El 21 de julio de 1713 nace en Navalmoral el arpista, teórico, compositor y profesor Diego Fernández de Huete. Durante casi treinta años desarrolló su carrera en la Catedral de Toledo, espacio en el que destacó por su importante labor. Pero, sin duda, Fernández de Huete se ha inmortalizado gracias a su Compendio numeroso de zifras armonicas, con theorica, y practica, para harpa de vna orden, de dos ordenes, y de organo, que marca, según resalta Alice Lawson Aber-Count, ‘el clímax de una época dorada para los dos tipos de arpa (diatónica de una cuerda y cromática de dos cuerdas) predominantes en España entre 1500 y 1700’. Así, Fernández de Huete se convierte en un referente no solo para los arpistas, sino para los musicólogos que se han dedicado al estudio de este instrumento, las prácticas musicales de la época y las nuevas teorizaciones sobre el arpa.
Por Fabiana Sans Arcílagos
Cuenta la musicóloga Cristina Bordas que ‘hacia mediados del siglo XVI, la creciente cromatización de la música y la progresiva emancipación del lenguaje específicamente instrumental’, tuvieron su manifiesto en los cambios que se llevaron a cabo en la estructura de los instrumentos, especialmente, en el arpa. Este proceso de cromatización, explica Bordas, se ‘patentiza en la búsqueda de soluciones’ y aunque se manifiesta en distintos países, es en España donde se vive un proceso casi único en la creación de un sistema donde se le añade ‘al arpa un orden de cuerdas cromáticas cruzadas con las diatónicas’.
Este instrumento ‘genuinamente español, o ampliamente, ibérico’, acaparó especial atención en la música religiosa y secular entre los siglos XVI al XVIII, siendo, según indica Bordas, en 1602 cuando se refrieren a este como de ‘dos órdenes’. El testimonio lo recoge la musicóloga en su texto ‘Origen y evolución del arpa de dos órdenes’, donde podemos leer que el violero Juan de Rojas Carrión adjudica la paternidad de este tipo de arpas a su abuelo Juan de Carrión, quien ‘fue el primero que inventó las harpas de dos órdenes y se las había enseñado él y que ansi las ha hecho y hace de presente sin haber otra persona que las sepa haçer…’.
Bordas añade que este no es el único testimonio en el que se habla del arpa de dos órdenes. Juan Bermudo en su Declaración de instrumentos musicales también hace alusión a ella, así como Bartolomé Jobernardi en el Tratado de la música donde el autor escribe ‘aquí en España las arpas con las cuerdas encruciadas que llaman de dos órdenes…’, aludiendo al arpa peninsular.
Debemos aclarar que el término ‘dos órdenes’ corresponde a las dos filas de cuerdas cruzadas. Citaremos una vez más a Bordas para entender mejor el sistema: ‘el cruzamiento es producido por estar las cuerdas anudadas en la parte izquierda del clavijero, en dos filas de clavijas colocadas una encima de la otra, la de arriba para las cromáticas y la de abajo para las diatónicas y, a su vez, sujetas a la tabla armónica por una fila central de botoncillos para las diatónicas y otra a su derecha, desde el punto de vista del tañedor, para las cuerdas cromáticas’.
Si de tañedor hablamos, centremos nuestra atención en Manuel Vilas, uno de los arpistas más representativos del panorama nacional, quien se topó con este instrumento casi por casualidad, y dedica su vida a su estudio y ejecución.
Oriundo de Santiago de Compostela, Manuel inicia sus estudios musicales en su ciudad natal. Pronto descubre su interés por la música antigua y la musicología, rama de la música que lo lleva a participar activamente en diferentes cursos, encontrándose entre ellos el de Daroca. En este lugar Vilas tiene su primer contacto con el arpa de dos órdenes ‘que se cruzó en su camino’ gracias a la que será su maestra, Nuria Llopis. Tras seis años de estudios con esta especialista, Vilas es becado en Milán, donde se traslada para estudiar arpa italiana con Mara Galassi.
