generan, y es a esa parte a la que nos dedicamos Marian, mi esposa, y yo’ (Navarrete, Nuria: ‘Concierto saguntino para guitarra y vihuela’, en El Decano de Guadalajara, núm. 4842 (2009), pp. 18-21).
La guitarra española
Se trata de un instrumento que, en palabras de Romanillos, ‘los españoles hemos diseñado y regalado al mundo; ahora la llaman clásica y todo el mundo la ha copiado y, nosotros, que la hemos criado, no sabemos apenas nada de su procedencia ni de su construcción’ (Navarrete, 2009).
El origen de la guitarra española es un tema complejo por la escasez de datos históricos y documentales que los musicólogos y expertos han intentado descifrar en los últimos siglos. La mayoría de los estudios sitúan su aparición en los reinos hispánicos entre los siglos XIV y XV, siendo adoptadas enseguida sus formas por el resto de países europeos. Destacan dos hipótesis: la de que procede de las formas musicales grecolatinas y cristianas (origen en la kithara primitiva a la que se añade un mástil imitando a la pandura, laúd griego); y la que defiende que proviene de las culturas árabes y musulmanas (evolución del barbat y el tonbur al laúd árabe y la guitarra morisca, considerada el precedente más directo de la guitarra española y denominada como kithara por los árabes, término que adoptarían los cristianos españoles). Teniendo en cuenta esta constante mezcla de culturas en la Península Ibérica durante la etapa medieval, parece lógico pensar que la guitarra debe ser considerado un instrumento nacido de la fusión de ambas corrientes.
Después aparecen los juglares y trovadores, músicos populares medievales que acompañaban sus recitales con instrumentos de cuerda frotada con arco (cítola, fídula) o tocados con púa o con los dedos (cedra, salterio). Más tarde, al asentarse como músicos profesionales en castillos y palacios, tuvieron que perfeccionar sus dotes artísticas y empezaron a utilizar instrumentos de cuerda con mástil punteados con plectro (púa), como la vihuela de péñola, el laúd, la guitarra morisca o la guitarra latina. En la época, y hasta el siglo XVIII, los instrumentos de cuerda con mástil llevaban dos cuerdas juntas por cada línea a las que se denominaba órdenes, excepto el orden inferior, que solía ser simple. En general se afinaban al unísono, aunque en algunos casos se afinaba algún orden en octavas. (Ramos Altamira, Ignacio: Historia de la guitarra y los guitarristas españoles, Alicante, 2005).
Las miniaturas de las Cantigas de Santa María de Alfonso X El Sabio (siglo XIII) son los documentos gráficos más antiguos que representan los antecesores de la guitarra con más precisión. Desde el siglo XIII, laúdes, guitarras y vihuelas se convertirán en los instrumentos de cuerda predominantes en los escenarios cortesanos, y a partir del siglo XV los músicos cortesanos se decantan por las posibilidades técnicas del laúd, siendo la vihuela y las guitarras relegadas al uso popular. A mediados del siglo XVI la nueva guitarra de cinco órdenes se impone en el país y el uso popular se extiende entre la aristocracia, desplazando de los salones cortesanos a la refinada música de vihuela. La guitarra de cinco órdenes conocerá un éxito extraordinario en países como Francia, Italia o Inglaterra y será a partir de entonces cuando comience a ser conocida en Europa con el nombre de guitarra española.
En el siglo XVIII dejó de ser un instrumento acompañante para integrarse como instrumento de concierto en la recién llegada música clásica. La guitarra barroca, con un orden más en el registro grave y una ornamentación marcada, se caracterizó por la técnica de rasgueado. A principios del siglo XIX la guitarra popular en España se impone como instrumento solista, aunque sufrirá un retroceso por su volumen sonoro reducido, por lo que se introducen dos innovaciones importantes para aumentar su sonoridad: el tornavoz (trozo de cono metálico que se instalaba dentro de la guitarra en la boca y llegaba casi hasta el fondo; antes de usarse, las guitarras vivían poco, ya que el fondo estaba sometido a cierta presión por las cuñas y acababa rajándose) y los peones para adherir la tapa a los aros (fue un invento español; nos cuenta Romanillos que las guitarras francesas e italianas antiguas no usaban ese sistema y que ahora todas las guitarras modernas lo suelen usar).
