Desde Clara Schumann a Ethel Smyth, pasando por la española Rosita García Ascot, la inclusión de las miles de compositoras de la historia de la música occidental debe normalizarse en nuestras aulas. Los docentes nos encontramos ante un gran desafío: reorganizar materiales y recursos para mostrar una realidad más completa y comprometida.
Por Patricia García Sánchez
En el mes de la mujer y siempre…
Las aulas de música de los diferentes niveles educativos (Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria, Bachillerato y universidades de maestros/as con mención de música y musicólogos/as, conservatorios y escuelas de música en sus diferentes grados) están repletas de nombres masculinos, es decir, de maestros, a los que estudiamos y casi veneramos. Al igual que en otras disciplinas como el arte, la literatura o la ciencia, la ausencia de mujeres en los diferentes materiales y programaciones es casi total. Pero, ¿ha habido compositoras a lo largo de la historia? La respuesta es un rotundo ‘sí’. Es por ello que merecen tener un hueco en nuestras aulas. Es hora de conocer a las grandes compositoras de la historia, a las grandes maestras.
Así, los estudios más recientes demuestran que la ausencia se debe a la manera de contar la historia y no a la falta de actividad musical real por parte de las mujeres. Por lo tanto, los docentes de música se encuentran ante un gran desafío: redescubrir la historia de la música a su alumnado. Una nueva forma de contar la historia más equitativa y real.
Dado este contexto, se hacen necesarios materiales didácticos que hagan posible esta realidad. Es decir, no solo es necesario un cambio en las leyes y en los discursos, sino también en la práctica docente habitual. La educación para la igualdad debe partir de la muestra de modelos reales. La historia compensatoria es una herramienta muy potente para ello. Rescatemos a todas esas mujeres que han sido silenciadas de alguna u otra manera. Mostremos la historia de forma no sesgada y justa. Nuestro alumnado necesita modelos de aprendizaje basados en la igualdad que se ajusten a su propia realidad.
Pero, ¿cómo hacerlo? En este artículo damos algunas estrategias para llevarlo a cabo: la revisión de los materiales ya conocidos y la investigación de nuevas músicas, el principio de normalización como pilar básico para la inclusión, la importancia del enfoque creativo y el uso de la audición como eje vertebrador.
El docente se convierte, así, en una pieza clave para el cambio. Sus decisiones y reflexiones son fundamentales para mostrar a su alumnado nuevos recursos basados en la globalización, la flexibilización y la creatividad. El objetivo debe ser educar en la igualdad a través de la música como arte y como forma de expresión.
El mes de la mujer puede ser una excusa perfecta para dar a conocer algunos de los nombres que hemos señalado en este artículo pero su presencia no puede reducirse a este momento excepcional. Demos paso a la ¡Música, maestra! y que la música de las compositoras llene nuestras aulas.
La revisión de las programaciones y materiales. La investigación.
El enfoque metodológico debe comenzar por un cambio de mentalidad por parte de los docentes, tanto si elaboran su propio material de enseñanza y aprendizaje como si siguen algún otro método específico ya existente. Es importante que el docente revise sus programaciones y materiales para comprobar en qué lugar están las compositoras y cómo son mostradas al alumnado, pues a menudo se presentan como compañeras de una gran figura a la que hacían sombra (el caso de Clara Schumann, Fanny Mendelssohn o Alma Mahler). La elaboración de material propio o la búsqueda de recursos alternativa se hacen herramientas fundamentales. Así, la concienciación y sensibilización por parte del profesorado se une a la búsqueda creativa de nuevas soluciones y proyectos.
Una vez reflexionado sobre nuestro punto de partida, debemos pasar a la fase de la investigación que debe conllevar la lectura atenta de las biografías de las compositoras (algunas realmente fascinantes) y la escucha de sus obras. La elaboración de un pequeño repertorio será fácil a partir de este momento. Encontramos ejemplos de compositoras de todos los estilos, géneros y periodos de la historia de la música occidental.
