Estela Córcoles, Raquel Díaz, Anna Pujol y Alejandra Villalobos conforman el cuarteto de flautas neuma, que lleva más de diez años como grupo estable tratando de dar a conocer el repertorio para cuarteto de flauta. Esta fue una plantilla muy habitual durante el Renacimiento y el Barroco, que tuvo una nueva etapa de esplendor en el Impresionismo francés. Ahora ellas tratan de actualizarla para conectar con el público.
Por Susana Castro
Vuestro grupo toma su nombre del griego y significa alma, aire, espíritu y soplo, elementos que se corresponden con un rasgo característico de la personalidad de cada una de vosotras. ¿Cómo se traduce este concepto en música?
Raquel Díaz: Al comenzar a elegir un nombre, ‘neuma’ nos gustó, pero conforme fue avanzando el proyecto a lo largo de los años nos dimos cuenta de que tenía mucho sentido que hubiésemos elegido esta palabra. Siempre hemos querido comunicar al público nuestra esencia. Si la flauta es aire y nosotras utilizamos esa materia prima, si queremos insuflar vida a la partitura, todo lo que hacemos está conectado con esa idea. Transmitir un soplo vital; esa energía y esa alma. Nuestro lema es ‘Our music, our soul‘.
Estela Córcoles: Es un concepto abstracto, algo que nació de nosotras y es parte de nuestra conexión desde que nos establecimos como grupo. Hay algo que no se ve, pero se palpa en el ambiente, y nos ha hecho llegar hasta aquí después de más de diez años.
Sois una formación poco habitual, de cuatro flautas, en la que cada una cumple un rol diferente. ¿De dónde surgió la idea de convertiros en grupo estable?
Alejandra Villalobos: Al principio, como estudiábamos juntas en la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC) con Júlia Gàllego, quedábamos para hacer técnica en grupo y fuimos haciendo piña. De ahí surgió la idea de hacer un cuarteto, pero como una prueba. Empezamos a hacer ensayos y hubo conexión, vimos que funcionaba y decidimos lanzarnos. Lo primero que hicimos fue prepararnos para participar en algún concurso de música de cámara, y a partir de ahí vimos que podíamos ser una agrupación estable. ¡Y ahí seguimos!
Anna Pujol: Fueron años de mucho trabajo, de mucho esfuerzo. Y mereció la pena. Pudimos demostrarnos que teníamos un sitio en este mundo. Creo que descubrimos algo muy especial, este formato reducido en el que está todo. Ser una agrupación poco habitual nos ha hecho plantearnos a menudo qué es neuma, qué queremos trasmitir y qué camino artístico queremos trazar. Que la formación no sea habitual ha acabado siendo positivo para nosotras.
Aunque, como decíamos, el cuarteto de flautas no es lo que más abunda en las salas de concierto, sí podemos rastrear su existencia a lo largo de la historia de la música. Para ubicar a nuestros lectores y lectoras, ¿cómo ha sido su evolución a lo largo del tiempo?
Raquel: La flauta es uno de los instrumentos más antiguos; de hecho, encontramos los primeros vestigios en la prehistoria, junto con la percusión. Organológicamente hablando, la flauta experimentó un cambio muy grande en el siglo XIX, al pasar de la madera a los materiales que utilizamos actualmente. Las familias de flautas comenzaron a agruparse en el Renacimiento, y en el Barroco se continuó con esa tradición de los consort con compositores como Boismortier, que escribían para cuartetos y quintetos de flauta. En neuma, la música más antigua que tocamos se sitúa en el Clasicismo, con Reicha, que tiene un cuarteto para flautas. Pero el momento en el que nuestra formación tuvo más sentido fue en el siglo XVI, en el Renacimiento.
Estela: En el Romanticismo, la flauta, como instrumento individual, tuvo un bajón grande debido a los cambios organológicos que se sucedieron. Eso conllevó que también dejasen de escribirse obras para formaciones de cuarteto, pero repuntó gracias al Impresionismo francés y a la escuela francesa de flauta. A partir de entonces encontramos gran cantidad de repertorio, y esa fue la base que nos hizo trabajar como grupo al principio. En los siglos XX y XXI sí encontramos artistas que componen para cuarteto de flautas y, de hecho, en nuestro disco todo lo que grabamos es música contemporánea. Uno de nuestros objetivos es que se amplíe el repertorio para cuarteto de flauta: hace falta que haya más.
¿Tenéis algún referente en lo relativo al instrumento a nivel individual?
Estela: A nivel individual lo tengo clarísimo, para mí es Emmanuel Pahud.
Alejandra: Sí, para todas es un referente a nivel flautístico. Es una inspiración.
¿Y cómo grupo, pensando en música de cámara?
Raquel: Admiro a muchos grupos actuales, aunque me cuesta identificar a un cuarteto de flautas de mucho nivel. Siempre hay cuartetos o tríos de cuerda, o de viento, pero de flauta es más complicado. Nos fijamos mucho en otras agrupaciones de cámara: cuarteto de saxofones, quinteto de metales, etc. Vemos grupos jóvenes, como Azahar Ensemble, Kebyart Ensemble o Fukio Ensemble, que están a la orden del día y tienen mucho que ofrecer, y seguimos lo que están haciendo.
