La Orquesta Sinfónica RTVE comienza el mes de marzo con un programa sinfónico a cargo de Álvaro Albiach en el que se estrenará el Concierto para clarinete, percusión y orquesta, de José Alamá-Gil. La obra será interpretada por cincosolistas de percusión de tres orquestas relevantes de nuestro país: Rafael Mas, Raúl Benavent y José Luis González, miembros de la RTVE, Javier Eguillor, solista de la Orquesta de València, y Joan Castelló, solista de la Orquesta Nacional de España. Charlamos con Raúl Benavent sobre este excepcional concierto programado para los días 2 y 3 de marzo en el Teatro Monumental.
Por Miriam Poncelas Gómez
Los cinco percusionistas que interpretarán el Concierto para clarinete, percusión y orquesta, de José Alamá-Gil son valencianos. ¿Es la constatación de que Valencia es cuna de grandes músicos?
No lo hemos hecho a propósito, ha sido una casualidad. Todos empezamos a tener relación con este mundo en nuestras bandas de música. En nuestra generación, en Valencia, al salir del colegio o ibas a mecanografía o ibas a solfeo. Nosotros cinco elegimos la segunda opción. Pero no era solo ir a solfeo, entonces no tenías una hora prevista para tu clase, sino que podías estar allí toda la tarde y, aparte de dar tu clase, tocabas con los compañeros, jugabas, reías y, sin darte cuenta, construías unos valores tanto a nivel humano como a nivel artístico y profesional. Esa fórmula, con un acercamiento tan temprano al mundo de la música, ha dado lugar al nacimiento de grandes vocaciones musicales.
¿Cómo decidiste que la percusión sería tu especialidad instrumental?
No tuve ninguna duda sobre mi elección ya que, desde muy pequeño, con 3 o 4 años, prácticamente vivía en la tienda que regentaban mis tíos. Vendían un poco de todo, entre otras cosas tambores de detergente y botes de pintura. Yo siempre estaba aporreando estos artilugios que me montaba simulando un tambor o una batería. Todo esto, unido a que mis tíos eran muy amantes de la música y todos los días en la tienda se podía escuchar música de todo tipo (sobre todo pasodobles, zarzuela y también música clásica), me empujó a elegir este camino profesional. Recuerdo que el primer día que fui a la banda a tomar clases llegué con el tambor cargado y con un par de baquetas. El profesor no tuvo que preguntarme qué instrumento quería tocar porque lo vio meridianamente claro. Entonces tenía 5 años.
¿Cómo se prepara una obra que jamás antes ha sido interpretada y que supone un descubrimiento absoluto para el público?
En el estudio de una composición que es estreno, como es el caso del concierto de Alamá, aparte de tener los materiales con suficiente antelación y estudiar la partitura de manera técnica, ocurre algo que es fantástico y tiene que ver mucho con el proceso de creación de la obra. Todo ocurre en tu cabeza. Creamos un metaverso musical en nuestro cerebro donde empezamos a construir sonoridades, emociones, paisajes, ideas poéticas, etc. Cualquier información del compositor es muy valiosa para poder imaginar este viaje musical. Todo esto ocurre en un nivel inicial, donde cada uno, y de manera individual, va estudiando la obra. Una vez concluye este proceso personal viene otra parte muy interesante, que es la de estudiar la obra en conjunto. Aquí unificamos ideas, contrastamos opiniones y tratamos de llegar a puntos en común para el objetivo final, que es que todos tengamos la misma idea en nuestra cabeza, tanto técnica como musicalmente. Esto es muy importante para ofrecer una interpretación coherente y honesta para nuestro público.
¿Qué se va a encontrar el público en esta obra?
En esta obra el público podrá escuchar una paleta de timbres en los instrumentos de percusión muy interesante. Las partes están compuestas por una gran variedad de instrumentos de percusión, por ejemplo, timbales, caja, bongós, congas, cortina, plato suspendido, caja, temple blocks, cabassa, lira, marimba y vibráfono. La riqueza tímbrica es muy variada y esto le da a la obra mucho colorido a la vez que mucha riqueza rítmica para los pasajes con más fuerza junto a la orquesta. Cito palabras textuales del compositor: ‘el papel de percusión dentro de la obra combina secuencias de actividad alternativa al clarinete junto a momentos de sutil y delicado acompañamiento, en algunos casos como sustento rítmico en momentos expresivos del clarinete y en otros como manifestación rotunda de su alter ego‘.