La inclusión normalizada
Ofrecer a nuestro alumnado esta ‘nueva historia’ y estos nuevos modelos de referencia es clave para su desarrollo. Sin embargo, pensamos que no se trata de establecer recursos ‘por oposición’, sino de mostrar modelos que impregnen nuestro sistema educativo de manera natural, de forma que el alumnado normalice a la mujer en la composición y, así, deje de ser algo excepcional, extraño y diferente. El cambio no pretende sustituir unas músicas por otras, es decir, músicas de compositores por músicas de compositoras. Tampoco se trata de ocupar todo un año académico de forma exclusiva por músicas de mujeres. A nuestro parecer, la música compuesta por mujeres debe ser intercalada dentro de las programaciones de cada curso educativo de forma natural, tendiendo a la natural equidad.
Ello no se contradice con el hecho de mostrar la historia desde una perspectiva de género, es decir, también podemos presentar a nuestro alumnado música de compositoras haciendo hincapié en su condición de mujer, pero esta es solo una propuesta más, no la única.
Si pretendemos llegar a la igualdad, la presencia de mujeres en los diferentes contextos musicales y artísticos no puede definirse por la excepcionalidad, sino por el principio de normalización.
El enfoque creativo y globalizado
La música compuesta por mujeres, como la compuesta por varones, además, debe ser presentada mediante actividades relacionadas con todos los bloques de contenidos del área de Música garantizando los principios de globalización y variedad (audiciones musicales, actividades relacionadas con Lenguaje Musical e Historia de la Música, canción y práctica vocal, interpretaciones instrumentales, danzas y coreografías).
De la misma forma, nuestra metodología debe tener en cuenta los fenómenos de recepción y expresión. Debemos desarrollar actividades relacionadas con la escucha, la discriminación auditiva, la interpretación vocal, instrumental y la expresión corporal y la dramatización. También debemos fomentar la creatividad impulsando actividades de creación e improvisación.
Por otro lado, es muy importante educar en el sentido crítico y mostrar a nuestro alumnado herramientas para cuestionar aspectos culturales asumidos por la mayoría. Por último, nuestras propuestas deben ser globalizadas con otras áreas curriculares y disciplinas. La inclusión de cuentos, poesías, biografías, lecturas u otros aspectos históricos es muy interesante. El aprendizaje será más sólido cuanto más se acerque a nuestro alumnado y se muestre como algo útil y global.
Nuestras maestras
Muchos son los nombres femeninos que pueden y deben incluirse en las programaciones de música de colegios, institutos y universidades. Proponemos partir de audiciones para el desarrollo de los demás contenidos. Es una buena forma de empezar y es por ello que mostramos una playlist con una selección de músicas que el docente puede escuchar para imbricar la música de compositoras en sus clases.
La elección del repertorio debe garantizar los principios de variedad e idoneidad. Las piezas deben ser de carácter corto, sencillo y con capacidad de globalización. No olvidemos, por otro lado, que las programaciones de música deben contener diferentes géneros y estilos no solo dedicados a la música culta. A continuación, mostramos algunos ejemplos.
Sumergir a nuestro alumnado en el mundo de la música medieval religiosa de la mano de la abadesa alemana Hildegarda von Bingen (1098-1179) puede ser realmente fascinante. También lo puede ser conocer a la española María González de Agüero (1319-1338), autora de al menos una pieza del famoso Códice de Las Huelgas en Burgos. Podemos volar con la imaginación y visitar un mercado medieval amenizado por la melodía de amor cortés A chantar m’er de so q’ieu no voldria de la famosa trobairitz comtessa de Día (1140-1212). Podemos presentar a Gracia Baptista (de la que no se conoce más que era monja) y su Conditor Alme como la primera mujer de la historia con obra publicada en el año 1557 o viajar a Italia a conocer las primeras óperas de la historia de la florentina Francesca Caccini (1587-1640) compuestas en la corte de los Médici de Florencia y las cantatas de Bárbara Strozzi (1619-1677), en la Venecia de los carnavales.