Finalmente, en la era romántica la guitarra es introducida por Francisco Tárrega (1852-1909), pedagogo y artista cuyos principios técnicos tuvieron protagonismo en el desarrollo del instrumento, influencia que llega hasta hoy. La guitarra flamenca incorpora a finales del siglo XIX y principios del XX la manera refinada de usar el instrumento, uniendo ‘toque barbero’ (rasgueo y pulgar para acompañar el canto y baile con repertorios como jácaras) y ‘toque por lo fino’ (arpegios, trémolos y otras técnicas con repertorios de moda como el minué).
Las guitarras de estilo Romanillos
¿Qué tienen de especial las guitarras Romanillos? Su creador destaca una cualidad: la continuación de la tradición española. Antonio de Torres (1817-1892) es el que crea un concepto de construcción nuevo basado en la ligereza de la tapa, que dota a la guitarra de una sonoridad que no tenía y, siguiendo con esta tradición, las guitarras Romanillos destacan por esa sonoridad profunda: ‘Cuando una guitarra española está bien construida, tiene una claridad en el registro agudo de la que carecen otras, fabricadas con maderas más pesadas; la guitarra como fenómeno acústico es de una complejidad enorme’, aclaraba el maestro. El trabajo hecho con sus manos tiene un valor material millonario, pero ya se ha dicho en varias ocasiones: su grandeza es intangible. Quienes han tocado con sus guitarras, como Carles Trepat o Ignacio Rodes, aseguran que de su caja de resonancia irradian sonidos celestiales. El mimo que ha impregnado en su trabajo explica que la marca de la Casa Romanillos sea conocida en cualquier rincón del mundo en que se muestre un mínimo interés por la guitarra española.
Es muy famosa su exposición ‘Guitarras Antiguas Españolas’ en Alicante, inaugurada el 20 de abril de 1990 que, también de forma muy pedagógica, pretendía reflejar la evolución de este instrumento desde la perspectiva del constructor. Esta exposición contó con cerca de un centenar de guitarras construidas entre el siglo XVII y mediados del XX, procedentes de museos y colecciones privadas de Escocia, Inglaterra, Madrid, Barcelona y Málaga. Gracias a Romanillos y a su gran labor, se puede tomar conciencia de la fase más vital en la historia del instrumento: la transición desde el modelo de guitarra de principios del siglo XIX hasta la guitarra romántica que surge en la Península Ibérica gracias, sobre todo, a Antonio de Torres.
Por otro lado, el 2 de noviembre de 2009 se inauguró el Centro de la Vihuela de Mano y la Guitarra Española ‘José Luis Romanillos’ en la universitaria Casa del Doncel de Sigüenza (Guadalajara) y, desde entonces, tiene el innegable honor de ser el primer museo de España dedicado enteramente al instrumento más auténticamente español: la guitarra española. La Colección Romanillos-Harris expuesta allí, que en la actualidad consta de trece guitarras que abarcan desde el siglo XVII al XX, lleva detrás una importante labor de búsqueda y recuperación de piezas que comenzó en 1964. Al final, su maestría le ha llevado a organizar cursos prácticos de construcción en importantes festivales internacionales, actividad iniciada en 1984 en Zúrich y que en los últimos años de vida de Romanillos tenía como referencia internacional a Sigüenza.
