La calidad de la programación y la variedad de nuevas expresiones culturales contribuyen a fijar la marca MUSEG Festival Musical de Segovia
MUSEG Festival Musical de Segovia ha cerrado su 44 edición logrando llenar el aforo del 83 % de los 21 conciertos celebrados entre el 19 de julio y 3 de agosto dentro del ciclo En Abierto, la 50 Semana de Música de Cámara, el Festival Joven y MUSEG en provincia.
Más de 8.000 espectadores han disfrutado de alguna de las actuaciones de esta edición. Espacios como la Plaza del Azoguejo, donde se celebró la inauguración y el concierto de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, congregaron en torno a 1.500 personas.
El magnífico espacio de la Pradera de San Marcos, recuperado para la cultura por MUSEG, dio cobijo a 1.200 personas que disfrutaron de la artista brasileña Badi Assad.
Otros espectáculos, como el de Dulce Pontes en el Jardín de los Zuloaga y el de Pavel Steidl en el Alcázar de Segovia, también colgaron el cartel de aforo completo. También lo hicieron prácticamente Elvira Lindo, Cuarteto Quiroga y la Orquesta Nereydas.
El Festival Joven aumentó la afluencia del público respecto al año anterior, llenando la Iglesia de San Juan de los Caballeros prácticamente todos los días.
Unas cifras excepcionales para promover entre el público el Objetivo de Desarrollo Sostenible núm. 16, Justicia y Paz, con el que MUSEG diseñó su programación de 2019.
La integración de distintos colectivos y sensibilidades, ya sea en vivo o representadas a través de obras musicales, ha generado un diálogo con la sociedad que ha repasado temas como los conflictos de guerra, la inmigración y refugiados, el papel de la mujer o la integración en la cultura de personas con capacidades diferentes.
La directora del Festival y coordinadora de la Fundación Don Juan de Borbón, Noelia Gómez, ha destacado el uso de las distintas expresiones culturales con las que ha contado este año el Festival como un vehículo de transmisión de valores. ‘La alegría es doble: a las magníficas cifras hay que añadir la clara vertiente social del Festival para calar en la sociedad’, ha subrayado.
El punto de inicio lo puso PeepBox 350º durante la inauguración de MUSEG, una performance de la coreógrafa Mey-Ling Bisogno, con participación ciudadana, que abordaba la ‘nueva resistencia’ de jóvenes en países en conflicto.
De las personas que huyen de estas zonas de tragedias y que encuentran una segunda oportunidad en la música habló el concierto de Orpheus XXI, el proyecto del músico Jordi Savall, que integra a músicos profesionales refugiados e inmigrantes.
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