Ottavio Dantone, célebre clavecinista y director musical y artístico de la Accademia Bizantina desde 1996, es reconocido internacionalmente por su especialización en música barroca con instrumentos de época. También es un prestigioso director de orquesta, habiendo dirigido en lugares emblemáticos como el Festival de Glyndebourne, Royal Albert Hall de Londres, Ópera de Zúrich, Theater an der Wien, Ópera Estatal de Berlín y Teatro alla Scala de Milán, donde debutó en 2005 con Rinaldo de Haendel. Próximamente visitará España con la Accademia Bizantina para participar en la programación del CNDM.
Por Enrique Villegas
¿Proviene de una familia musical? ¿Cómo nace su pasión por la música y, en especial, por la música barroca?
La mía no es una familia de músicos. Cuando tenía 4 años, mis padres me compraron un teclado de juguete. No sé exactamente cómo ocurrió, pero aprendí a leer y escribir música solo… Después, con 9 años, entré en el Coro de la Catedral de Milán, donde tuve la posibilidad de cantar mucha polifonía y de comenzar a estudiar órgano. Este tipo de formación, cuando continué con mis estudios, evidentemente, contribuyó a desarrollar cada vez más mi interés por la música antigua.
Usted comenzó su carrera como organista y clavicembalista pero, ¿cuándo y cómo se adentra en la dirección de orquesta?
Habiendo profundizado mucho el estudio de la praxis interpretativa y la retórica musical, cada vez era más frecuente que, en los ensembles donde tocaba, se me encargase la concertación o, en general, la responsabilidad de la ejecución. Pero, fundamentalmente, fue sin duda el encuentro con la Accademia Bizantina, que en 1996 mi pidió que me convirtiera en el director del conjunto. Aquí, pude crecer musicalmente y mejorar mi técnica y mi gesto. Junto a la Accademia Bizantina debuté mi primera ópera y luego, afortunadamente, se fueron sucediendo una serie de encuentros y ocasiones que me permitieron recorrer una feliz carrera como director, incluso de forma paralela a mi conjunto y a la música barroca.
Hace apenas unos meses que salió al mercado su grabación en vivo de Rinaldo de Haendel en el sello HDB Sonus, el primer disco de la discográfica de la Accademia Bizantina. ¿Cómo surge la idea de crear su propio sello discográfico?
Aunque continuemos nuestra relación con las casas discográficas, hemos sentido la necesidad de tener nuestro propio sello discográfico para realizar proyectos que nos interesen, ya sean inéditos, especiales y también conocidos, incluso cuando estos proyectos no coincidan con los intereses y las estrategias de los profesionales. Esto nos ofrece el privilegio de una libertad y una independencia creativa e intelectual, que en estos tiempos seguramente representa un lujo.
¿Y por qué ha querido presentar una grabación en vivo de Rinaldo para el primer disco de HDB Sonus? ¿Prefiere la grabación en vivo o en estudio?
No tengo una particular preferencia entre el live y la grabación en estudio, porque ambos sistemas tienen prerrogativas y aspectos positivos. El concierto en vivo tiene el valor de preservar una mayor emotividad debido a esa presencia y a esa relación que se establece con el público, mientras que la grabación a puerta cerrada, gracias al hecho de poder repetir más veces, deja un margen a una creatividad más distendida y desinhibida porque está totalmente exenta de riesgos. En el caso de Rinaldo, estábamos en medio de una producción de excelente nivel, así que decidimos poner los micrófonos en uno de los teatros con mejor acústica, el teatro de Como, en este caso, y grabar dos funciones. Creo que el resultado, al final, nos ha dado razón.
Recientemente ha grabado los Concerti Grossi opus 6 de Haendel. Si no me equivoco, había grabado también hace tiempo los Concerti Grossi opus 3, pero todavía no han salido publicados. ¿Cómo ha abordado estas páginas extraordinarias? ¿Qué peculiaridades presentan, en su opinión, estos doce conciertos haendelianos? ¿Escucharemos pronto estos discos?
