La investigadora Elixabete Etxebeste relata en su libro “Oteiza y la música” la relación del artista con la creación musical
El polifacético artista, Jorge Oteiza, estaba casado con las artes, con la escultura, la pintura y la literatura, pero además tenía una amante: la música. La investigadora Elixabete Etxebeste aborda en su libro “Oteiza y la música” la relación del artista con la creación musical.
Ahora esta faceta poco conocida se estudia en “Oteiza y la música”, una nueva publicación de la Fundación Museo Oteiza que supone el volumen nº 3 de la colección Prometeo. La autora estructura el libro en dos partes. Por un lado, indaga en su relación personal con la música y analiza sus gustos, opiniones sobre estilos, preocupaciones e intereses. Aquí Elixabete Etxebeste dibuja el perfil de Oteiza como artista y melómano. Por otro lado, trata de reflejar su concepción de la música como arte y disciplina, presentando además sus proyectos relacionados con la música. Y es que curiosamente en la biblioteca de Jorge Oteiza se encuentran numerosos libros sobre teoría musical, etnomusicología, música electrónica o música en general. Además, en el Museo se custodian cientos de documentos escritos por el artista vasco que atestiguan reflexiones y proyectos alrededor del jazz, la música tradicional, la música clásica o las vanguardias del XX.
En definitiva, la música era la amante de Jorge Oteiza, su debilidad. Por esto Etxebeste ha querido mostrar en este libro cómo el oído del artista valoraba y admiraba tanto la apasionada obra de Beethoven como las intuitivas piezas de Mozart o el contrapunto de Bach. Al mismo tiempo podía reflexionar acerca de compositores de la vanguardia española como Luis de Pablo, el serialismo integral, la música contemporánea de Berio, Maderna, Boulez o Xenakis y, por supuesto, el jazz. “Oteiza lo escuchaba todo, y estaba al día de todo”, dice Elixabete Etxebeste.