Anna: Durante nuestros años en la ESMUC, los Casals fueron el referente. Que estuvieran en la ESMUC fue un regalo. Pudimos escuchar muchos de sus conciertos, dar clase con alguno de ellos. Aprendimos mucho teniéndolos tan cerca.
Si echamos la vista atrás, ¿existen grabaciones que se consideren de referencia para vuestra plantilla?
Alejandra: Hay muy pocas grabaciones de referencia. En la actualidad sí hay algunos cuartetos en otras partes del mundo que están haciendo música contemporánea como nosotras y vamos un poco a la par.
Anna: En este sentido, hemos ido descubriendo el camino bastante solas, así que estamos encantadas de que neuma pueda ser referente para las generaciones de flautistas que vienen.
Vuestra propia configuración es, en sí misma, una novedad que aportar a las programaciones.
Raquel: Lo que sí que siempre se ha hecho en las aulas de flauta es considerar al cuarteto como un ejercicio para juntar a flautistas individuales y tocar conciertos de cuartetos. No se entendía como una formación creada ex profeso al ser todos instrumentos de la misma familia, como evidentemente sí ocurre con el cuarteto de cuerda.
Anna: La mayoría de las veces, el público no se imagina la sonoridad del cuarteto. Y nos sigue pasando, aún sorprendemos al oyente. Es importante que pueda haber variedad en el arte, poder descubrir cosas nuevas.
Una de las máximas de vuestra formación es ‘descubrir nuevos horizontes y trazar nuevos caminos en el mundo de la música clásica’. ¿Por qué creéis que es necesario repensar los conceptos que ya tenemos asentados en este sector?
Alejandra: En todos los ámbitos la innovación es algo positivo y que hay que buscar. La música clásica, como tiene detrás tanta tradición, parece que a veces sea un poco inamovible. Creemos que, a medida que la sociedad va evolucionando, la música también puede hacerlo. Pero no nos referimos a cortar con la tradición, sino a añadir nuevas opciones y trazar nuevos caminos. Si pensamos en siglos atrás, óperas que actualmente vemos como algo muy tradicional, en su momento fueron muy innovadoras. Ahora pensamos que la tradición tiene que mantenerse exactamente igual y no cambiar nada, y nosotras queremos romper con eso. Pero no somos las primeras, ni muchísimo menos, hay gran cantidad de grupos que están innovando en música y se crean espectáculos y conciertos maravillosos.
Estela: Para mí es volver al concepto histórico de la música de cámara en cuanto a la conexión con el público. La música se interpretaba en una habitación para los amigos o para un público cercano, y ahora hay una barrera con el espectador que ya viene determinada por la propia configuración de los escenarios y por el tipo de conciertos que se ofrecen y los protocolos. Esta separación no nos gusta. Preferimos cambiar la forma de llegar al público, manteniendo la tradición en lo musical, pero tratando de trazar nuevos horizontes. Hay que pensar en el público actual y en qué quiere, buscar maneras de conectar.
Vosotras no pensáis únicamente en conciertos, sino en espectáculos completos en los que cuidáis al detalle la puesta en escena, en los que combináis la música con escenografía, movimiento escénico, vestuario, iluminación, etc. ¿Cómo es vuestro sistema de trabajo?
Raquel: Para ponernos en contexto, debo decir que lo que hacemos actualmente también ha venido impuesto por la tradición. Nuestro cuarteto de flautas no entra en muchas programaciones precisamente por no ser una formación habitual, así que, partiendo de esa base, nos hemos separado de la tradición porque algo nos decía que ahí no encajábamos a nivel de repertorio. Cuando sales del conservatorio todo lo que has hecho es muy clásico y tú debes ser quien busque tu propio camino e idee un producto que pueda gustar al público y se pueda vender.
En el caso de ‘Origen’, que es el proyecto que montamos en 2019, una vez tuvimos todo en su sitio musicalmente hablando, pasamos a trabajar con el director escénico Abel Coll para ver qué nos quería decir esa música y cómo trasladarla a escena. Tuvimos que ensayar mucho los movimientos porque venimos del ámbito clásico.
Estela: Antes de montar el espectáculo estuvimos mucho tiempo trabajando las obras hasta sabérnoslas de memoria y tenerlas muy interiorizadas. Nos atrevimos a llevar este repertorio a algunos concursos y nos dimos cuenta de que había aún más conexión entre nosotras sin la partitura. Además, nuestro instrumento nos da movilidad, así que decidimos aprovechar todo eso y dar un paso más y presentar el concierto con elementos escénicos, y ahí fue cuando buscamos ayuda externa. Ahora que estamos en este ámbito ya no podemos salir de aquí, pensamos en espectáculos completos.