Valor patrimonial de la guitarra española
Lo que verdaderamente motivó a Romanillos a dedicar su vida a esto fue principalmente la falta de documentación e información sobre la guitarra española y su construcción, tanto en España como en Semley (Inglaterra), donde vivía cuando empezó. Tuve también la suerte de entrevistar al gran guitarrista David Monge (concertista flamenco y compositor) y él describía este gran desconocimiento del instrumento como ‘una mezcla de ignorancia e incultura generalizadas, pues se decía en el extranjero que en España cualquiera tocaba la guitarra y los mismos españoles tenemos muchas veces esa idea’. Nos contó desde su experiencia que ‘cuando eres guitarrista en este país, la gente pregunta a qué más te dedicas, dando por sentado que la guitarra no es una profesión como pueda ser tocar el piano o el violín’. Como explicaba David, existe una manera de tocar ‘española’ en contraposición a la manera de tocar extranjera, es decir, no era diferente el instrumento (ni culto ni popular), sino la manera de usarlo. Preguntado sobre la guitarra como instrumento popular, Romanillos siempre ha dicho que la guitarra es del pueblo y que es el instrumento español por antonomasia.
‘La música popular española se basa en las raíces y el sentir del pueblo y así, la guitarra tal vez sea el instrumento más popular de todo el mundo’ (Mir i Marquès, Antoni; Solascasas Sierra, Trinidad: José Luis Romanillos Vega, Marian Harris Winspear & La Guitarra Española, [Palma de Mallorca?], 2008).
No obstante, la gente también desconoce a nivel general la construcción y organología del resto de instrumentos y esto es algo que afecta a la música en general: en este país nunca ha sido un arte muy cuidado a pesar de que ha habido gran tradición musical. En uno de sus trabajos, Romanillos expone que ‘si queremos continuar y conservar la herencia de más de cinco siglos de cultura guitarrística, tanto en su música como en su construcción, debemos fomentar la apreciación de esa herencia desempolvando todas las facetas que la envuelven (Romanillos, José Luis: ‘Pasado, presente y futuro de la Guitarra Española’, en Cuadernos del Sur, VII Festival de la Guitarra, Suplemento de Cultura del Diario Córdoba, 16 de julio de 1987).
Las soluciones que nos propuso son las siguientes: la creación de un museo de instrumentos musicales entre los que se encuentre representada la guitarra española (ya cumplió con la apertura del museo en la Casa del Doncel, con el deseo de abrir otro en Alicante), crear una fonoteca de la guitarra en todas sus modalidades, un centro de documentación sobre la guitarra que abarque igualmente todo tipo de documentación tanto española como extranjera y un centro de construcción de instrumentos musicales entre los que debe estar, obviamente, la guitarra. En cuanto a los musicólogos españoles, en la entrevista les pedía que ‘presten más atención al estudio de la guitarra en todas sus modalidades, teniendo en cuenta que la guitarra es un instrumento que merece el respeto objetivo del estudioso y es digno de ser estudiado en profundidad dentro de la disciplina de la musicología y la organología’ (Romanillos, 1987).
La obra de la casa Romanillos-Harris
El desarrollo de la vihuela de mano y la guitarra se nos ha presentado dejando de lado al instrumento: no se ha tenido curiosidad por el papel que juega el instrumento y su estructura como elemento fundamental en la producción del sonido. José Luis y Marian dedicaron mucho tiempo a la redacción de tres libros que, desde la década de 1970, han visto la luz, constituyendo al fin y al cabo obras fundamentales para la historia de la guitarra: Antonio de Torres: Guitarrero, su vida y obra (1987), The Vihuela de Mano and The Spanish Guitar (2002) y Making a Spanish Guitar (2013). Como dice Cristina Bordas, gracias a la documentación que Romanillos recogió junto a su mujer, hoy ‘podemos afianzar la terminología exacta de los instrumentos y sus partes, conocer los materiales precisos, las herramientas, la tecnología y las novedades científicas aplicadas en los talleres, las tradiciones de las distintas escuelas de construcción, y las sagas familiares y corporativas como vías de difusión de saberes, conservadoras de rancias tradiciones y, a la vez, impulsoras de innovaciones que fueron asumidas por los creadores musicales contemporáneos’ (Bordas, Cristina: ‘Entrevista a José Luis Romanillos y Marian Harris’, en Doce Notas: revista de información musical, 37 (2003), pp. 27-29).
