La Orquestra Sinfónica Camera Musicae invita Maria João Pires para interpretar el Concierto para piano y orquesta núm. 20 de Mozart
Este programa se presentará hasta dos veces, el lunes 21 de diciembre, a las ocho de la tarde, en el Auditorio Enric Granados de Lleida, y el martes 22 de diciembre, también a las ocho de la tarde, en el Palau de la Música Catalana de Barcelona.
Las entradas para la temporada de conciertos en el Palau de la Música Catalana, en Barcelona, se pueden adquirir tanto en las webs orquestracameramusicae.com y palaumusica.cat como en las taquillas del Palau de la Música Catalana (en los horarios habituales) y tienen un precio de 28 a 68 €.
Las entradas para los conciertos de la OCM en el Auditorio Enric Granados de Lleida tienen un precio de 25 a 30 € y se pueden adquirir tanto en las webs orquestracameramusicae.com y auditorienricgranados.cat como en las taquillas del auditorio (en los horarios habituales).
REPERTORIO
MOZART:
Concierto para piano y orquesta núm. 20, KV 466
Simfonia núm. 41, KV 550 ‘Júpiter’
INTERPRETES
Maria João Pires, piano
Orquesta Sinfónica Camera Musicae
Tomàs Grau, director
Notas al programa
No, no está escuchando Don Giovanni, pero lo parece. Más de un melómano puede quedar confundido al escuchar el inicio del ‘Concierto para piano núm. 20’, y no sólo por la tonalidad de re menor que utiliza Mozart, al igual que en la ópera y que el conocido Réquiem. Este concierto escrito en 1785 se considera su concierto para piano y orquesta más dramático y nos traslada a la estética operística de Don Giovanni. Uno de los programas destacados de la temporada llega tocando la excelencia de manos de una de las mejores intérpretes mozartianas, Maria João Pires.
Mozart escribió sus tres últimas sinfonías en verano del 1788. De esta fecha es pues la ‘Sinfonía núm. 41’, la última de todas. El sobrenombre de ‘Júpiter’ fue idea del músico y empresario Peter Salomon, quien pretendía llevar Mozart a una gira por Londres, pero la muerte del compositor truncó el viaje. Cuatro notas marcan el inicio del último movimiento, con una estructura de forma sonata fugada. Un motivo de cuatro notas que se había utilizado, en el pasado, por otros autores. Sin embargo, el punto culminante de la sinfonía llega a la coda final: después de escuchar cinco temas musicales durante todo el movimiento, estos suenan simultáneamente de una manera magistral.
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