Desde su debut en 1995 en Valencia, el compostelano recorre el mundo con sus arpas antiguas, que abarcan desde el siglo XII al XVIII. Tiene en su haber aproximadamente sesenta discos y es colaborador asiduo de algunos grupos nacionales, así como de solistas como Raquel Andueza, Mariví Blasco o Marta Infante. Sus conocimientos gracias a la profundización que ha hecho en el arpa de dos órdenes lo han llevado a ofrecer conferencias en Chile, Cuba y Estados Unidos, además de en múltiples ciudades de España. Asimismo, ostenta el mérito de ser el primer intérprete en ofrecer un recital del arpa española en el Festival Mundial de Arpa de la Asunción, Paraguay.
Guiado por su interés en la investigación, Vilas se propone profundizar en los aportes del maestro toledano Diego Fernández de Huete, acercándose a su figura, sin pensar que años más tarde se convertiría en uno de sus principales motores, difundiendo su música a través de sus conciertos y, especialmente, en la culminación de lo que él mismo ha denominado ‘su proyecto de vida’, que no es otro que la primera grabación monográfica del compositor y teórico español.
Según relata el mismo Manuel ‘el nombre de Diego Fernández de Huete sonó ya en mi primera lección de arpa de dos órdenes de boca de mi maestra Nuria Llopis allá por inicios de los años 90 del pasado siglo’, siendo La Gaita la primera obra que interpretó del compositor y que hoy forma parte del disco.
Si nos remitimos al Compendio Numeroso, Vilas expone que se trata de la ‘quintaesencia del arpa antigua además de un fiel reflejo de la música instrumental del siglo XVII europeo’, en el que se encuentran ‘todos los aspectos teóricos y técnicos de este instrumento, desde cómo abordar la digitación, los tempi, hasta los problemas que acarrea este instrumento en cuanto a limpieza sonora, fraseo, dinámicas, reglas para acompañar, etc.’. Manuel lo considera ‘la Biblia del arpista barroco’ ya que su ‘estudio pormenorizado da muchas claves al intérprete y cuya nueva lectura da siempre renovadas ideas y respuestas’.
El compendio abarca dos publicaciones (la primera de 1702 y la segunda de 1704). En el prólogo, el mismo Fernández de Huete hace una descripción de sus volúmenes: ‘todo el trabajo se reduce a tres cuerpos o tomos y cada uno de ellos se subdivide en tres libros’, en el que se indica que el contenido del primero se reconocerá por el índice y los otros, aunque para ese entonces estaban concluidos pero no habían salido a la luz, ‘se componen de sones de palacio, canciones de clarines, pasacalles por diversos términos, reglas de acompañar y obras que pertenecen al culto divino’. Destaca Vilas que ‘este tratado es un método de clara intención pedagógica que nos muestra el camino que debe tomar toda persona para aprender el noble arte de tañer el arpa’.
Si de tañer se trata, el toledano y autor del compendio explica que este libro es una ‘guía para los aficionados y despertador para los profesores de tan celestial ejercicio que tanto sirve para desterrar el ocio, que es el más pernicioso contagio de las buenas costumbres’. Por ello, si alguno desea acercarse al arpa de dos órdenes a través de Diego Fernández de Huete, solo bastará con consultar los dos facsímiles digitalizados con los que cuenta la Biblioteca Nacional de España y puestos a disposición del lector en la Biblioteca Digital Hispánica.
Pero más allá del ‘dato’ para los curiosos, finalmente el arpista resalta que todas las obras incluidas en el disco proceden en su totalidad del compendio, en las que ha respetado ‘todas las digitaciones originales, utilizando la técnica antigua de tres dedos de cada mano, tal como hacían los arpistas españoles de los siglos XVI al XVIII’. Además, continúa, ‘he seguido a pies juntillas todas las indicaciones de Huete, interpretando sus obras siempre desde la cifra original, nunca desde transcripciones que en cierta manera desvirtúan el texto musical original, en el que el intérprete en mayor o menor medida se ve obligado a tomar sus propias decisiones’.
Os invito a deleitaros con este disco, que exhibe a uno de los autores más representativos para el estudio del arpa de dos órdenes y que llega de la mano de uno de los principales intérpretes españoles de este instrumento.
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