TALA Producciones creó el pasado 2023 un nuevo ciclo llamado el Salón del Ateneo, dentro de este espacio emblemático de la capital. Para este 2024 se han programado cinco conciertos que incluyen a Guarnieri Trio Prague, Quartet Gerhard, Fukio Quartet, Alberto Rosado y el violinista Abel Tomàs junto a la pianista Emma Stratton. Hablamos con su directora artística, Paola Montero, sobre esta nueva edición.
Por Alicia Población
¿De dónde surge la idea de TALA Producciones de crear un nuevo ciclo de música de cámara en Madrid?
Poco a poco, a decir verdad. Tras algunos años de programar conciertos a petición de otros o conciertos esporádicos, empezó a surgir la necesidad de apostar por una propuesta musical propia. Una apuesta musical a largo plazo que, de algún modo, tratara de paliar los problemas que encontrábamos frecuentemente en la programación y donde creemos que la oferta musical de nuestro país tiene quizá algunas áreas de mejora. La pandemia fue un buen periodo de maduración para ir dando forma a dicha idea, de modo que nos pusimos a ello tan pronto como pudimos.
¿Cómo se ha gestado la colaboración con el Ateneo?
Mi relación con el Ateneo data de mis años de universidad, cuando frecuentaba Los Jueves de la Cacharrería (encuentro semanal que organizaba la Sección de Poesía y que se ha recuperado recientemente). Años después, en 2015, decidí hacerme socia y participar más activamente en su actividad, de modo que pensar en el Ateneo como el espacio para albergar el ciclo fue, de algún modo, algo natural.
El Ateneo, desde su constitución en 1820, se ha consolidado como un espacio de vanguardia y promoción de las artes. En los años 50, el Ateneo albergó el Aula de Música de Ruiz Coca, con lo que se convirtió también en un centro neurálgico de la música de vanguardia en España. Figuras ilustres de la música española como Jesús de Monasterio, Felipe Pedrell, Emilio Arrieta, Tomás Bretón, Amadeo Vives, Adolfo Salazar, Óscar Esplá, Rodolfo Halffter o Gustavo Pittaluga fueron socios del Ateneo, y también aquí tuvieron una presencia activa Manuel de Falla, Enrique Granados, Pau Casals, Joaquín Turina, Joaquín Mallats, Maria Chevallier, Teresa Berganza o Andrés Segovia, entre otros. Un lugar repleto de historia musical que nos pareció idóneo para un ciclo como el Salón del Ateneo.
Teniendo en cuenta la amplísima oferta cultura que encontramos en la ciudad de Madrid, ¿qué elementos diferenciadores tiene esta propuesta?
La propuesta del Salón del Ateneo se erige sobre tres pilares: la garantía de calidad tanto programática como interpretativa, la apuesta por la creación contemporánea, y la vocación de hacer del ciclo un elemento cotidiano de la oferta cultural madrileña.
Desde nuestros arranques en junio de 2023, hemos centrado la programación en intérpretes de acreditada trayectoria o en talento emergente, tanto nacional como internacional, con un repertorio coherente y —en la medida de lo posible— que den un valor añadido a la programación musical madrileña. Todo ello con el objetivo de que los asistentes vean en el sello del Salón del Ateneo una garantía de calidad musical.
Asimismo, hemos tratado de dar un sitio preferente a la creación musical contemporánea. Los programas de nuestro ciclo siempre ofrecen, casi por norma, obras de compositores vivos, cuando no hacen de la creación contemporánea su contenido prevalente, como es el caso del concierto del Fukio Quartet el próximo 4 de mayo.
Asimismo, tenemos la fortuna de haber podido programar —en los apenas ocho meses de vida del ciclo— dos estrenos absolutos (el Quinteto para viento del compositor madrileño Ismael García Daganzo y Del Plata al Paraná del compositor bonaerense Máximo Diego Pujol), y nuestro objetivo es seguir apostando por dar a conocer obras de nueva creación.
Finalmente, el Ateneo de Madrid como sede de nuestro ciclo nos permite, no solo un auditorio repleto de historia, sino también traer una oferta musical estable al centro de Madrid. Nuestro objetivo es convertir nuestro ciclo en parte integrante de la vida de los madrileños, de su cotidianeidad, y el Ateneo nos aporta un entorno incorporable para conseguirlo.
