La obra ganadora del I Premio Internacional de Composición SGAE, ‘Lichtstrahl 1’, del ovetense Nacho de Paz, quiere ser un rayo de esperanza frente a la actual situación de pandemia que amenaza al mundo
El compositor y director de orquesta Nacho de Paz se ha alzado, por su obra Lichtstrahl 1 (Haz de luz), con el I Premio Internacional de Composición SGAE – CullerArts para violín, convocado por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Su principal propósito es el de estimular la creación de nuevas composiciones para violín y reconocer la labor de sus creadores.
La pieza ganadora será obra de obligada interpretación para los concursantes en la fase eliminatoria del III Concurso Internacional de Violín ‘CullerArts’. El certamen, organizado por el Ayuntamiento de Cullera (Valencia), se celebrará el próximo mes de septiembre y en breve saldrá su convocatoria oficial. Además, el compositor Nacho de Paz formará parte del jurado del certamen y recibirá un premio en metálico dotado con 2000 euros.
Nacho de Paz
‘Normalmente no compongo, de hecho, llevaba diez años sin hacerlo, pero la pandemia me dio la oportunidad de volver a escribir porque tenía tiempo libre. Supongo que ser director de orquesta me permite conocer muy bien el trabajo de otros y aprender muchísimo, algo que he incorporado en mis composiciones’. Así se expresó el pasado 4 de marzo, al recibir el galardón de manos del presidente de la SGAE, Antonio Onetti.
Lichtstrahl 1 se impuso sobre las otras 36 obras presentadas al certamen con el respaldo de todo el jurado. Este estaba integrado por por Cecilia Bercovich (intérprete de violín y viola), Ferrer Ferran (compositor, director de orquesta y miembro del Consejo Territorial de la SGAE de la Comunidad Valenciana) y Cristóbal Soler (director artístico y musical de ‘CullerArts’).
Para el autor ovetense, este galardón ha supuesto un ‘gran estímulo para seguir componiendo. Estoy muy contento. Por otro lado, soy consciente de que los participantes en el concurso de violín en el que se interpretará mi pieza tienen todos los años un nivel altísimo y eso supone un enorme aliciente para cualquier compositor’ explica. La obra Lichtstrahl 1 tiene su origen en el periodo de restricciones sanitarias provocadas por la pandemia de la Covid-19. Fue escrita en otoño de 2020 en Viena (Austria), donde Nacho de Paz estaba preparando los ensayos del prestigioso festival de música contemporánea Wien Modern. Así, en medio de ‘esta extraña situación’, apunta, tras siete meses de cancelaciones y confinamiento, el compositor se lanzó a escribir la obra.
Conviene apuntar, en ese sentido, que durante las dos últimas décadas Nacho de Paz ha centrado su trabajo en la dirección de orquesta. Ha sido principal director invitado del ensemble de música contemporánea vienés PHACE. También destacan sus múltiples colaboraciones con numerosas orquestas nacionales e internacionales. ‘En los últimos veinte años la vida me llevó más por el camino de la dirección. Por eso, ganar el I Premio de Composición SGAE – CullerArts para violín ha sido muy estimulante. Ha sido como volver a sentir esa llama de la composición que siempre había estado ahí’ dice el autor. Y ha añadido: ‘No obstante, considero que la composición es fundamental para dirigir bien, y al revés. Ambas facetas se nutren una de la otra’.
Lichtstrahl 1
A grandes rasgos, el propio Nacho de Paz define Lichtstrahl 1 como una obra ‘melódica y espiritual, y a la vez tímbrica. Una obra que desea transmitir cierta esperanza para salir de esta situación actual en la que nos encontramos’. Para ello, el autor se inspiró en la espiritualidad de dos personalidades femeninas del ámbito musical e intelectual del mundo antiguo. Por un lado, Hildegard von Bingen (siglo XII), y Kassia (siglo IX), por otro.
‘En ambos casos, su creación poética y artística está íntimamente ligada con la experiencia mística. Las dos exhiben una personal ornamentación orientalizante de los modos gregorianos y emplean registros particularmente agudos en sus composiciones. A través de una transliteración de emociones, la obra explora los espectros acústicos de cada una de las notas que integran una línea vocal imaginaria. De esta forma, se establece una analogía entre la física del sonido y la de la luz sugiriendo un símbolo de esperanza’, concluye.
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