El pasado mes de marzo se publicó ‘Solo & Chamber Music’, el segundo álbum monográfico de María Eugenia Luc editado por el sello Orpheus Classical, que recoge una muestra de su creación de cámara y solista de los últimos veinticinco años. En él han intervenido el Ensemble Kuraia, Mario Caroli, Guillermo Pastrana, el Ensemble du Bout de Monde y el Trio Zukan.
Por Susana Castro
¿Cómo ha realizado la selección de piezas para este ‘Solo & Chamber Music’?
No fue una tarea sencilla, he tenido que dejar fuera algunas obras que me hubiese gustado incluir, pero me siento satisfecha con la selección final, creo que refleja claramente mi trayectoria compositiva, mis procesos creativos y mis intereses estéticos.
Ha contado con diversos intérpretes para dar vida a estas músicas. En el caso del Ensemble Kuraia, tienen una estrecha colaboración desde hace muchos años, por eso es la agrupación que más interviene en el disco, concretamente en las piezas Forest, Un retazo del olvido y Luma galdu bat bezala. ¿Podría describirnos cada una de estas composiciones?
Forest es un sexteto para flauta, clarinete, saxofón, violín, violonchelo y piano, encargo del Festival de Tres Cantos en 2019. Mi obra Forest pretende sumergir al oyente en el universo sonoro del bosque, evocando a través del sonido un paisaje bucólico: el sonido del viento y de los pájaros enmarcados por el más profundo silencio, el murmullo del agua del arroyo o de la lluvia repiqueteando en las hojas de los árboles y las piedras…
La obra plantea un paseo sonoro por un bosque imaginario que lentamente evoluciona desde el ruido (sonidos átonos, susurros sugeridos, crujidos, soplidos, raspados, golpes, repiqueteos…) para llegar a transformarse en sonidos de tónicos que tímidamente se van aglutinando para configurar un movimiento armónico que se densifica direccionalmente sin interrupción. Sin embargo, cuando alcanza su máxima densidad se hunde en la oscuridad de una coda lánguida que sofoca cíclicamente la promenade.
Un retazo del olvido, para flauta, arpa y bandoneón (o acordeón, que es la versión registrada en el disco), encargo del Ciclo de Conciertos de Música Contemporánea del Teatro San Martín (Buenos Aires) y dedicada a su coordinador, Diego Fischerman, toma su nombre de un verso del tango Los mareados (1922), compuesto por Juan Carlos Cobián con letra de Doblas/Weisbach.
La obra pertenece a un conjunto de piezas que he escrito a partir de ideas musicales estilizadas y elaboradas a partir de materiales sonoros característicos del tango argentino. Sin embargo, en esta obra no hay citas, sino que rescata aquellos retazos sonoros de la infancia y de la juventud que quedan en la memoria o en nuestro inconsciente, y conjugarlos con mi imaginario musical actual a través de las técnicas que suelo utilizar. Así, recreé ideas musicales que no recuerdan al tango… sino a mi recuerdo del tango.
En cuanto a Luma galdu bat bezala (Como una pluma perdida), fue escrita en 2015 por encargo del Cuarteto Irauli (solistas de la Euskadiko Orkestra) y estrenada en el ciclo de música de cámara de la orquesta. Al igual que en todas mis obras, el objetivo es la poética, el sonido… y cómo transcurre este sonido en el tiempo.
Este es mi punto de partida: la imagen sonora. A veces viene dada solo por lo sonoro, otras veces por alguna idea o imagen como es el caso de esta obra: su título proviene de un poema de Joseba Sarrionandia. En uno de los versos el poeta dice: ‘La oscuridad se abate como una pluma perdida’. Esta imagen del movimiento de la pluma arrastrada por el viento me cautivó y me impulsó a diseñar una coreografía sonora: la pluma (el oboe) que danza impulsada por el viento (la cuerda), bailan, se enfrentan, confluyen, se separan… los instrumentos, que dialogan, danzan e incluso se enfrentan en una lucha por la conducción del discurso musical.
También ha contado con el flautista italiano Mario Caroli, que interpreta la obra Red, que él mismo estrenó en la Quincena Donostiarra. ¿Qué cree que aporta este músico a esta pieza que ha interpretado en tantas ocasiones, tanto dentro como fuera de Europa?
Red, encargo del Ciclo de Música Contemporánea de la Quincena Musical Donostiarra, es una pieza que escribí en 2006 para Mario Caroli. La obra plantea el comienzo de una búsqueda personal: la funcionalidad entre sonidos tónicos, átonos y ruidos dentro del discurso musical, es decir, una organicidad paralela a aquella del lenguaje verbal organizado con sonidos tónicos (vocales) y ruidos (consonantes).