El repertorio de ‘Origen’ fue publicado en 2018 en disco. La mayoría de las críticas destacaron vuestra complicidad y vocación camerística, así como la forma natural que tenéis de abordar la complejidad técnica. ¿Cómo se llega a tener tanta compenetración?
Alejandra: Con muchas horas juntas [risas].
Estela: Dentro y fuera de los ensayos, eso es importante.
Raquel: Cuando tenemos encuentros, lo primero que hacemos es hablar de cómo estamos. Sería artificial para nosotras hacerlo de otra forma. No podemos ponernos a tocar sin saber cómo están las demás, qué cosas les han pasado, etc. Nos conocemos mucho a nivel personal, somos amigas, y estamos juntas muchas horas dentro y fuera del ensayo. Eso conlleva que muchas veces, sobre el escenario, no necesitamos ni hablar, y esa es la magia entre nosotras, la forma en que se genera esa complicidad.
Anna:Esto para nosotras es fundamental. Mucho trabajo juntas y mucha escucha.
El título ‘Origen’ es bastante sugerente. ¿Cuál es la idea que se encierra detrás de esa palabra?
Alejandra: Las cuatro obras del disco, que dio lugar después al espectáculo escénico, tienen un mismo hilo conductor, ya que están relacionadas con algún elemento de la naturaleza, y para nosotras eso es sinónimo de origen. Con este proyecto queríamos mostrar nuestra propia esencia, transmitirla de manera sencilla a través de la música de cámara.
Anna:Fue también un homenaje a nuestros orígenes. A la fuerza de los inicios. Era nuestro primer disco y había en él un reconocimiento a la energía que nos empujó a formar el cuarteto y a apostar por ello.
Hablemos ahora sobre música. ¿Cómo elegisteis estas obras para el proyecto? Los compositores son Anze Rozman, Andrey Rubtsov y Anthony Girard.
Estela: Hicimos todo un estudio sobre el repertorio escrito para nuestra formación. Intentamos abarcar todos los estilos y leímos y trabajamos todo el repertorio. Pero en estas obras del siglo XXI había una chispa especial. Aparte de que nos guste, también son piezas que amplían el registro de la flauta añadiendo la flauta alto y el piccolo, lo que conlleva una sonoridad más grande. Así que la decisión se tomó por varios frentes: timbre, estilo y temática. Cada obra está vinculada a un elemento de la naturaleza.
Raquel: También nos gustó su complejidad. Hay otros cuartetos de flauta que son mucho más simples, y nosotras buscábamos un repertorio que se acercase al nivel que queríamos mantener y que fuese rico para el oyente e interesante auditivamente.
Siempre es importante la recepción del público, pero en espectáculos como estos todavía más. ¿Qué sensaciones se quedan tras ver en directo a neuma?
Raquel: ¡Les encanta! [risas]. Cuando hicimos el estreno en el estudio de Igor Cortadellas teníamos cierto miedo porque era la primera vez que nos enfrentábamos a algo así. No sabíamos si el público iba a entender lo que queríamos transmitir y si funcionaría. Desde los primeros conciertos tuvimos tan buena acogida que nos animamos a seguir adelante. Lo interesante es que a cada persona le llega una cosa diferente y eso es muy gratificante. Se rompe la barrera de lo técnico porque la gente está pendiente de otras cosas.
Estela: Para mí el proyecto es abstracción, te transporta a otro sitio. Durante la hora que dura el espectáculo la gente viaja a muchos sitio y es genial despertar todo esto y que nadie haya desconectado de lo que está viendo.
Ahora mismo estáis trabajando en un nuevo proyecto que verá la luz en la primavera de 2024. ¿Podéis adelantarnos algunas de sus claves?
Raquel: El proyecto se va a llamar ‘Daughters‘. Todas las obras serán de nueva creación, encargadas a varias compositoras, entre las que podemos confirmar a Nuria Núñez Hierro y Montserrat Lladó Gambín. La dirección escénica correrá a cargo de la directora y actriz Clara Manyós, y el equipo de JALEA (Jana Vallvé y Elena Baliarda) serán las encargadas del espacio y movimiento escénico. Queremos ir más allá, no solamente tocar y movernos, sino incluir algo más de interpretación.
El hilo conductor será más profundo que en ‘Origen’, ya que pretendemos ahondar en la relación que existe entre madre e hija: la tradición, todo lo que se hereda, lo que quieres y lo que no quieres como hija, el lado oscuro de las expectativas, y también la luz a través del amor incondicional. Se trata de plasmar esa dualidad tanto en las obras musicales como en la escena.
Alejandra: A diferencia del espectáculo anterior, en el que la música ya existía y todo lo demás surgió después, aquí las compositoras están trabajando con nosotras. Es un proyecto de creación colectiva, no es un encargo al uso.
Anna: Hablando de innovar y romper, hemos querido también hacerlo en la manera de crear. Salir de nuestra zona de confort. Nos apetecía crear en colectivo, implicando a todas las partes a la vez. Hemos creado un equipo increíble. Están pasando cosas muy bonitas, tenemos muchas ganas de disfrutar del proceso y de poderlo compartir cuando llegue el momento.
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