Pero nuestro viaje no ha hecho más que empezar: Marianna von Martínez (1744-1812), ‘la pequeña española’, es un excelente ejemplo para presentar la música del Clasicismo vienés. Escuchar la música de Fanny Mendelssohn (1805-1847) de la mano de su Das Jahr (El año), en el que la compositora crea una pieza pianística para cada mes del año, puede ser una también una experiencia muy motivadora para nuestro alumnado. De la misma forma lo puede ser poner en escena algunas partes de las operetas de la parisina de origen español Pauline García Viardot (1821-1910), Cendrillon o Le dernier sorcier, o incluso realizar nuevas y originales versiones de las mismas.
La noruega Elfrida Andrée (1841-1929) es un ejemplo de vida entregada a la causa de las mujeres y a la composición de grandes obras para órgano y piano llenas de originalidad y sensibilidad. Las francesas Augusta Holmès (1847-1903) y Cécile Chaminade (1857-1944), con sus respectivas obras La nuit et l’amour y Concertino para flauta en Re mayor opus 17, son perfectas para ofrecer una experiencia de escucha casi única por su belleza en matices y emotividad.
Por otro lado, las óperas de Ethel Smyth (1858-1944) son apasionantes, además de toda su vida y personalidad. Su famosa pieza March of women se convirtió en el himno sufragista. La compositora dirigió a una comitiva de mujeres que entonaba las notas del famoso himno desde las rejas de su celda con un cepillo de dientes como batuta. La música de Lili Boulanger (1893-1918) es enigmática y sugerente, repleta de sentimientos de libertad y miedo a la muerte (tuvo una enfermedad terminal que acabó con su vida con solo 24 años). D’un matin de printemps es deliciosa para trabajar esta estación y sus bondades. La española Rosa García Ascot (1902-2002) con su obra para guitarra Española puede ofrecernos la posibilidad de adentrarnos en las relaciones entre la música popular andaluza y la culta.
Celia Torrá (1884-1962) es una referencia en la música uruguaya y argentina. Con la Rapsodia Entrerriana se convierte en una verdadera trovadora de su tierra. En Estados Unidos, destaca la figura de Ruth Crawford Seeger (1901-1953), entre otras muchas compositoras. La etnomusicóloga posee un repertorio muy completo en el que podemos encontrar desde piezas cortas y frescas para piano características de su primera época a obras de estilo vanguardístico y gran sofisticación.
Y esto es solo una muestra de todas las posibilidades que nos ofrece la música compuesta por mujeres pues citarlas a todas es sencillamente imposible.
Futuras maestras
Pero la inclusión de las compositoras en las aulas no solo tiene un objetivo compensatorio con el pasado, sino que mira directamente hacia el futuro. De esta forma, mostrar modelos de compositoras debe generar la formación de futuras maestras de la música, futuras compositoras que se dediquen profesionalmente a la creación. También de futuros consumidores de música compuesta por mujeres, lo que, a su vez, puede generar cambios en la recepción de las obras y en los criterios de programación de las pequeñas y grandes instituciones. Pero sobre todo, llenar el aula de compositoras nos debe servir para mostrar las infinitas posibilidades que la música tiene para todos y todas, independientemente del género que tengamos.
Y no solo nos referimos al ámbito de la música culta, en particular, sino al contexto cultural y artístico, en general. Incluir a las compositoras en las aulas va a ayudar, sin duda, a generar cambios y transformaciones. La educación como motor de cambio tiene como último objetivo mejorar la sociedad, formando individuos más solidarios, críticos y, en definitiva, felices.
¡Música, maestra!
Lista de reproducción ¡Música, maestra!
Próximas publicaciones de la autora Patricia García Sánchez:
Compositoras al compás. Diez propuestas didácticas para trabajar composiciones musicales de mujeres en Primaria. Editorial CCS.
La música durmiente. Quince compositoras de la historia.
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