Red integra el ruido como parte del sonido en el discurso musical, imprimiéndole una función, tal y como sucede en el lenguaje verbal. La flauta habla y Mario Caroli, con su habitual virtuosismo, da vida a ese discurso sonoro de forma excepcional. No solamente desde el aspecto técnico que es muy exigente, sino desde el aspecto expresivo. Por otra parte, el hecho de que ha interpretado esta obra en tantas ocasiones durante casi veinte años otorga a esta versión un elevado grado de profundidad.
El violonchelista Guillermo Pastrana es el encargado de la interpretación de la obra Lur. ¿Qué rasgos de su personalidad compositiva se pueden apreciar en ella?
Lur (Tierra) es una pieza escrita en 1997 y estrenada por Pierre Strauch, que en este disco interpreta magistralmente el talentoso violonchelista Guillermo Pastrana. La cualidad corpórea del timbre del violonchelo me permitió sugerir la fuerza telúrica que evoca la obra. Lur se presenta como un organismo vivo que nace desde un fuerte impulso, se mueve y evoluciona en diferentes direcciones, todas ellas extremadamente ligadas a su génesis. La obra desarrolla una única idea musical constituida por dos materiales de características sonoras y funcionales claramente diferenciables, los cuales proliferan a través de toda la tesitura del violonchelo en una constante transformación, siempre idéntica a su esencia. La complejidad del discurso y de los recursos técnicos están en función de la expresividad musical.
La idea generadora de la pieza surge de la contraposición de dos objetos sonoros, acorde y línea, organizándose de forma tripartita: una tenue nota larga enmarcada por dos grandes acorde cortos de máxima densidad e intensidad. Cada uno de estos dos objetos sonoros es sometido a diferentes transformaciones, dando como resultado múltiples ramificaciones que irán conformando el trayecto del discurso musical. Considero a esta obra como un punto de partida, una creación que fundamenta mi trayectoria compositiva, en la cual comienzo a aplicar muchas de las técnicas e ideas que iré desarrollando posteriormente.
Los responsables de la creación de Zeruan, el Ensemble du Bout de Monde, que le encargaron la obra para su gira 2021, son aquí también los encargados de ofrecer al oyente esta interpretación. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos?
El Ensemble du Bout du Monde me contactó porque habían escuchado YUN, un cuarteto de saxofones que escribí en 2012, y querían trabajarlo conmigo antes de incluirlo en su gira de conciertos. Así nació una relación profesional intensa y enriquecedora. Más tarde, me propusieron componer una obra para ellos que dio como resultado la creación de Zeruan (En el cielo) en 2020.
Debido al trabajo previo con YUN, ya conocía sus intereses, sus impresionantes habilidades técnicas y su exquisita musicalidad, por lo tanto, sabía hasta dónde podía exigir al ensemble. Todo ello dio como resultado una obra de gran exigencia técnica y extremadamente versátil en cuanto a la infinita variedad de posibilidades sonoras que nos ofrece un cuarteto de saxofones de estas características.
Por último, interviene en el disco el Trio Zukan con Begiratu bi, también encargada por ellos. Es una obra que incluye el txistu y el acordeón en su orgánico. ¿Cómo es para usted trabajar con estos instrumentos tan arraigados en la cultura vasca?
Vivo en Euskadi desde 1993 y desde 1999 escribo música incluyendo en algunas obras instrumentos que tienen una estrecha relación con la cultura vasca como el txistu, la txalaparta, el acordeón, la alboka, o la dulzaina. Incluso utilizándolos como solistas dentro de la orquesta sinfónica, o con electrónica, o en música de cámara como en este caso. Estos instrumentos me ofrecen colores y posibilidades tímbricas diferentes que me interesan particularmente.
Begiratu bi (Mirada dos) fue estrenado por el Trío Zukan en el Festival ‘I Ara Què?’ de Manises en septiembre de 2021. En esta obra exploro las posibilidades tímbricas de los tres instrumentos de forma individual más su fusión, así como situaciones temporales, gestuales y de movimiento. El gesto sonoro, guía perceptiva de esta obra, está configurado por tres variables: cualidad tímbrica, diseño melódico-armónico y estructura rítmico-temporal.
¿Qué les diría a aquellos melómanos que estén pensando en adentrarse en la escucha de este disco?
Creo que, desde el aspecto compositivo, este disco presenta un variado abanico de colores sonoros, de propuestas musicales e imágenes poéticas sugestivas. Por otra parte, la calidad interpretativa de los músicos que intervienen, sumado a la calidad del sonido de grabación, hace que su escucha sea una experiencia para disfrutar.
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