Los Concerti Grossi opus 3 me interesaban desde hace tiempo porque representan un caso particular en la historia de la industria editorial del XVIII. Como muchos sabrán, John Walsh publicó esta recopilación en 1734 con la intención de repetir el éxito de los Concerti Grossi de Corelli. En realidad, el astuto editor se limitó a montar y arreglar composiciones preexistentes y piezas dispersas del compositor sajón, extraídas de oratorios y varias obras instrumentales o para clavicémbalo. La calidad de la música es indudablemente alta, pero a veces, la escritura orquestal tiene lagunas y no está exenta de ingenuidad y errores. Por eso, he querido reconstruir las partes de algunos Concerti usando un estilo y un procedimiento lo más cercano posible a la práctica haendeliana. Los Concerti del opus 6 están entre la más bella música instrumental jamás escrita en el período barroco, e ilustran el talento y la maestría de Haendel en todas las facetas y formas, desde la danza hasta el contrapunto, con una variedad de estilos y formas verdaderamente extraordinaria. Esta última grabación de los Concerti Grossi opus 6 ha sido una de las cosas más emocionantes que he hecho junto a mi conjunto la Accademia Bizantina porque ha sido una ocasión para reunirnos con alegría después de meses de inactividad debido al coronavirus. Tenemos previsto publicar las dos colecciones durante el 2021.
Hablemos ahora de Vivaldi, un compositor que está muy presente en su catálogo discográfico con la Accademia Bizantina. Acaba de salir al mercado su último disco para la conocida colección The Vivaldi Edition de Naïve Classique: Il Tamerlano, ¿qué distingue esta ópera, en su opinión, de otras óperas de Vivaldi?
Llevo más de quince años abordando óperas de Vivaldi y en cada título encuentro siempre aspectos especiales e interesantes. En el caso del Tamerlano, se trataba de la primera vez que me enfrentaba a un pasticcio, y ha sido muy interesante comparar la escritura de Vivaldi con la de otros compositores como Hasse, Broschi y Giacomelli, involucrados en un mismo trabajo. Si el estilo de Vivaldi, que curiosamente escribe solo la música de los personajes ‘buenos’, siempre es claramente reconocible en su originalidad, lo que impresiona en esta ópera es el trazo fuertemente dramático que el Prete rosso expresa en los momentos trágicos y de pathos a través de los recitativi accompagnati que implican a los personajes de Bajazet y su hija Asteria. En la segunda parte de la ópera, la desesperación y después el suicidio del primero y la furiosa rebelión de la segunda se representan con una especial sabiduría teatral.
El próximo mes de febrero regresará a España para ofrecer dos conciertos junto a la Accademia Bizantina en León y en Madrid dentro de la programación del CNDM-Centro Nacional de Difusión Musical. Me gustaría preguntarle por el programa que ofrecerá en Madrid, y que contará con la participación de la contralto francesa Delphine Galou. ¿Hay mucha diferencia entre el Vivaldi sacro y el Vivaldi profano, desde el punto de vista del lenguaje musical?
El programa de Madrid es un programa que llevamos a menudo de gira, y es fruto de la fusión de tres grabaciones vocales y dos grabaciones instrumentales realizadas recientemente. Además de proponer la escucha de música bellísima menos conocida de Jommelli y Porpora, pone de relieve diversos aspectos de la música de Vivaldi. Aunque en la música del siglo XVIII, Vivaldi incluido, la línea entre sacro y profano es a menudo muy fina, porque es frecuente el uso de la misma música en los dos géneros con distinto texto, podemos notar en este programa un enfoque mucho más espiritual en la Introducción al Miserere y en el Salve Regina, con respecto a la cantata amorosa Cessate omai cessate, de claro carácter profano, tanto desde el punto de vista rítmico como dramático. En cualquier caso, más allá de la escritura, es también muy importante el uso de la retórica musical para comunicar al oyente la atmósfera y el espíritu de una composición.
En el programa de Madrid figura también el aria ‘Agitata infido flatu‘ del oratorio Juditha Triumphans de Vivaldi, incluida en el disco ‘Agitata’ con la Accademia Bizantina y Delphine Galou, que fue premiado con el prestigioso Gramophone Classical Music Award 2018. ¿Cómo surge la idea de grabar ese disco para el sello Alpha?