Por último, Romanillos nos hablaba de su nostalgia por España en su vida inglesa y, sobre todo de que, sin su mujer, Marian, no habría logrado nada. El matrimonio nos contaba que todo lo que han luchado es ‘para que el pueblo español se dé cuenta de lo que tenemos, pues no recibe el reconocimiento debido’. Esto es precisamente en lo que podríamos resumir su vida y obra: en entregarse en cuerpo y alma por la historia de un instrumento español que sentía suyo viendo cómo el resto del mundo no lo apreciaba y llevar a cabo esa lucha junto con su mano derecha, la persona a la que más quiso en vida: su mujer Marian Harris. Por otro lado, quedan vivas muchas huellas suyas, como por ejemplo el gran trabajo que lleva a cabo actualmente su hijo Liam Michael, que continúa construyendo artesanalmente las guitarras más prestigiosas del planeta bajo el nombre de la compañía Romanillos Guitars Limited, usando herramientas tradicionales y maderas como la de abeto rojo.
Agradecimientos
Quiero agradecer las dos entrevistas personales que tuve la suerte de tener, por un lado, con José Luis Romanillos y Marian Harris y, por otro lado, con David Monge. Además, nombrar la ayuda ofrecida por Nacho Amo y el apoyo incondicional de mis padres, Javier Bussons e Isabel Urzaiz. Gracias a todos ellos tuve la suerte de concienciarme acerca de la importancia del patrimonio musical desarrollado y divulgado por Romanillos y, a raíz de ello, de animarme a darle toda la difusión que esté en mi mano a su legado. De todo corazón deseo que no caiga en el olvido.
Referencias bibliográficas
Bartolomé, Domingo; Sanz, Felipe; Cañadas, José M.ª: ‘Entrevista a José Luis Romanillos’, en La Plazuela, 18 de agosto de 2014.
Bordas, Cristina: ‘Entrevista a José Luis Romanillos y Marian Harris’, en Doce Notas: revista de información musical, 37 (2003), pp. 27-29.
Martínez, Cristina: ‘Los tesoros de Romanillos’, en Información, 23 de mayo de 2013.
Mir i Marquès, Antoni; SOLASCASAS SIERRA, Trinidad: José Luis Romanillos Vega, Marian Harris Winspear & La Guitarra Española, [Palma de Mallorca?], 2008.
Navarrete, Nuria: ‘Concierto seguntino para guitarra y vihuela’, en El Decano de Guadalajara, núm. 4842 (2009), pp. 18-21.
Ramos Altamira, Ignacio: Historia de la guitarra y los guitarristas españoles, San Vicente (Alicante), Editorial Club Universitario, 2005.
Romanillos, José Luis, ‘Centro de la Vihuela de Mano y de la Guitarra Española: Razones y reflexiones sobre su creación y cometido’, en Hispánica Lyra: revista de la Sociedad de la Vihuela, núm. 10 (2009), pp. 6-9.
Romanillos, José Luis: Making a Spanish Guitar, Guijosa (Guadalajara), RH Publications, 2013.
Romanillos Vega, José Luis; Gil Olcina, Antonio: ‘Solemne Acto de Investidura como Doctor Honoris Causa del Sr. José Luis Romanillos Vega’, Universidad de Alicante, 30 de junio de 2014.
Romanillos, José L.: Antonio de Torres: Guitarrero, su vida y obra, Almería, Cajamar e Instituto de Estudios Almerienses, 2008.
Romanillos, José Luis; Harris Winspear, Marian: Exposición de Guitarras Antiguas Españolas, Alicante, Caja de Ahorros Provincial de Alicante, 1990.
Romanillos Vega, José L.; Harris Winspear, Marian: The vihuela de mano and the Spanish guitar. A Dictionary of the Makers of Plucked and Bowed Musical Instruments of Spain (1200-2002), Guijosa, Sanguino Press, 2002.
Romanillos, José Luis: ‘Pasado, presente y futuro de la Guitarra Española’, en Cuadernos del Sur, VII Festival de la Guitarra, Suplemento de Cultura del Diario Córdoba, 16 de julio de 1987.
Ana dice
Muy interesante y ameno, desde mi punto de vista una redacción impecable. ¡Gracias por la información!