¿Desde qué perspectiva se enfoca la música de cámara contemporánea para atraer a más público? ¿Y al público joven?
Con algunas notorias excepciones, la música de cámara contemporánea suele encapsularse en entornos, auditorios y público especializado. No en vano, al acudir a conciertos de música contemporánea no es raro encontrarse las mismas caras entre el público. Sin desdeñar en modo alguno esas iniciativas, igualmente tan necesarias, entendemos que la única forma de atraer nuevos públicos a la música contemporánea es hacerla cotidiana en la programación musical. Es poner en diálogo obras de nuestra tradición musical reciente, que de entrada suelen ser más atrayentes para la generalidad del público, con obras de nueva creación que despierten su curiosidad e idealmente posterior interés. El público puede que venga a un concierto atraído por un cuarteto de Schubert, pero sale comentando la obra de Francisco Coll. Abrir esta puerta, esta curiosidad en el público, es uno de nuestros objetivos.
¿Cómo se puede facilitar la colaboración directa entre los compositores contemporáneos y los grupos de cámara?
Creo que entornos que faciliten el estreno y la programación de obras de nueva creación, como el Salón del Ateneo, pueden jugar un papel clave en favorecer esta colaboración. No es raro encontrar cierto temor o reticencias por parte de algunos grupos de cámara a adentrarse en repertorios nuevos, cuya viabilidad no esté del todo asegurada, en sus propuestas musicales. El conservadurismo en la programación es frecuente. Y comprensible, pues es cierto que muchos programadores privados prefieren minimizar los riesgos de cara al público.
No obstante, la creación contemporánea no puede únicamente nutrirse de lo público, de los encargos de grandes orquestas o de la programación de grandes instituciones nacionales o regionales, tan necesarios, pero siempre limitados. Es necesario que las instituciones privadas, la sociedad civil y los programadores apuesten por estos repertorios y, sobre todo, permitan a los grupos de cámara asumir ciertos riesgos en sus programas. Desde nuestros inicios, favorecer esta colaboración entre intérpretes y compositores ha sido uno de nuestros objetivos y algo que seguiremos explorando en el futuro.
¿Qué líneas temáticas presenta el ciclo?
En el Salón del Ateneo intentamos que cada concierto tenga su propia coherencia. Nuestro concierto inaugural, a manos del Albéniz Trío, supuso una reflexión en torno al nacionalismo (no solo musical) y clausuramos el año con un concierto donde el Trío en Mi bemol mayor para violín, trompa y piano de Johannes Brahms era el hilo conductor. Para 2024 tenemos preparados conciertos que giran en torno al piano húngaro, una reflexión sobre la belleza o sobre las incertezas del mundo contemporáneo, entre otros.
¿Con qué grupos y artistas se contará para esta edición 2024?
Para los primeros seis meses de 2024 contaremos con unos intérpretes envidiables. El 23 de febrero, el extraordinario pianista Alberto Rosado arrancará la programación con un diálogo entre la música de los tres compositores húngaros más importantes del siglo XX: Bartók, Ligeti y Kurtág.
En marzo, el violinista y fundador del Cuarteto Casals, Abel Tomàs, nos acompañará junto con Emma Stratton, en un recital con obras de Schubert, Mozart, Schumann y Sofiya Gubaidúlina.
Abril lo protagonizará el Quartet Gerhard con su programa ‘A la memoria de la belleza’ y en mayo tendremos la suerte de contar con el cuarteto de saxofones Fukio Quartet.
Finalmente, el 9 de junio, para celebrar el primer aniversario del Salón del Ateneo, tendremos el honor de contar con el Guarneri Trio Prague y sus ‘Paisajes checos’.
¿Cuáles son vuestros objetivos y perspectivas?
Nuestro objetivo es consolidarnos como espacio de difusión estable en la oferta musical madrileña, manteniendo el apoyo al talento emergente y a la excelencia interpretativa, así como a la promoción de la creación musical contemporánea. Para ello, queremos seguir apostando por la música de hoy, no solo procurando que esté presente en todos nuestros programas sino, muy especialmente, buscando oportunidades de colaboración entre los compositores y los grupos de cámara.
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