El creador de la psicología analítica o profunda, el psiquiatra, psicólogo y ensayista Carl Gustav Jung, dice que ‘en la sencillez y la belleza está la verdad’. El pensador Jiddu Krishnamurti afirma que ‘la verdad es una tierra sin caminos’.
Se han alabado tanto la sencillez y sabia simplicidad de la música de Mozart que, junto a su reconocida belleza, bien podría considerarse como ‘música de verdad’, que requiere, para recorrerla, la frescura y sapiencia de una conciencia colectiva esencial, básica y sublime, haciendo camino al andar en proporciones propias de lo que se considera ‘clásico’ (término axiomático como vencedor del paso del tiempo). En su tiempo, la figura del compositor e intérprete no era divisible. Ahora, y así tenemos diseñados los planes de estudio en los conservatorios superiores de música, se estudia ‘interpretación’, ‘composición’ o ‘dirección’ de forma aislada e incluso excluyente. No creo que sea mejor. Esta es una de las poderosas razones para considerar este cedé de oro.
Si entendemos la interpretación como ‘la recreación de un discurso musical’, Colom no solo la recrea, sino que se recrea con creatividad que trasciende el texto. Profundiza en él con valentía e imaginación, lo tamiza y nos ofrece una versión de exquisito nivel artístico en lo que se refiere a ‘técnica pianística’ (virtuosismo sonoro: planos dinámicos y tímbricos, control de la articulación, fraseo, pedal, etc.) e introspectiva estilística hacia la ensoñación de lo que el pianista medita en los siete ‘interludios’ que alterna en momentos generalmente cadenciales entre los diferentes movimientos de las sonatas K. 576, 333, 545 y 457 de Mozart. Las sueña hasta el punto de ofrecernos, como quizá diría el Pedrell de las Musicalerías, las ‘soñatas’ de Colom al estilo mozartiano.
Dice el doctor cirujano Manuel Sans Segarra que el ego actúa en el pasado y en el futuro, pero es enemigo del presente, el tiempo propio de la supraconciencia, y que la creencia ciega requiere dogmas y líderes, mientras que la duda y la investigación personal conducen al descubrimiento de la verdad.
Escuchar este disco, de emocionante calidad, nos acerca a la verdad de Mozart. Gracias.
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