Un concierto compuesto para percusión y clarinete es una rareza. ¿Cómo surge está combinación y cómo se encaja?
No es muy usual esta combinación de quinteto de percusión y clarinete. Es la primera vez que voy a tocar orquesta un concierto de solista con orquesta con un ensemble tan peculiar. Siendo una obra de estreno en pleno siglo XXI tampoco pienso que sea una rareza, sino una oportunidad de plantear una idea novedosa para el público, que va a poder escuchar nuevas sonoridades y que pueden abrir nuevos campos sonoros y también nuevas experiencias sensoriales, ya que la dulce sonoridad del clarinete con los efectos rítmicos de la percusión puede ser una mezcla algo parecida a tomar unas fresas con chocolate.
¿Qué papel tiene cada uno de los percusionistas dentro de la obra?
El papel de cada percusionista viene dado por el instrumento que toca. Por ejemplo, el timbalero será el encargado de proporcionar una gran sonoridad, el percusionista que toca bongós y conga estará más pendiente de que todo funcione bien en cuanto a ritmo, al igual que el que toca la caja. El percusionista encargado de las láminas interactuará a nivel sonoro con todas las melodías que proporcionen los instrumentos de la orquesta, aportando así unas texturas interesantes para la escucha. El percusionista que toca cortina y temple blocks será nuestro Henri Matisse, proporcionando color y más color.
Es sorprendente veros rodeados de tantos instrumentos tan dispares pero que en conjunto están perfectamente engrasados. ¿Cómo conseguís esta sincronía tan perfecta?
En ocasiones los percusionistas estamos rodeados de un montón de instrumentos y la gente suele quedarse impresionada con esto, siempre nos preguntan cómo podemos tocarlos todos a la vez. Esto es lo que nosotros llamamos set-up o, lo que es lo mismo, una combinación de varios instrumentos. Hay veces que el set lo tenemos a nuestro favor cuando, por ejemplo, los instrumentos son parecidos entre ellos, y es muy difícil de combinar cuando los instrumentos son muy dispares entre ellos. Cuando combinamos instrumentos de parche, de madera, de metal, etc., estamos trabajando con texturas muy diferentes que en cuanto a sonoridad tienen que estar muy bien coordinadas para que el resultado sea agradable y placentero para nuestros oídos. También es verdad que lo hacemos tantas veces y de manera tan cotidiana que para nosotros es algo normal, pero entendemos que cuando la gente nos ve tiene curiosidad.
Manejamos las extremidades inferiores y superiores con total independencia y esto nos ofrece muchas posibilidades para crear ritmos muy complejos. Pero lo más importante y difícil, para mí, no es el trabajo físico de ejercitar estas partes del cuerpo, sino ser capaces de crear en nuestro cerebro este mecanismo tan complejo, pero este es un asunto que probablemente daría para otra entrevista.
¿Cuáles son los retos musicales que tenéis por delante?
El reto más importante que tenemos para este concierto es dar visibilidad a nuestro instrumento. Hoy en día, en las grandes salas de conciertos, es muy difícil que se programen obras a solo. Tengo que decir que por suerte no pasa aquí, creo que la Orquesta Sinfónica y Coro RTVE es una de las orquestas españolas que más percusión ha programado en sus temporadas. Afirmo esto con mucho orgullo, tanto por la institución como por nosotros, que hemos tenido la oportunidad de mostrar a nuestro público una gran cantidad de obras escritas para percusión.
En el mes de junio José Luis y yo tendremos de nuevo otra oportunidad de hacer brillar la percusión, ya que tocaremos una obra para dúo de percusión y orquesta, dentro de la gala de solistas que organiza la OCRTVE. Esperamos que tanto en este concierto de marzo como en los que vamos a ofrecer próximamente la percusión sea protagonista y que el público pueda experimentar todas las posibilidades que este instrumento tiene para que algún día sea tan escuchado en las salas de conciertos como cualquier otro instrumento. Daré un consejo a todos los lectores: pon un percusionista en tu vida… ¡por ritmo no será!
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