Un premio como este llega siempre de forma inesperada, aunque en el espíritu de cada intérprete, que se implica con toda su pasión en un proyecto, siempre hay la esperanza de que el propio trabajo sea apreciado y reconocido por parte del público y la crítica. La verdad es que el proyecto ‘Agitata’ nació con la idea de hacer algo más ‘íntimo’, es decir, hacer un programa sacro para alto y órgano con el fin de interpretarlo en pequeñas iglesias con órganos históricos, y con el deseo de explorar un repertorio muy amplio y poco conocido, pero también fascinante y lleno de belleza. De hecho, tendría que haberse llamado ‘O Spiritus Angelici’. Pero, después, cuando estábamos programando la actividad futura junto a Luca Ragazzini, el mánager de la Accademia Bizantina, surgió la idea de añadir alguna obra con orquesta e incluir por tanto al conjunto. El propio Luca tuvo la idea de cambiar el título que Delphine y yo habíamos pensado originalmente para nuestro dúo, sugiriendo ‘Agitata’, un término sin duda de mayor impacto.
El pasado mes de agosto dirigió el Orfeo de Monteverdi en una nueva producción de Pier Luigi Pizzi, en la inauguración del Festival dei Due Mondi di Spoleto. ¿Va a tener algún otro proyecto dedicado a Monteverdi en un futuro cercano? ¿Qué es lo que más le gusta cuando se enfrenta como director a las óperas de Claudio Monteverdi?
Monteverdi es, en mi opinión, el autor más fascinante e inspirador de la historia del melodramma, pero también es el más difícil. Cuando hace más de quince años, tuve la ocasión de dirigir su trilogía, decidí que nunca más volvería abordar a este autor por la tremenda complejidad de conseguir un ‘recitar cantando’ natural y eficaz, tanto musicalmente como desde el punto de vista teatral y prosódico. En los últimos años, gracias también a la experiencia, he vuelto a encontrar el placer y los estímulos para dedicarme nuevamente a este repertorio maravilloso, donde la recitación natural está gobernada y se entrelaza milagrosamente con un tejido musical extraordinario… En cuanto a un futuro proyecto, la verdad es que tendré varios proyectos con la Accademia Bizantina dedicados a Monteverdi en el 2021. Entre junio y julio, haremos Ritorno di Ulisse in patria en el Teatro della Pergola de Florencia con la dirección escénica de Robert Carsen. En agosto, tenemos también una reposición del Orfeo de Spoleto en Ravenna, así como una gira europea con L’incoronazione di Poppea. Y haré también una reposición de esta misma ópera en Zúrich con dirección escénica de Calixto Bieto en septiembre.
Con su Accademia Bizantina ha grabado varias sinfonías de Haydn para el sello Decca. ¿Le gustaría afrontar, con su Accademia Bizantina, sinfonías de compositores como Beethoven, Schubert, Schumann, o Mendelssohn?
Lo cierto es que tenemos un proyecto muy ambicioso que incluye la grabación y la ejecución de sinfonías precisamente de todos esos autores que ha citado. Queremos ofrecer una lectura de estas obras lo más fiel posible a la idea original, en el sentido de recuperar las emociones más fuertes y auténticas sin los condicionamientos y los clichés que se han ido acumulando en el transcurso del siglo XX.
¿Qué tipo de música escucha en su tiempo libre Ottavio Dantone? ¿Tiene algún hobby en particular?
Raramente escucho música, y casi nunca barroca, porque la música está siempre en mi cabeza, haga lo que haga. A menudo me gusta escuchar música en coche durante un largo viaje o mientras hago ejercicio o yoga. Uno de mis hobbies preferidos es cocinar inventando nuevos platos y buscando combinaciones creativas. También me encanta dar paseos en bicicleta alrededor de mi casa en la Borgoña, esperando avistar animales salvajes.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Hay muchos. Con la Accademia Bizantina tenemos muchos conciertos y nuevas grabaciones. También tengo muchas invitaciones para óperas y conciertos sinfónicos. Pero lo que me hace estar especialmente orgulloso es haber construido en mi casa de campo una bellísima sala de grabación, donde tengo en mente grabar lo que me gusta, en cualquier momento. Esto es también un proyecto de vida que dará sentido a la última fase de mi existencia.
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